La fiebre del dengue es causada por uno de los cuatro virus relacionados que se transmiten a través de ciertas especies de mosquitos como Aedes Aegypti, que generalmente pica durante el día. Según la OMS, al menos 390 millones de personas se infectan cada año con esta enfermedad y se estima que 3.9 mil millones de personas se encuentran en potencial riesgo de contraer el virus del dengue.
Los mosquitos usan múltiples señales para detectar la sangre: los químicos en nuestro aliento y respiración, el calor corporal e incluso la ropa de colores oscuros. La variación individual en la química corporal hace que algunas personas sean más propensas a atraer mosquitos que otras.
Datos relevantes
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades transmitidas por vectores representan más del 17% de todas las enfermedades infecciosas y provocan más de 700.000 muertes por año. Dengue, Zika y Chagas son algunas de las enfermedades que transmiten los insectos. Las dos primeras son motivo de alerta permanente por parte de los organismos de salud globales, con especial énfasis en territorio argentino.
“Los repelentes e insecticidas son centrales en las estrategias de prevención de enfermedades de transmisión por vectores”
La OMS en Respuesta Mundial para el Control de Vectores 2017-2030 reconoce al uso de repelentes de uso personal y de los insecticidas para el hogar como elementos de probada eficacia en el control de enfermedades de transmisión por vectores.
Portafolio OFF
Los productos OFF!® disponibles en Argentina incluyen una variedad de cremas, aerosoles, geles y sprays. El tipo de producto debe elegirse en función de las preferencias de los consumidores. Todos los repelentes personales de la línea OFF!® repelen eficazmente a los mosquitos, incluidos los que pueden transmitir el virus del dengue.
Los repelentes de la marca OFF!® están compuestos por los siguientes activos:
El nivel de DEET en el repelente determina cuánto dura la protección. Asimismo, la durabilidad de la protección también se encuentra relacionada con la consistencia del producto. Por ejemplo, un producto que contiene 7,5% de DEET repele los mosquitos hasta por 4 horas (por ejemplo: OFF!® Crema Family), mientras que los productos de OFF!® aerosol que cuentan con un 25% de DEET repelen por hasta 12 horas (aplicados correctamente según las indicaciones del etiquetado), tal es el caso de los Extra Duración.
¿Cómo funciona? Forma como una barrera de vapor que disuade a los mosquitos para posarse sobre la piel. No tiene ni olor ni color, se puede aplicar en piel y ropa sin riesgo de que este se mancha.
Este activo es igual de efectivo que el DEET, y no deja una sensación grasosa en la piel.
La línea OFF!® Defense Infantil posee dos variantes en el mercado: Spray, autorizado para niños a partir de los 2 años, y el formato Gel, que puede ser aplicado a partir de los 3 meses de edad.
“Año tras año, OFF!® renueva su compromiso con la salud pública y la comunidad en tanto busca proveer a la ciudadanía de los insumos necesarios para hacer frente a las enfermedades transmitidas por mosquitos, a la vez que refuerza la intención de capacitar y educar a la comunidad en general acerca del correcto uso de sus productos”
Un trabajo realizado por investigadores del Centro de Virología de la Universidad Médica de Viena y el Instituto Pasteur de París, del que participaron dos científicos argentinos, podría cambiar cómo se abordan las enfermedades provocadas por los flavivirus, tales como el dengue, el zika y la encefalitis transmitida por garrapatas, donde los vectores como los mosquitos son los principales vehículos de contagio.
Con este avance, según explicó uno de los investigadores, se podrán repensar las estrategias ante estas enfermedades, como así también las vacunas y los tratamientos.
Hace 27 años se hizo el primer descubrimiento de cómo son las envolturas de estos flavivirus, pero aquello que se conocía como una pared chata tenía como una puertita de regulación que permitía su actividad. Vislumbramos algo que estaba oculto y que tiene un alcance a futuro que es generar nuevas tecnologías de desarrollo de antivirales. Hoy el dengue y el zika, por ejemplo, no tienen una vacuna efectiva y tampoco buenos antivirales. Pero comprender cómo es su funcionamiento es la base para generar nuevos desarrollos tecnológicos, explicó Mariano Dellarole, del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION – Conicet).
En este hallazgo, el investigador trabajó junto a uno de los argentinos más respetados y reconocidos en el mundo en este campo, Félix Rey. El trabajo forma parte de mi postdoctorado, que lo realicé en el laboratorio Virología Estructural del Instituto Pasteur bajo su dirección. Él fue quien descubrió la primera estructura de las proteínas de envoltura (E) de los flavivirus y en la actualidad es miembro estable de la academia de Ciencias de Francia, relató. El descubrimiento fue publicado en Nature Communications.
Qué son los flavivirus
Antes que el nombre del virus, se conocen las enfermedades. Es que los flavivirus son los responsables del dengue, el zika, la fiebre amarilla o la encefalitis transmitida por garrapatas, por nombrar algunas. Pese a que se conocen desde hace muchos años y generan brotes que alertan a las autoridades sanitarias nacionales y los organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud o la Organización Panamericana de la Salud, aún no existen terapéuticas o vacunas efectivas para la mayoría de ellas.
La única de éstas que cuenta con una inmunización, que tiene bajas tasas de cobertura en la población general (y que se centra solo en aquellos que viven en áreas donde se registran brotes de forma más frecuente) es la fiebre amarilla. Hay distintos flavivirus, algunos pueden infectar vía garrapatas y otros vía mosquitos, que no solo son Aedes sino también Culex (Culicidae). Pero no son los únicos, porque hay un montón de variantes sobre el vector que los transmite, el tipo de población sensible, la sintomatología y las causas, señaló Dellarole.
