La intolerancia a las estatinas está ampliamente sobredimensionada, pese a que es una causa principal de discontinuación del tratamiento. Así se extrae del mayor estudio realizado hasta la fecha para determinar la frecuencia de este problema y que la sitúa en el 9,1% de los pacientes que reciben estos fármacos. Los motivos para abandonar las estatinas, una de las principales herramientas farmacológicas de reducción del riesgo cardiovascular, no serían por tanto achacables a los medicamentos.
Según los investigadores, uno de cada dos pacientes con estatinas atribuye a sus pastillas para el colesterol dolor muscular y otros efectos secundarios. Como consecuencia abandona el tratamiento o reduce la dosis o las tomas. Un nuevo metaanálisis de estudios internacionales, con más de cuatro millones de pacientes, demuestra que la prevalencia real de la intolerancia a las estatinas no alcanza a una de cada diez personas.
Los autores afirman que sus hallazgos demuestran que la intolerancia a las estatinas se sobreestima por los pacientes y se sobrediagnostica por los médicos, lo que redunda en un control subóptimo del riesgo cardiovascular, incrementando el riesgo de eventos, incluidas muertes. Los resultados de la investigación se publican este miércolesen el European Heart Journal, la revista oficial de la Sociedad Europea de Cardiología.
Las evidencias que avalan la eficacia de las estatinas en la prevención cardiovascular son sólidas. Estos hipolipemiantes orales se encuentran entre los medicamentos más recetados en todo el mundo. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro qué porcentaje de pacientes son realmente intolerantes, ya que los datos procedentes de registros, ensayos clínicos y otros estudios arrojan una horquilla de entre el 5% y el 50%.
Los nuevos resultados proceden de un metaanálisis de 176 ensayos y estudios de cohortes con 4.143.517 pacientes de todo el mundo dirigido por Maciej Banach, de la Universidad Médica de Lodz y la Universidad de Zielona Góra (Polonia), en nombre del Grupo de Colaboración de Metaanálisis de Lípidos y Presión Arterial y el Panel Internacional de Expertos en Lìpidos. Con su estudio, los investigadores pretenden cerrar el debate sobre la frecuencia de intolerancia a las estatinas.
El artículo apunta que la causa más común de interrupción son los síntomas musculares. Otros posibles efectos adversos de estos fármacos son los trastornos neurocognitivos, la hepatotoxicidad, el ictus hemorrágico y la toxicidad renal. Aunque también pueden conducir al abandono del tratamiento, la causalidad solo se ha confirmado para el dolor muscular, la elevación temporal de la aminotransferasa alanina y el nuevo diagnóstico de diabetes.
En el metaanálisis, la prevalencia global de intolerancia a las estatinas fue del 9,1%, y fue aún menor cuando se evaluó según los criterios diagnósticos de la Asociación Nacional de Lípidos de Estados Unidos, la ILEP y la Sociedad Europea de Aterosclerosis: 7%, 6,7% y 5,9% respectivamente.
“Estos resultados no han sido una sorpresa para mí, pero sí para muchos otros expertos”, afirma Banach. “Muestran que, en la mayoría de los casos, la intolerancia a las estatinas está sobreestimada y sobrediagnosticada, y significan que alrededor del 93% de los pacientes en tratamiento con estatinas pueden tratarse de manera efectiva, con muy buena tolerabilidad y sin problemas de seguridad”.
De hecho, apunta, que este porcentaje de buena tolerabilidad es igual o mejor que el de otros medicamentos que se emplean en Cardiología, como los anticoagulantes y los antiagregantes.
Los investigadores comprenden que los médicos deben evaluar los síntomas de los pacientes de intolerancia a las estatinas con cautela, para determinar si están realmente causados por los fármacos o podrían deberse al efecto nocebo.
El metaanálisis también permite identificar los factores de riesgo de intolerancia a las estatinas. El principal es ser mujer, ya que el sexo femenino incremento el riesgo un 47,9%, seguido del hipotiroidismo (37,6%), el consumo de estatinas a dosis altas (37,5%), la edad (33,1%), la toma de bloqueantes de los canales de calcio (35,5%) y de antiarrítmicos (31,2%).
Otros factores que aumentaron la probabilidad de intolerancia a las estatinas fueron la insuficiencia renal y crónica, la práctica de ejercicio físico, el consumo de alcohol, la diabetes mellitus, la obesidad y la raza negra o asiática.
