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La enfermedad ocupa el quinto lugar de incidencia entre todos los tipos de cáncer en el país, y es uno de los tantos que no presenta síntomas en sus etapas iniciales. Cuáles son los factores de riesgo que predisponen a padecerlo y por qué las nuevas terapias combinadas se volvieron la opción de preferencia para el tratamiento de los casos avanzados 

 

El cáncer renal es el quinto en incidencia en la Argentina, detrás del de mama, colon-recto, próstata y pulmón. Es más frecuente en hombres que en mujeres y su diagnóstico aumenta marcadamente a partir de los 50 años, siendo la década entre los 60 y los 70 la de mayor diagnóstico.

 

Es uno de los tantos tumores asintomáticos en sus etapas iniciales, al punto que la mayoría de los casos se diagnostica de manera incidental, hecho que le valió el mote de "incidentaloma" entre los especialistas.

 

"En general se diagnostica cuando la persona va a hacerse una ecografía o tomografía por otra causa  y se ve el tumor". En el Día Mundial del Cáncer Renal, el médico oncólogo clínico Juan Pablo Sade (MN 105141) asesor del Laboratorio Varifarma, señaló que "cuando esta enfermedad da síntomas son absolutamente tardíos".

 

Tradicionalmente, suele hacerse referencia a esas señales como "tríada diagnóstica", por ser las más comunes la hematuria (orina con sangre), el dolor en un lado de la espalda baja o la presencia de una masa palpable en la misma zona. "Para cuando se percibe eso, ya hay metástasis casi con seguridad", remarcó el jefe de la Unidad de Oncología Genitourinaria del Instituto Alexander Fleming. 

 

Y tras resaltar que "hay tumores como el de mama o próstata que por su mayor frecuencia se recomienda hacer estudios de screening periódicos", Sade aclaró que "en el caso del cáncer renal no es tan frecuente y por eso no se justifica hacer, por ejemplo, una ecografía anual a toda la población para detectarlo". "No es costo efectivo desde una mirada de política sanitaria", apuntó. 

 

En ese sentido, sobre si existen síntomas o señales para detectarlo de manera temprana, fue contundente al asegurar que "no". "En la vida hay situaciones que no se pueden controlar y esta enfermedad es una de ellas", opinó. 

 

Sobre factores de riesgo y el avance en su tratamiento

 

Acerca de las causas o situaciones que predisponen a padecer esta enfermedad, el especialista señaló en primer lugar los antecedentes familiares, para luego citar a las personas que sufren enfermedad renal crónica (poliquistosis renal, insuficiencia renal), que ya tienen dañados los riñones. "De manera mucho menos frecuente aparecen el consumo excesivo de un analgésico llamado acetaminofén (Tylenol), trabajar con colorantes (como las anilinas que se usan en algunas industrias) y algunas teorías relacionan la aparición de más casos en el último tiempo con el uso de agroquímicos como glifosato", detalló Sade.

 

Debido a que las personas se realizan en la actualidad más estudios de diagnóstico por imágenes que en otras épocas, el cáncer renal "se detecta cada vez más temprano", según el especialista. Y, como en la totalidad de las enfermedades, la detección precoz mejora el pronóstico.

 

"La tasa de curación depende del estadio en que se diagnostica", aseguró Sade, y ahondó: "Se considera estadio 1 cuando el tumor está localizado en el riñón y su tamaño es menor a siete centímetros; en esos casos el tratamiento es quirúrgico y la posibilidad de curación oscila entre el 80 y 90%".

 

"En los estadios 2 y 3 -continuó- el tumor es más grande o invade órganos vecinos". En este caso la indicación es la cirugía más un tratamiento postoperatorio con inmunoterapia -una nueva generación de tratamientos basada en anticuerpos monoclonales administrados por vía endovenosa que "despiertan" al sistema inmune del paciente para que sea capaz de reconocer al tumor y atacarlo- para disminuir riesgo de recidiva tumoral.

 

En estadios más avanzados, en los que el tumor invade estructuras vecinas o bien ya se detecta la presencia de metástasis, "en los últimos años se registraron avances enormes en el tratamiento que multiplicaron por varias veces la sobrevida", sostuvo Sade.  

 

En estos casos, el equipo médico tratante decidirá si se opera o no, e indicará un tratamiento combinado de inmunoterapia y drogas antiangiogénicas, "que inhiben la formación de vasos sanguíneos por parte del tumor". "Son las drogas más modernas y más efectivas", opinó el experto que asesora a Varifarma, acerca de las llamadas "terapias dirigidas", que están demostrando ser especialmente importantes en el abordaje del cáncer de riñón avanzado, donde la tradicional quimioterapia nunca demostró ser eficaz.

 

En particular la combinación de pembrolizumab con lenvatinib asoma como una de las más prometedoras, dentro de las múltiples posibles, para el tratamiento de primera línea del cáncer renal. Donde la inmunoterapia ha cambiado el panorama de tratamiento clásico que tenía en uno de sus pivots al sunitinib, quedando ahora relegado a situaciones particulares como la dificultad para el acceso a las drogas de alto costo en nuestro sistema sanitario.

 

Para finalizar, el especialista dio una serie de consejos para cuidar la salud de los riñones, aunque aclaró que "no hay medidas preventivas para evitar este tipo de tumor". 

 

"Tomar mucho líquido, evitar o tratar la hipertensión, la diabetes, las enfermedades  cardiovasculares, el colesterol elevado, no fumar, y evitar la automedicación y el consumo de medicamentos que pueden dañar el riñón", resumió para luego aclarar que "tener los riñones sanos hace las cosas más fáciles en caso de que se presente esta enfermedad".

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