La Esclerosis Lateral Amiotrófica es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, causando pérdida del control muscular. A menudo se le llama enfermedad de Lou Gehrig, en honor al jugador de béisbol al que se le diagnosticó el padecimiento. Esta patología afecta el control de los músculos necesarios para moverse, hablar, comer y respirar.
El 21 de junio se decretó como el Día Mundial de la lucha contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Una jornada que desea que se pueda conocer, investigar y desestigmatizar a pacientes y familias que la padecen. En diversas partes del mundo monumentos se iluminan de verde para concientizar a la sociedad sobre la necesidad fundamental de aumentar la esperanza de vida de quienes tienen ELA, ya que se cree que – desde que se diagnostica – la expectativa de vida es de dos a cinco años, aunque hay casos que muestran un deterioro más rápido.
“Es un trastorno neurodegenerativo implacablemente progresivo y actualmente no tiene cura. Antes de los 65 o 70 años, la incidencia de Esclerosis Lateral Amiotrófica es mayor en hombres que en mujeres, pero a partir de entonces la incidencia por sexos es igual. Es más comúnmente esporádica. Los casos genéticos representan solo el 10% de todos los tipos”, explicó la especialista.
Los síntomas pueden ser:
- Espasticidad.
- Fasciculaciones.
- Atrofia muscular.
- Debilidad muscular asimétrica de extremidades.
- Dificultad para caminar o realizar actividades diarias normales.
- Calambres musculares y espasmos en brazos, hombros y lengua.
- Trastorno deglutorios y cambios en la articulación de la palabra.
- Cambios cognitivos y de comportamiento como risa, llanto o bostezos inapropiados.
Los investigadores continúan estudiando las posibles causas. La mayoría de las teorías se centran en una interacción compleja entre los factores genéticos y ambientales. No existe una sola prueba que proporcione un diagnóstico definitivo. Generalmente, se hace un historial detallado de los síntomas observados por un médico durante el examen físico.
“Es posible que su médico pueda determinar si lo tiene al conocer sus síntomas y realizar un examen. Pero, probablemente, le hará pruebas al paciente, como una electromiografía("EMG"), para verificar qué tan bien están funcionando sus nervios y músculos. Es posible que también necesite otras pruebas para verificar que un problema diferente no esté causando sus síntomas, como una resonancia magnética para tomar imágenes de su cerebro y médula espinal y por otro lado un análisis de sangre y orina” aclara la neuróloga.
Existen medicamentos que pueden ayudar a retardar el progreso de la enfermedad, y se acompañan de otros tratamientos como:
- Soporte respiratorio: para este tratamiento, usa una máscara ajustada en la cara o la nariz. El aire y el oxígeno fluyen a través de la máscara para ayudarlo a respirar.
- Sonda de alimentación: esta es una sonda pequeña y flexible que atraviesa la piel sobre el abdomen hasta el estómago. Luego puede recibir alimentos líquidos especiales y líquidos a través de la sonda directamente en el estómago.
- Dispositivos para ayudar a caminar y hablar como: bastón, muletas o silla de ruedas motorizada; una computadora especial que "habla" por la persona y que se puede controlar con movimientos de manos u ojos.
- Medicamentos para tratar los espasmos y la debilidad muscular, el babeo, los problemas para dormir, el dolor y la depresión.
Con el asesoramiento de la Dra. Daniela Sosa
Especialista en neurología de DIM CENTROS DE SALUD
MN: 151795 - MP: 337838