Para Banach, “es de vital importancia conocer estos factores de riesgo para que podamos predecir de manera efectiva que un paciente en particular tiene un mayor riesgo de intolerancia a las estatinas”. De esta forma, expone, se pueden tomar en consideración medidas para reducir el riesgo de efectos adversos y mejorar la adherencia, como usar dosis bajas de estatinas y combinar el tratamiento o cambiarlo a otros fármacos.
El experto señala que el mensaje a los pacientes es que “deben seguir tomando estatinas de acuerdo con la dosis prescrita y discutir cualquier efecto secundario con su médico, en lugar de suspender el medicamento”.
“El mismo mensaje claro se puede dirigir a los médicos que tratan a pacientes con niveles altos de colesterol”, comprende Banach. “La mayoría de los casos de intolerancia a las estatinas observados en la práctica clínica están asociados con efectos causados por creencias erróneas de los pacientes sobre los efectos secundarios de las estatinas o pueden deberse a otras razones”.
El Servicio Nacional de Salud (NHS) en Inglaterra pondrá este año a disposición de los pacientes una vacuna que reduce el colesterol malo, como parte de un ensayo clínico a gran escala, tras llegar a un acuerdo con el laboratorio fabricante Novartis, informan medios británicos.
Millones de personas toman diariamente píldoras de estatinas para reducir el colesterol, pero este nuevo medicamento llamado inclisiran promete mantener el colesterol a raya con solo dos pinchazos al año.
El secretario de Salud, Matt Hancock, destacó que la iniciativa podría salvar 30.000 vidas durante la próxima década.
Cuando los niveles de colesterol en sangre se elevan por encima de los 240 el riesgo de sufrir un infarto de miocardio se duplica comparado con aquellos que lo mantienen en 200. Cuando las células son incapaces de absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se deposita en la pared de la arteria y contribuye a su progresivo estrechamiento originando la arterosclerosis.
El nuevo medicamento funciona «silenciando» el gen PCSK9 para que el hígado absorba más colesterol «malo» de la sangre y lo descomponga.
Los ensayos de inclisiran presentados en la Sociedad Europea de Cardiología el año pasado mostraron que podría reducir los niveles de colesterol malo a la mitad en semanas. El profesor Kausik Ray, que dirigió esos ensayos, del Imperial College London, aseguró que esto le da un potencial «enorme», informa la BBC. Y el Departamento de Salud y Atención Social dice que evitaría 55.000 ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares cada año por cada 300.000 pacientes tratados.
El NHS invitará a participar en este gran ensayo a los pacientes que no hayan sufrido un ataque cardíaco o un derrame cerebral, pero que corran un alto riesgo de sufrir uno. Las autoridades sanitarias calculan que unas 40.000 personas podrían cumplir este requisito.
Fuente: ABC España ( España )
La Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación publicó los datos completos de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), que se realizó en conjunto con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y cuyos datos preliminares fueron informados en abril.
La encuesta se efectuó en hogares de localidades urbanas de 5000 habitantes y más de todo el país y es una muestra representativa a nivel nacional y provincial, que incluye a la población de 18 años y más.
El informe completo de la 4° ENFR analizó la respuesta de más de 29.000 individuos de todo el país y arroja información sobre los factores de riesgo de las Enfermedades No Transmisibles (ENT) tales como: consumo de tabaco, exposición al humo de tabaco ajeno, consumo de alcohol, alimentación inadecuada, actividad física insuficiente, presión arterial elevada, glucemia elevada o diabetes y sobrepeso y obesidad.
La encuesta arrojó que los factores de riesgo como consumo de tabaco, alcohol, mala alimentación así como el exceso de peso y la prevalencia combinada de hipertensión arterial, son más prevalentes en poblaciones de menor nivel socioeconómico y en los varones.
En cambio, las prácticas preventivas como la toma de la presión arterial, la medición de glucemia o colesterol o aquellas prácticas preventivas de cánceres prevalentes –que van en aumento–, resultan más frecuentes en mujeres y en personas de mayores ingresos.