En ese sentido, el experto destacó la importancia que tenía conocer cuál es el comportamiento de este virus para adaptarse a un ser específico o un vector, porque así como los flavivirus infectan al hombre, hay otros que infectan a animales, y generan otro tipo de problemas, y otros que sólo se quedan reproduciéndose dentro de los mosquitos. Entonces necesitábamos comprender cómo se adapta el virus para vivir en un organismo u otro, y pasar de un lado al otro.
La forma que tienen estos virus se puede asemejar a una pelota. Cada uno de ellos cuentan con 90 dímeros de E (180 protómeros o monómeros), que son básicamente proteínas. Cada 3 dímeros de E se forman un zócalo y 30 zócalos empaquetan la totalidad de la superficie, conformando un patrón de tipo espina de pez.
Estos virus cuentan con envolturas de 50 nanómetros de diámetro, con partículas recubiertas por 90 dímeros de esta proteína E, que es la proteína de envoltura y la proteína de fusión. Uno puede pensar a un dímero de E como una puerta de vaivén de estas que se ven en las películas de vaqueros, las cuáles cuando cambia el pH se abren, reacomodan, juntan y hacen la fusión con las membranas, señaló el experto.
En ese tono, explicó: Nosotros descubrimos la foto de cómo hace virus para mantener cerrada esa puerta de vaivén, que es un mecanismo intrínseco de estos dímeros, que se abre o cierra según cambios en el entorno del pH.
Esta tapa controla tanto la entrada o infección viral (el proceso de fusión de membranas), como la salida de los nuevos flavivirus replicados en la célula infectada (maduración viral). Además, descubrimos cómo una proteína anexa, llamada PR, evita que los nuevos flavivirus se fusionen a la célula que los produce. Es decir, antes de salir. Es un nuevo paradigma y puede dar lugar a repensar algunas estrategias antivirales, resaltó Dellarole.
Flavivirus: qué implica este descubrimiento
Para poder entender qué tan importante es este hallazgo se pueden establecer dos puntos esenciales. De ahora en más, los científicos pueden desarrollar vacunas y, mientras tanto, evaluar tratamiento efectivos para tratar la infección. Con lo cual, de ahora en más, la medicina ya no se centraría en atender solamente los síntomas, sino que sería el patógeno el objetivo.
La fiebre amarilla es súper letal y muy peligrosa, y es la única de todos los flavivirus que poseen una vacuna activa, pero no todo el mundo todo completamente vacunado y protegido. Y los brotes que se siguen dando en la región. Por ejemplo, fue esta enfermedad la que redujo un 8% a la población de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el año 1871 y hubo un montón de epidemias en esa época en toda América. Otro flavivirus conocido es el Zika, que tuvo brotes emergentes en el año 2015 y provocó con cuadros de microcefalia y abortos en las mujeres embarazadas, relató el experto.
La enfermedad provocada por un flavivirus más conocida es el dengue. En 2020, cuando el COVID fue el protagonista por la pandemia, esta enfermedad marcó su pico histórico en la Argentina, con unos 60 mil casos en todo el país. Según el último reporte epidemiológico que abordó esta enfermedad, entre 2021 y 2022 fueron 23 las provincias que notificaron casos con sospecha de dengue”, siendo que del total de los reportados durante el periodo en estudio, “Salta aportó un 77% de los casos confirmados, seguida por Buenos Aires con un 11% y Santa Fe, un 3%. En tanto, los serotipos identificados fueron: 89% del DEN-2 (Salta, un caso en Córdoba y un caso en Santiago del Estero), y el restante 11%, del DEN-1 (Buenos Aires y Santa Fe).
Luego de las argumentaciones del científico argentino, ya no quedan dudas. Este avance marcará un antes y un después en el tratamiento de estas enfermedades. Ya que al conocer cómo se activan estos virus y cuál es el mecanismo que usan para iniciar la enfermedad, la ciencia comenzará a transitar un nuevo camino hacia vacunas y tratamientos efectivos.
Conocer el mecanismo molecular que regula la infección permite, por supuesto, el desarrollo de nuevos antivirales y una nueva comprensión de cómo funcionan estos virus y cómo hacen para infectar a través de los vectores, como son los mosquitos. Conocer el mapa atómico de una región que cambia su estructura según el entorno y que es clave para la funcionalidad de la infectividad de estos virus es una herramienta clave para el diseño de nuevos antivirales, estrategias de monoclonales dirigidos o cualquier forma de atacar y combatir este flagelo, aseguró Dellarole.
Y concluyó: Es un cambio de paradigma importantísimo y como todo cambio de paradigma abre puertas hacia la imaginación de cómo combatirlos desde un punto de vista sanitario. Y toda esta comprensión permitirá muchos otros experimentos para tratar de comprender cómo estas pequeñas variaciones hacen que los distintos virus infecten y afecten de distinta manera, con distintos síntomas y a distintas poblaciones.
Vale destacar que, además de Dellarole y Rey, fueron parte de la investigación Marie-Christine Vaney, Stéphane Duquerroy, Iris Medits, Georgios Tsouchnikas, Alejandro Rouvinski, Patricio Inglaterra, Karin Stiasny, y Franz X Heinz; los cuales pertenecen al Centro de Virología de la Universidad Médica de Viena y el Instituto Pasteur de París.