“La información rigurosa obtenida a través de esta encuesta realizada junto al INDEC constituye un aporte para la definición de políticas públicas tendientes a frenar el impacto negativo de los determinantes de la salud en la población argentina”, indicó el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein y agregó que “los datos desagregados por provincias representan un valioso insumo para la definición de estrategias conjuntas entre la Nación y las jurisdicciones para prevenir la prevalencia de la hipertensión, el tabaquismo y la mala alimentación, entre otros factores de riesgo”.
En esta edición, por primera vez, la ENFR incorporó la toma de mediciones objetivas físicas y bioquímicas, enmarcándose en el diseño estandarizado STEPS de la Organización Mundial de la Salud que incluye 3 etapas: relevamiento mediante un cuestionario de autorreporte; mediciones físicas en el domicilio: presión arterial, el peso, la talla y el perímetro de la cintura; y mediciones bioquímicas en el domicilio a través de digitopunción, medición de glucemia capilar y de colesterol total en ayunas.
El 46,6 por ciento de los encuestados es hipertenso
La prevalencia combinada de hipertensión arterial, diabetes y colesterol elevado está entre los nuevos datos aportados por la 4ª ENFR. Por ejemplo, el indicador de prevalencia combinada de hipertensión, conjuga a aquellas personas que declararon ser hipertensas y toman medicación para la presión, y a aquellas que tuvieron la presión alta (140/90 mmHg o más) en la fase de las mediciones objetivas en el hogar en el momento de la encuesta.
La prevalencia combinada de hipertensión arterial fue de 46,6%, mientras que por autorreporte solo un 34,7% declaró ser hipertensa.
“Gracias a la incorporación de las mediciones objetivas, pudo establecerse una estimación más cercana a la realidad, que puso de manifiesto el gran porcentaje de subdiagnóstico de hipertensión”, explicó la directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, Verónica Schoj y agregó que “estamos implementando un plan nacional de hipertensión arterial para mejorar el diagnóstico y tratamiento de esta condición silenciosa que representa una de las principales causas de muerte en nuestro país”.
También se indagó por primera vez acerca del consumo de tabaco para armar, lo que arrojó que el 10% de los fumadores actuales fuma cigarrillos armados, especialmente los adultos jóvenes. Si bien es cierto que la prevalencia de consumo de tabaco viene disminuyendo progresivamente a lo largo de las 4 ediciones de la ENFR, el alto uso de cigarrillos armados evidencia un desplazamiento del consumo hacia productos de tabaco alternativos con menor carga fiscal.
En ese sentido, Schoj indicó que “esta situación pone de manifiesto la urgente necesidad de que se haga cumplir el pago del impuesto mínimo a todas las empresas tabacaleras, establecido por la ley de impuestos internos 27.430 de 2017. Esta ley tiene como propósito, precisamente, reducir el margen de sustitución a productos de tabaco más baratos, que son los que consumen los más jóvenes y las personas en mayor situación de vulnerabilidad”.
La encuesta también provee información sobre procesos de atención en el sistema de salud y prácticas preventivas, así como de seguridad vial. Además, en esta oportunidad se incorporaron por primera vez mediciones físicas y bioquímicas durante la encuesta. En el informe completo de la 4° ENFR se monitorea la evolución de los indicadores históricos de esta encuesta lo que resulta un importante insumo para fortalecer, priorizar y evaluar políticas públicas tanto en los ámbitos de decisión nacional como provinciales.
Investigaciones anteriores habían demostrado el beneficio de las estatinas para reducir el colesterol alto y el riesgo de enfermedad cardíaca entre las diferentes poblaciones de pacientes. Ahora, un equipo de investigadores dirigidos por el profesor Kausik Ray, de la Escuela de Salud del Imperial College London, en Reino Unido, acaba de demostrar que 40 miligramos diarios de pravastatina, un tipo relativamente débil de estatina, redujo las muertes por enfermedades cardíacas en un grupo específico de personas.
“Por primera vez, mostramos que las estatinas disminuyen el riesgo de muerte en este grupo específico de personas que parecen estar en gran parte saludables excepto por niveles muy altos de LDL, lo que legitima las directrices actuales que recomiendan tratar a esta población con estatinas”, afirma el profesor Ray.
Además, los hallazgos desafían las pautas actuales en pacientes más jóvenes con LDL, para los que, de entrada, no se recomienda este fármaco. Por el contrario, los autores señalan que incluso aquellos individuos con colesterol ligeramente elevado corren mayor riesgo a largo plazo de enfermedad cardíaca, y que la acumulación de modestas reducciones de LDL con el tiempo se traducirá en grandes beneficios de mortalidad.