Janssen, Compañías Farmacéuticas de Johnson & Johnson (Janssen), en colaboración con el Instituto Rega de la KU Leuven y el Centro de Diseño y Descubrimiento de Fármacos de la KU Leuven (CD3), anunció la publicación de nuevos datos preclínicos en la revista Nature que muestran que un compuesto en fase inicial con un novedoso mecanismo de acción podría tratar potencialmente todos los serotipos del dengue y proporcionar un periodo de protección contra la adquisición de este virus. Janssen está pasando ahora su programa contra el dengue al desarrollo clínico.
Los datos del estudio en su primera etapa sugieren que un compuesto antiviral impide la interacción entre dos proteínas virales (NS3 y NS4B) que desempeñan un papel importante en el proceso de reproducción de un virus, deteniendo así la capacidad de éste para reproducirse. Esto representa un mecanismo de acción antiviral totalmente novedoso.
El compuesto demostró su eficacia contra la infección por dengue en un contexto profiláctico, y una reducción rápida y significativa de la carga viral en el pico de viremia en un modelo terapéutico.
"Este avance científico muestra un enorme potencial para tratar y prevenir los cuatro serotipos del dengue y ayudar a transformar la lucha mundial contra esta importante y creciente amenaza para la salud pública", dijo el Dr. Paul Stoffels, vicepresidente del Comité Ejecutivo y director Científico de Johnson & Johnson. "Tenemos la esperanza de que esta labor científica en fase inicial pueda traducirse finalmente en una diferencia significativa para las comunidades en riesgo. Estamos deseando trabajar con nuestros colaboradores para acelerar el desarrollo clínico."
Nombrado como una de las diez principales amenazas en 2019 por la Organización Mundial de la Salud, el dengue tiene una importancia crítica para la seguridad sanitaria mundial, ya que infecta hasta 400 millones de personas, enferma hasta 100 millones y mata a miles cada año. El virus está preparado para afectar a miles de millones de personas más en las próximas décadas a medida que el mosquito Aedes aegypti que porta el virus del dengue se extienda más allá de sus regiones nativas, impulsado por tendencias convergentes como el cambio climático, la urbanización y una población creciente. Un informe de agosto de 2021 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático también advierte que el incremento de las temperaturas podría provocar un mayor número de enfermedades transmitidas por vectores, incluido el dengue. Dado que la frecuencia de los brotes sigue aumentando drásticamente, como demuestran los recientes repuntes en países del sur de Asia, como Bangladesh y Sri Lanka, es imprescindible descubrir nuevos métodos de tratamiento y prevención del dengue.
"A medida que el clima sigue cambiando y más comunidades están en riesgo, es imperativo que avancemos en nuestra ciencia para satisfacer las necesidades actuales y las que vendrán", dijo Ruxandra Draghia-Akli, M.D., Ph.D., Jefe Global de I&D en Salud Pública Global de Janssen Research & Development, LLC. "Nuestro trabajo sobre el dengue señala lo mucho que puede lograrse cuando la ciencia en conjunto se aplica en la fase de descubrimiento y se orienta hacia una gran necesidad insatisfecha en la salud pública."
El programa de descubrimiento de compuestos contra el dengue de Janssen comenzó en 2007. A la fecha no hay ninguna terapia especifica disponible para tratar el dengue, y la investigación y el desarrollo (I+D) han demostrado ser un reto, en parte, debido a la existencia de múltiples serotipos de dengue, cada uno de los cuales puede causar reinfección y circular concomitantemente en las mismas regiones. En 2013, Janssen colaboró con el profesor Johan Neyts y Suzanne Kaptein del Instituto Rega de la Universidad Católica de Lovaina y con Patrick Chaltin del Centro de Diseño y Descubrimiento de Fármacos (CD3), así como con sus respectivos equipos, para identificar una serie de compuestos capaces de inhibir el virus en células cultivadas en laboratorio y en animales. Este esfuerzo se basó en el trabajo realizado durante cuatro años por el Instituto Rega de la Universidad de Lovaina, el CD3 y el Wellcome Trust sobre el nuevo inhibidor antiviral. El desarrollo de los compuestos se aceleró gracias a la experiencia y la colaboración de todos los socios. Janssen Pharmaceutica, N.V. obtuvo la licencia de la serie de compuestos en 2015 y sigue avanzando en el desarrollo clínico del compuesto.
El compromiso de Johnson & Johnson con las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) y la preparación para la pandemia
Johnson & Johnson está avanzando activamente en la ciencia en múltiples áreas de enfermedades con el objetivo de fortalecer la salud pública mundial. Esto incluye los esfuerzos de I+D dirigidos a abordar las amenazas pandémicas, como los coronavirus (incluido el SARS-CoV-2), los filovirus (incluido el Ébola) y los flavivirus (incluido el dengue).
El trabajo de Janssen contra el dengue es sólo una parte de un compromiso más amplio para hacer frente a la carga de las ETD, un grupo de unas 20 enfermedades transmisibles que causan condiciones debilitantes y afectan a más de 1.700 millones de personas en 149 países de todo el mundo.
Desde 2006, Johnson & Johnson ha donado más de 1.700 millones de dosis de su medicamento para tratar las lombrices intestinales y está trabajando con sus socios para identificar soluciones sostenibles para combatir las ETD a largo plazo. Estas iniciativas incluyen la mejora en los diagnósticos y el apoyo al desarrollo de marcos nacionales de seguimiento y evaluación para permitir una mejor recopilación de datos, una toma de decisiones más informada y, en última instancia, intervenciones terapéuticas específicas que tienen el potencial de controlar las ETD en los países endémicos. Johnson & Johnson también invierte en I+D para otras ETD, como las mordeduras de serpiente, la enfermedad de Chagas y la lepra.
Janssen agradece a sus socios estratégicos en la investigación y el desarrollo de su compuesto contra el dengue, entre los que se encuentran el Instituto Rega de la KU Leuven, el Centro de Diseño y Descubrimiento de Fármacos de la KU Leuven (CD3), el Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Heidelberg, el Centro Alemán de Investigación de Infecciones, la Unité des Virus Émergents, la Global Virus Network (GVN), Wellcome Trust y VLAIO.
Takeda anunció que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha aceptado los paquetes de presentaciones de la empresa correspondientes a su vacuna candidata contra el dengue (TAK-003), que está en investigación para la prevención del dengue provocado por cualquiera de los serotipos del virus en personas de entre 4 y 60 años. Takeda prevé hacer presentaciones regulatorias en Argentina, Brasil, Colombia, Indonesia, Malasia, México, Singapur, Sri Lanka y Tailandia durante 2021.
"Las presentaciones regulatorias correspondientes a nuestra vacuna candidata contra el dengue, TAK-003, representan un avance importante para las personas que viven en comunidades amenazadas por la enfermedad o que viajan a lugares afectados", señaló Derek Wallace, vicepresidente y líder del Programa Global de Dengue de Takeda.
Derek sostuvo que "los brotes de dengue, que producen medio millón de hospitalizaciones por año a nivel mundial, pueden agobiar a las comunidades y gobiernos por su amplio impacto en el sistema sanitario".
"Con opciones limitadas para prevenir la enfermedad, hay una necesidad apremiante de vacunas contra el dengue disponibles a nivel mundial. Takeda se compromete a colaborar con las autoridades regulatorias y los organismos prescriptores para apoyar la evaluación de nuestras presentaciones y lograr el acceso a TAK-003", afirmó.
Takeda participa en la primera evaluación paralela de un producto medicinal de la EMA para uso en la Unión Europea (UE), y a través del procedimiento EU-M4all (anterior artículo 58) para los países fuera de la UE. Junto con la opinión científica emitida por el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP), los entes reguladores nacionales en países que participan en el procedimiento EU-M4all harán sus propias evaluaciones para determinar si se otorgan las autorizaciones de comercialización de TAK-003. Takeda también busca la aprobación de TAK-003 en países endémicos del dengue que no participan en el proceso EU-M4all.
Las presentaciones regulatorias correspondientes a TAK-003 incluyen datos sobre la eficacia y seguridad a largo plazo durante 36 meses a partir del crucial Estudio de la eficacia de la vacuna tetravalente contra el dengue (TIDES, por sus siglas en inglés) de fase 3 en curso. Takeda prevé presentar y publicar detalles de los datos recopilados durante 36 meses en una reunión científica y una revista revisada por expertos este año.
Takeda también tiene previsto hacer presentaciones regulatorias en Estados Unidos y posteriormente en otros países en Asia y Latinoamérica.
EU-M4all
EU-M4all (o Medicamentos de la UE para todos) es un procedimiento para facilitar el acceso de los pacientes a medicamentos esenciales o vacunas cuyo fin es el de prevenir o tratar enfermedades de gran interés para la salud pública. Mediante el procedimiento EU-M4all (anteriormente conocido como el procedimiento del artículo 58), la EMA, en alianza con la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede brindar una opinión científica sobre los medicamentos y vacunas contra enfermedades que son prioritarias para la salud pública, destinados a mercados fuera de la UE.
Acerca de TAK-003
La vacuna candidata tetravalente contra el dengue (TAK-003) de Takeda se basa en un virus del dengue vivo atenuado serotipo 2, que ofrece la 'estructura' genética para los cuatro virus de la vacuna. Los datos clínicos de la fase 2 en niños y adolescentes mostraron que TAK-003 indujo respuestas inmunitarias contra los cuatro serotipos del dengue tanto en participantes seropositivos como seronegativos, que persistió durante 48 meses tras la vacunación y se observó que la vacuna era segura y bien tolerada en términos generales. El ensayo fundamental de fase 3 TIDES cumplió con su criterio de valoración principal de la eficacia general de la vacuna (EV) contra el dengue confirmado virológicamente (DCV) tras 12 meses de seguimiento y todos los criterios de valoración secundarios tras 18 meses de seguimiento para el que había una cantidad suficiente de casos de dengue, incluso la EV contra el dengue en pacientes hospitalizados y la EV en participantes seropositivos y seronegativos al inicio. La eficacia variaba según el serotipo. Los resultados demostraron que TAK-003 se toleró de manera satisfactoria en términos generales y no se han observado riesgos de seguridad importantes hasta la fecha.
Acerca del ensayo de fase 3 TIDES (DEN-301)
El ensayo TIDES de fase 3, doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo evalúa la seguridad y la eficacia de dos dosis de TAK-003 para la prevención del dengue sintomático, de cualquier gravedad y confirmado por análisis de laboratorio, provocado por cualquiera de los cuatro serotipos de virus dengue en niños y adolescentes. El ensayo TIDES es el mayor ensayo clínico de intervención de Takeda hasta la fecha, en el que participaron más de 20.000 niños y adolescentes sanos de entre 4 y 16 años de edad que viven en zonas donde el dengue es endémico. Los participantes en el estudio fueron asignados aleatoriamente para recibir 0,5 ml de TAK-003 o placebo mediante inyección subcutánea en los días 1 y 90. El estudio consta de cinco partes. La primera parte y el análisis del criterio de valoración principal evaluó la eficacia de la vacuna (EV) y su seguridad en los 15 meses posteriores a la primera dosis (12 meses después de la segunda dosis). La segunda parte del estudio siguió durante otros seis meses para completar la evaluación de los criterios de valoración secundarios de la EV por serotipo, seroestado inicial y gravedad, incluso EV para pacientes hospitalizados por dengue. La parte 3 evalúa la EV y la seguridad a largo plazo mediante un seguimiento de los participantes durante otros dos años y medio a tres. La parte 4 evaluará la seguridad durante 13 meses tras la vacuna de refuerzo y la parte 5 evaluará la seguridad a largo plazo durante un año posterior a la finalización de la parte 4.