El profesor Ray añade: “Nuestros hallazgos proporcionan la primera prueba basada en evidencia para apoyar las pautas para el tratamiento de pacientes con LDL por encima de 190mg/dl y sin signos de enfermedad cardíaca. También sugieren que debemos considerar la prescripción de estatinas a individuos con colesterol elevado en niveles superiores a 155 mg/dl”.
Este trabajo, que se publica en Circulation, es la continuación de un estudio de 5 años de 1995 en el que los investigadores observaron los efectos a largo plazo de las estatinas en los pacientes del ‘West of Scotland Coronary Prevention Study’ (WOSCOPS). Los investigadores tuvieron en cuenta esos y siguieron a los pacientes durante otros 15.
La investigación WOSCOPS proporcionó la primera evidencia concluyente de que el tratamiento de LDL alto en hombres con pravastatina durante cinco años reduce significativamente el riesgo de ataque cardíaco o muerte por enfermedad cardíaca en comparación con el placebo. Posteriormente, se establecieron las estatinas como el tratamiento estándar para la prevención primaria en personas con niveles elevados de colesterol.
El estado de LDL, importante factor de riesgo
Ahora, los científicos han completado análisis de seguimiento de 15 años de 5.529 hombres, incluyendo 2.560 con colesterol LDL por encima de 190 mg/dl de los 6.595 originales, elegidos porque no tenían evidencia de enfermedad cardíaca al comienzo del presente estudio. Los participantes tenían entre 45 y 64 años. Durante el ensayo inicial de 5 años se les administró pravastatina o placebo y una vez que el ensayo terminó, los participantes volvieron a sus médicos de atención primaria, y se les siguió durante un periodo adicional de 15 años.
Los 5.529 hombres se dividieron en dos grupos: aquellos con LDL elevado (entre 155 y 190mg/dl) y aquellos con LDL muy alto (por encima de 190mg/dl). El nivel “ideal” estándar de LDL para los pacientes de alto riesgo es inferior a 100mg/dl, pero esto varía dependiendo de los factores de riesgo individuales.
Los investigadores descubrieron que la administración de pravastatina a los hombres con LDL muy alto redujo las tasas de mortalidad de 20 años en un 18%. Las estatinas también disminuyeron el riesgo global de muerte por cardiopatía coronaria en un 28% y redujeron el riesgo de fallecimeinto por otras patologías cardiovasculares en un 25% entre las personas con colesterol LDL muy alto.
El seguimiento de 15 años también significó que los investigadores podían comparar el riesgo predicho original de los pacientes de la enfermedad cardiaca con el riesgo real observado. De acuerdo con las ecuaciones de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, el 67% de los pacientes incluidos en el estudio WOSCOPS con LDL por encima de 190 mg/dl tendría menos de un 7,5% de riesgo de enfermedad cardiaca en el décimo año y, por lo tanto, no habría sido tratado con estatinas en función de ese riesgo.
Sin embargo, este nuevo análisis muestra que, de hecho, este grupo registraba un riesgo del 7,5% en el quinto año, lo que significaba que su riesgo a diez años era del 15%. Después de la terapia con estatinas, el riesgo de este grupo en diez años se redujo en comparación con aquellos que recibieron placebo durante el ensayo.
Los autores consideran que sus conclusiones proporcionan la primera prueba aleatoria directa del ensayo para confirmar que las pautas actuales deben permanecer como están para aquellos que presentan LDL muy alto y los que tienen niveles de LDL por encima del umbral de 190mg/dl pueden considerarse para recetarles la terapia con estatinas sin la evaluación del riesgo, ya que el LDL elevado proporciona suficiente riesgo por sí mismo.
El profesor Ray subraya: “Ésta es la evidencia más fuerte de que las estatinas reducen el riesgo de enfermedades del corazón y la muerte en los hombres con LDL elevado. Este estudio confirma el estado del LDL como un importante factor de riesgo de enfermedad cardíaca y sugiere que incluso modestas reducciones de LDL pueden ofrecer beneficios en la mortalidad a largo plazo. Nuestro análisis establece firmemente que el control del LDL con el tiempo se traduce en menos muertes en esta población”.
Fuente:
| Jano OnLine – España |