El ensayo se lleva a cabo en zonas de América Latina (Brasil, Colombia, Nicaragua, Panamá y República Dominicana) y Asia (Filipinas, Sri Lanka y Tailandia) donde el dengue es una enfermedad endémica, existen necesidades no satisfechas en cuanto a su prevención y en las que el dengue es una de las principales causas de enfermedad grave y muerte entre los niños. Se extrajeron muestras de sangre iniciales, de referencia, de todos los individuos participantes en el ensayo para poder evaluar la seguridad y la eficacia en función del seroestado. Takeda, junto con un Comité de supervisión de datos independiente formado por expertos, realizan un seguimiento activo de la seguridad de manera permanente.
SC Johnson anunció hoy una donación de 25.000 unidades de repelentes de mosquitos para ayudar a proteger a las familias en Argentina y Paraguay. La empresa también amplió su programa educativo Chau Mosquito con capacitación virtual para llegar a un mayor número de personas durante la pandemia COVID-19.
"El dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos pueden afectar la vida de las personas y las comunidades", dijo Alan VanderMolen, Vicepresidente Senior y Jefe de Comunicaciones en SC Johnson.
"Estamos comprometidos con un mundo más saludable al ayudar a las familias a través de donaciones de productos e información educativa para reducir significativamente el impacto de las enfermedades transmitidas por mosquitos en las familias".
SC Johnson se comprometió con las organizaciones civiles Edupas, Fundación Mundo Sano y Fundación Dequení para entregar los productos donados y el programa educativo en línea Chau Mosquito. Lanzado en 2016, el programa Chau Mosquito proporciona información útil sobre cómo las familias pueden prevenir las picaduras de mosquitos y reducir la transmisión de enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue, el Zika, el chikungunya y la fiebre amarilla. Más de 5.000 líderes comunitarios, docentes, médicos y profesionales de la salud pública han sido capacitados y 900.000 familias en Argentina, Paraguay y Uruguay se han beneficiado de los recursos educativos de Chau Mosquito y un millón de unidades de repelentes e insecticidas personales donados.
Para obtener más información, visite www.chaumosquito.com.
Sin lugar a dudas, hoy la pandemia del coronavirus ocupa todo el interés sanitario y periodístico, pero desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) informaron sobre el crecimiento de los casos de dengue, una enfermedad potencialmente mortal, cuya incidencia en nuestro país está aumentando a pasos considerables.
En efecto, según el Boletín integrado de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud de la Nación, entre la semana 31 del año 2019 y el 9 de marzo último (semana 10 de 2020), se registraron 2.942 nuevos casos, siendo el promedio de casos notificados en las últimas 3 semanas 6 veces superior que los reportados para las mismas 3 semanas de la temporada 2018-2019.
Con fecha 15 de agosto de 2019, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS)alertó acerca de un nuevo ciclo epidémico de dengue en la Región de las Américas, informando que luego de dos años de baja incidencia, se observaba para esta temporada un incremento de casos de dengue y dengue grave en varios territorios de la región compuesta por Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
Los principales transmisores del virus del dengue en nuestro medio son los mosquitos del tipo ‘Aedesaegypti’.Contribuyen a la cría del mosquito vector y al aumento de transmisión del dengue, entre otros factores, los climas con muchas lluvias y elevadas temperaturas, insuficiente provisión de agua potable que obliga a su almacenamiento en recipientes caseros descubiertos y la disponibilidad de reservorios de distinto tipo que funcionan como criaderos. Este mosquito tiene hábitos domiciliarios por lo que la transmisión es predominantemente doméstica, acompañando al ser humano dentro de la vivienda y sus alrededores.
“Para que en una ciudad, región o país se produzca transmisión de la enfermedad tienen que estar presentes en forma simultánea el virus, el vector y el huésped susceptible. Este último, cuando es infectado, se transforma en el reservorio de la enfermedad. Lamentablemente, hoy en gran parte de nuestro país tenemos un número importante de ejemplares del vector, está presente el virus y los huéspedes somos nosotros”, advirtió la Dra. Gabriela Ensinck, infectóloga pediatra, Secretaria del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Existen 4 serotipos del dengue y padecer la enfermedad de cualquiera de ellos confiere inmunidad permanente contra ese serotipo y solo por unos meses contra los restantes. Cualquier serotipo puede producir formas graves de la enfermedad, aunque los serotipos 2 y 3 (denominados DEN 2 y DEN 3) han sido asociados a la mayor cantidad de casos graves y de fallecimientos. En nuestro país circulan mayoritariamente los serotipos DEN 1 (68.8%) y DEN 4 (27.5%)y, en menor medida,el serotipo DEN 2 (3,7%).
“Aquel individuo que ya tuvo dengue por uno de los serotipos y recibe una picadura de un mosquito que le transmite alguno de los otros serotipos, tiene mayores posibilidades de presentar ‘dengue hemorrágico’, una de las formas graves de la enfermedad”, sostuvo la Dra. Elizabeth Bogdanowicz, infectóloga pediatra, miembro del Comité de Infectología de la SAP.
Si bien se puede presentar -sin diferencia por sexo- en cualquier rango de edad, según los reportes es más frecuente en los mayores de 10 años y en los adolescentes, expresando síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor alrededor del ojo (retro-ocular), derrames oculares (inyección conjuntival), manchas rojas en la piel, náuseas, vómitos y alteraciones del sabor de los alimentos y las bebidas. Mientras que en los lactantes suele cursar en forma asintomática (8 de cada 10 casos) o sin diferenciarse de otros cuadros virales que producen fiebre, falta de apetito, fatiga, dolor de garganta y erupciones.
“Como siempre, la aparición de todos o de alguno de estos síntomas mencionados amerita la consulta urgente con el especialista. Particularmente, la presencia de fiebre y erupción en la piel hacen necesario pensar en dengue, sin olvidarnos, en nuestro medio, de la posibilidad de estar presentes también ante un cuadro de sarampión”, aclaró la Dra. Ensinck.
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El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti, que se alimenta con sangre de una persona enferma para luego infectar a cualquiera que vuelva a picar.
El mosquito Aedes aegypti vive en hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales. En las últimas décadas aumentó enormemente la incidencia del dengue en el mundo y alrededor de la mitad de la población corre el riesgo de contraer esta enfermedad. Se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta.
Las personas infectadas son los portadores y multiplicadores principales del virus, ya que los mosquitos se infectan al picarlas. Tras la aparición de los primeros síntomas, es posible transmitir la infección a los mosquitos Aedes (durante 4 o 5 días; 12 días como máximo).
Es importante destacar que el contagio sólo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna. Sin embargo, aunque es poco común, las mujeres embarazadas pueden contagiar a sus bebés durante el embarazo.
Las tareas para evitar la enfermedad del dengue consisten en eliminar los posibles criaderos de mosquitos en las viviendas y alrededores; es importante dar vuelta los objetos que se encuentran en el exterior como baldes, palanganas y tambores; cambiar el agua de los bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia; tapar los tanques y recipientes que se usan para recolectar agua; mantener los jardines desmalezados y limpiar las canaletas de los techos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que, por hoy, el único método para controlar o prevenir la transmisión del dengue consiste en luchar contra los mosquitos. Por eso es importante evitar que estos encuentren lugares en los que puedan depositar sus huevos. Se sugiere eliminar correctamente los desechos sólidos y los posibles hábitats artificiales, cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes en los que se almacena agua para uso doméstico y aplicar insecticidas que permita eliminarlos.
También se recomienda usar repelentes, vestir ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre; colocar mosquiteros en puertas y ventanas; proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras y utilizar repelentes ambientales como tabletas y espirales.
Síntomas de alarma:
- Fiebre alta (sin resfrío)
- Dolor detrás de los ojos, muscular y de las articulaciones
- Náuseas y vómitos
- Cansancio
- Sangrado de nariz y encías
- Erupción en la piel
Frente a estos síntomas es importante acudir al médico y no automedicarse. También se recomienda no tomar aspirinas, ibuprofeno ni aplicarse inyecciones intramusculares porque puede complicar la enfermedad.
Según la OMS no hay tratamiento específico para el dengue. En caso de una complicación con el virus, es importante confiar en la asistencia que presten médicos y enfermeras con experiencia en los efectos que esta pueda causar.
Fuente: Clarin Salud
Un grupo de investigadores del CONICET participa de un proyecto internacional que busca crear un sistema de predicción de brotes de enfermedades vectoriales transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, como dengue y zika. Durante 2019, se realizaron en simultáneo diversos experimentos en ciudades de Argentina, Ecuador y Colombia con el objetivo de construir un modelo que permita “adelantarse” a la aparición de casos en humanos.
Posadas, capital de la provincia de Misiones, es la ciudad argentina en la que se realizaron los relevamientos y análisis, que estuvieron a cargo de científicos del Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA) del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), en conjunto con equipos del Departamento de Vectores de la Municipalidad. Todos los datos que se obtuvieron serán evaluados para tratar de identificar cómo es la transmisión de los virus y emitir alertas tempranas, lo que posibilitará el diseño y la implementación de acciones preventivas, evitando la expansión de los brotes y reduciendo los costos de tratamientos para el sistema de salud y las complicaciones por reinfección en pacientes de riesgo.
El proceso de estudio incluye la captura de mosquitos adultos y su análisis genético. La información generada por los grupos de los países de Latinoamérica será procesada por grupos de científicos de Canadá para crear los modelos que permitirán conocer cuál es la probabilidad de que se registren brotes en distintos puntos y evaluar las posibles acciones preventivas a implementarse, tanto de manera general como particular en cada ciudad.
Después un gran brote de dengue que se registró en Misiones en 2016, los investigadores del GIGA empezaron a preguntarse cómo podían contribuir, desde su rol como científicos, para prevenir o mitigar los efectos de este tipo de enfermedades.
Así surgió la posibilidad de sumarse a un consorcio de investigadores canadienses y latinoamericanos que buscaba obtener datos de distintos países para generar modelos matemáticos.
“Lo que estamos haciendo son estudios epidemiológicos y ecológicos de la distribución del mosquito a través del análisis de larvas y mosquitos adultos. Además, realizamos un diagnóstico de la presencia de virus en mosquitos. Estos datos, combinados con otra información socioambiental que se va recopilando durante el trabajo de campo, servirán para el desarrollo de los modelos”, explica el investigador independiente del CONICET en el IBS y responsable del proyecto, Marcos Miretti.
El proceso de recolección de datos se realizó entre enero y diciembre de 2019 y siguió un protocolo idéntico en las ciudades seleccionadas en los tres países (Posadas, en Argentina; Manta, en Ecuador y Bagé, en Colombia); que consistió en la obtención simultánea de muestras de mosquitos y larvas que habitan en casas ubicadas en barrios de distintos estratos socioeconómicos. Aunque en algunos lugares ya se utilizaba el conteo de larvas como índice predictivo de brotes, este proyecto está aportando como novedad el estudio de adultos –que son los que transmiten los virus–, que se capturan a través de trampas y aspiradores especiales.
Todo el material recolectado es estudiado, en primera instancia, por los técnicos del Instituto de Vectores de la Municipalidad de Posadas, donde son clasificados en especies. Entre los Aedes aegypti, se separan las hembras de los machos y se identifican cuáles son las que están alimentadas.
Posteriormente, las muestras son procesadas en el laboratorio del GIGA, donde se extrae el material genético del mosquito, a fin de identificar si hay presencia de virus. “También estamos trabajando en el diseño de un nuevo protocolo para bajar el costo de estos estudios, ya que se utilizan kits que cuestan más de cuarenta40 dólares por muestra y que, con las adaptaciones que estamos implementando basados en experiencias de otros laboratorios, podrían ser hasta diez10 veces más baratos y ser utilizados a escala epidemiológica”, indica Miretti.
Esta parte del trabajo se realizó en conjunto con el grupo del investigador adjunto del CONICET en la Unidad Ejecutora de Producción Animal (INPA), Federico Pereyra Bonnet y la empresa CASPR Biotech, quienes están desarrollando métodos basados en la técnica CRISPR para el diagnóstico de enfermedades infecciosas.
En el caso de los ensayos realizados en Misiones, además de identificar si hay presencia del virus, los estudios del material genético permiten saber si el ejemplar de Aedes aegypti pica sólo a humanos, a animales o a ambos. Los datos recolectados también permitirán conocer más acerca de los mosquitos, lo que podrá ser utilizado para otras líneas de estudios que, por ejemplo, abordan la posible resistencia de estos insectos a los pesticidas.
Una vez evaluados los datos de cada país, se iniciará la etapa de modelado y se evaluarán las diferentes intervenciones que se puede hacer, ya sea de manera particular en cada ciudad o como acciones universales para ser aplicadas en cualquier lugar que enfrente un potencial brote. “Más allá del modelo predictivo que se consiga desarrollar, todo el proceso de estudio generó un gran impacto positivo en nuestro equipo y en la ciudad. El trabajo con los técnicos de la Municipalidad de Posadas fue muy enriquecedor para los miembros del laboratorio y se están generando nuevas preguntas que seguramente van a dar lugar a nuevas líneas de investigación”, resalta Miretti.
Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social
El trabajo del que participan los investigadores del CONICET en el IBS fue enmarcado en un Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS), una herramienta del Consejo que tiene por objeto la resolución de una necesidad de la sociedad o del mercado y en los cuales una o más organizaciones –públicas o privadas– se constituyen como demandantes y/o adoptantes de la tecnología desarrollada, mientras que una o más instituciones contribuyen al financiamiento. En este caso el convenio fue suscripto con la Municipalidad de la Ciudad de Posadas y la Universidad de los Andes de Colombia (UNIANDES), a través de la cual se canalizó un subsidio del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC)
Fuente: Consenso Salud
El colapso en la atención de la salud y la drástica disminución de programas de salud pública son culpables directos de que el primer país que logró el certificado de la OMS por erradicar la malaria en 1961 haya registrado durante 2017 un total de 411.586 casos. El resurgimiento de una enfermedad que “pronto podría convertirse en incontrolable”, según señala una revisión que acaba de publicar la revista The Lancet Infectious Diseases. Malaria, Chagas, chikungunya, dengue o el virus del Zika… La crítica situación que vive Venezuela está acelerando la reaparición de enfermedades transmitidas por vectores (insectos como los mosquitos y las garrapatas) y amenaza con poner en riesgo la salud pública del país. Dichas afecciones van conquistando cada vez más territorios del país, incluso se extienden más allá, especialmente a Brasil y Colombia. De acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad de Brasil, en 2016, el 45% de los casos de malaria del municipio brasileño de Paracaima y el 86% de los registrados en Boa Vista fueron atribuidos a la inmigración venezolana. Se calcula que entre 2014 y 2018, 1,5 millones de venezolanos abandonaron su país para irse a vivir a otra nación de América Latina o a otra región del Caribe. En 2018, el promedio de personas que dejan Venezuela todos los días se sitúa en 5.500. Tras el análisis de toda la información recabada, los autores concluyeron que entre 2010 (29.736) y 2015 (136.402), Venezuela experimentó un aumento del 359% en casos de malaria, seguido del incremento del 71% entre 2016 (240.613) y 2017 (411.586). “Es potencialmente el mayor aumento de malaria reportado en todo el mundo”, dicen los responsables del trabajo. “La cruda realidad es que en ausencia de medidas de vigilancia, diagnóstico y prevención, estas cifras probablemente representan una subestimación de la situación real”, afirma Martin Llewellyn, líder de la revisión y profesor de la Universidad de Glasgow, Reino Unido.También llama la atención el capítulo dedicado a la enfermedad de Chagas, una de las principales causas de insuficiencia cardiaca en América Latina. Según las muestras recogidas entre 2008 y 2018, la seroprevalencia en niños menores de 10 años se estimó en 12,5% en algunas comunidades, en comparación con un mínimo histórico del 0,5% en 1998. Resultados lógicos teniendo en cuenta que “desde 2012, la vigilancia y el control de esta enfermedad han sido abandonados en Venezuela”, puntualiza Llewellyn. En cuanto al dengue, se ha multiplicado por cinco, con una incidencia promedio de 211 casos por cada 100.000 personas entre 2010 y 2016 y seis epidemias cada vez más grandes registradas a nivel nacional entre 2007 y 2016.El potencial epidémico de la fiebre chikungunya parece estar subiendo peldaños también. Se estima que en 2014 hubo dos millones de casos sospechosos. Lo que está claro es que la agitación social, política y económica que los venezolanos llevan soportando la última década deja a su país en crisis, “con capacidad reducida para una intervención efectiva”. Afortunadamente, los autores ven posibles soluciones, incluso con recursos restringidos. Un buen ejemplo, apunta Llewellyn, es la estrategia binacional para la eliminación de la malaria en la frontera entre Perú y Ecuador. Mantienen una estrecha colaboración en la vigilancia y la formación del personal para recoger muestras de personas febriles dentro de sus comunidades fronterizas, lo que impulsa un diagnóstico y tratamiento eficaces. También intercambian recursos tales como información, medicamentos e insecticidas. El gran desafío es identificar y evaluar a las personas con más probabilidades de infección. Por eso, comentan los autores, es especialmente importante que las comunidades con mayor riesgo de enfermedad estén informadas sobre la creciente amenaza. Los expertos señalan, además, que la vigilancia es crucial y se debe utilizar para crear conciencia entre las autoridades venezolanas y regionales, y alentarlos a reconocer la creciente crisis, cooperar y aceptar intervenciones médicas internacionales. “Pedimos a los miembros de la Organización de los Estados Americanos y otros organismos políticos internacionales que presionen más al gobierno venezolano para que acepte la asistencia humanitaria ofrecida por la comunidad internacional para fortalecer el sistema de salud. Sin tales esfuerzos, los avances en salud pública logrados en los últimos 18 años podrían revertirse pronto”, advierte Llewellyn.
Fuente: Consenso salud
Dengvaxia es la primera vacuna contra el dengue en el mundo pero expertos de la OMS recomendaron que debería “suspender temporalmente, excepto en circunstancias limitadas, debido a la preocupación de que podría poner a algunas personas en mayor riesgo de enfermedad grave”.
“Ese paso es necesario después de que los estudios mostraron que la vacuna, fabricada por Sanofi Pasteur, puede tener un efecto desafortunado: empeorar, en lugar de prevenir, futuros casos de dengue en algunas personas que no habían sido previamente infectadas”, señaló la advertencia de la OMS.
Los expertos dijeron que solo las personas que se sabe que contrajeron la enfermedad, es decir, aquellos cuyos registros médicos confirman una infección previa, deberían recibir la vacuna.
Jeremy Farrar, director de Wellcome Trust y copresidente del grupo asesor técnico de la OMS sobre Dengvaxia, dijo que en este punto, solo a un grupo limitado de personas se le debería ofrecer la vacuna.
La recomendación de la OMS surgió luego de que estallara un escándalo en Filipinas, uno de los dos países del mundo donde se aplicó la vacuna y en donde fueron vacunados alrededor de 830 mil niños.
El gobierno filipino ordenó detener la campaña de vacunación y exigió el reembolso de 59 millones de dólares que había pagado al laboratorio por las dosis.
Dengvaxia ha sido aprobado en 19 países hasta el momento pero aún no ha sido aprobada en Europa ni en los Estados Unidos. México, Argentina y Brasil son los países latinoamericanos que aprobaron la vacuna. En Argentina está aprobada desde marzo de 2017.
Su aplicación ya ha sido suspendida en Filipinas y Brasil que es el único otro país del mundo que usó Dengvaxia en un programa de salud pública.
Alrededor de un millón de personas han recibido la vacuna, estimó la doctora Annelies Wilder-Smith, experta en dengue en la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, que actualmente trabaja como consultora para la OMS.
Sanofi también ha propuesto a partir del escándalo en Filipinas que la vacuna solo debe administrarse a personas que previamente se han enfermado de dengue.
Pero la compañía francesa ha sugerido que aún podría permitirse en lugares donde tanta gente se ha enfermado que es razonable suponer que la mayoría se habrá infectado a los 9 años, la edad más temprana en la que se puede administrar la vacuna.
“Proponemos que los profesionales de la salud evaluen la probabilidad de infección previa por dengue en estas personas antes de vacunar y para las personas que no han sido infectadas previamente por el virus del dengue, no se recomienda la vacunación”, recomendó Jack Cox, jefe de relaciones mundiales de medios en Sanofi, en declaraciones al sitio STAT.
La efectividad de la vacuna, sin embargo, ha generado más incertidumbres que certezas desde que los investigadores de la OMS evaluaron los resultados de los ensayos clínicos a lo largo del tiempo. Tres años después de la vacunación, los niños pequeños (de 2 a 5 años cuando fueron vacunados) tenían un mayor riesgo de ser hospitalizados con dengue grave.
El Grupo Consultivo de Expertos en Inmunización de la OMS finalmente recomendó que la vacuna solo se use en personas de 9 años en adelante en lugares donde las infecciones por dengue son muy comunes.
El panel instó a Sanofi a investigar más sobre la cuestión de qué tan segura es la vacuna en personas que nunca tuvieron dengue.
El laboratorio francés el 29 de noviembre emitió un comunicado en el que informaba que estaba pidiendo a las agencias reguladoras de los países que habían autorizado a Dengvaxia que cambiaran su etiqueta para señalar que la vacunación no debería recomendarse a personas que no habían sido infectadas previamente.
Fuente: Pharma Baires