Hoy en Revista Dosis

Mostrando artículos por etiqueta: fracturas

Investigadores españoles asocian el uso de terapias con insulina o la combinación de metformina y sulfonilurea al aumento de fragilidad ósea en pacientes con diabetes mellitus tipo 2. Tras analizar los datos de más de 12.200 pacientes no se encontró una asociación significativa entre el aumento del riesgo de fractura y otro medicamento antidiabético.

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) y de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) han relacionado el uso de los tratamientos con insulina con un aumento del riesgo de fracturas entre los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2).

El riesgo de fractura debe tenerse en cuenta cuando se introduce un medicamento hipoglucemiante como parte del tratamiento para la diabetes

El estudio, liderado por Daniel Prieto-Alhambra y Adolfo Díez Pérez, expertos en el Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (IDIAPJGol) e Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), respectivamente, y por Dídac Mauricio, en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, ha sido publicado en la revista Osteoporosis International y demuestra que hay un mayor riesgo de fractura ósea en la terapia con insulina que en otros tratamientos hipoglucemiantes.

Los pacientes con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de fracturas por fragilidad, a lo que pueden contribuir las terapias antidiabéticas.“Nuestro objetivo ha consistido en calificar el riesgo de fractura asociado a los diferentes tratamientos antidiabéticos habitualmente prescritos a pacientes con DM2”, explica Prieto-Alhambra.

De esta manera, el trabajo toma en consideración el uso de todos los medicamentos antidiabéticos administrados en los seis meses previos a la fecha de inicio, comparándolo con la monoterapia con metformina (MTF), el fármaco más comúnmente utilizado, como grupo de referencia.

La terapia con insulina, al igual que en el caso de la combinación de MTF y sulfonilurea (SU), se asoció con un mayor riesgo de fractura que la monoterapia con MTF en pacientes con DM2, lo que implica que el riesgo de fractura debe tenerse en cuenta cuando se introduce un medicamento hipoglucemiante como parte del tratamiento para la DM2.

Referencia bibliográfica:

E. Losada, B. Soldevila, M.S. Ali, D. Martínez-Laguna, X. Nogués, M. Puig-Domingo, A. Díez-Pérez, D. Mauricio, D. Prieto-Alhambra. Real-world antidiabetic drug use and fracture risk in 12,277 patients with type 2 diabetes mellitus: a nested case–control study. Osteoporos Int. DOI: 10.1007/s00198-018-4581-y

Fuente: Agencia SINC – España / COFA

Publicado en Noticias

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la pérdida progresiva de la densidad de los huesos y, en consecuencia, por un mayor riesgo de fracturas óseas. Una enfermedad que afecta principalmente a las personas mayores de 50 años, sobre todo mujeres –la prevalencia es hasta cuatro veces mayor en la población femenina que en la masculina– y que constituye una seria amenaza no solo para la calidad de vida de los pacientes, sino incluso para su esperanza de vida. De ahí la importancia de adoptar hábitos de vida saludables, ya desde la infancia, para prevenirla. Y asimismo, de tomar suplementos con calcio y/o vitamina D para fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas. Pero, ¿esto es realmente así? Pues según un estudio llevado a cabo por investigadores del Primer Centro Hospitalario de Tianjin (China), no.

Como explica Jia-Guo Zhao, director de esta investigación publicada en la revista «JAMA», «en nuestro metanálisis de ensayos clínicos aleatorizados, el uso de suplementos con calcio, vitamina D o ambos no se asoció con un menor riesgo de fracturas en personas mayores. Así, nuestros hallazgos no apoyan el empleo rutinario de estos suplementos en esta población».

Sin beneficio
El calcio es el mineral que confiere la rigidez y dureza a los huesos. De hecho, se estima que el calcio, ya sea en forma de fosfato o de carbonato, supone hasta el 45% de la composición de los huesos, por lo que su carencia hace que tengamos unos huesos más débiles y, por tanto, presentemos un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis. Pero no se trata únicamente de calcio. También necesitamos vitamina D, indispensable para que el organismo sea capaz de absorber el calcio y regular su paso a los huesos.

Llegados a este punto, debe tenerse en cuenta que el organismo es incapaz de producir por sí mismo el calcio, por lo que debe ser adquirido a través de la dieta. Y con objeto de garantizar un aporte suficiente de este mineral, también podemos recurrir a los ‘concentrados’ –esto es, a los suplementos– con calcio. Y lo mismo sucede con la vitamina D, muy especialmente en aquellas épocas en las que, como suele ocurrir en el invierno, el sol brilla por su ausencia –los rayos solares nos ayudan a transformar el colesterol en vitamina D–. Tal es así que, ateniendo a los resultados alcanzados en multitud de estudios, las guías publicadas por las sociedades médicas recomiendan la toma de suplementos de calcio y vitamina D para prevenir la osteoporosis. Sin embargo, muchos de los estudios desarrollados también han concluido que la toma de estos suplementos no vale para nada –o por lo menos, en lo que refiere a la reducción del riesgo de fracturas.

El uso de suplementos con calcio, vitamina D o ambos no se asoció con un menor riesgo de fracturas en personas mayores
Como apunta Jia-Guo Zhao, «la creciente carga social y económica en todo el mundo de las fracturas asociadas a la osteoporosis hace que la prevenciónde estas lesiones constituya un objetivo prioritario en materia de salud pública. Los estudios previos han alcanzado conclusiones ‘mixtas’ en torno a la asociación entre los suplementos con calcio, vitamina D o ambos y la incidencia de fracturas en la población mayor».

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Hay que tomar o no estos suplementos? Pues para averiguarlo, los autores llevaron a cabo una revisión o ‘metanálisis’ de los resultados alcanzados en 33 grandes ensayos clínicos desarrollados con la participación de 51.145 personas mayores de 50 años. Y lo que vieron es que daba igual que los participantes tomaran suplementos, placebo o, simplemente, ‘nada’: el riesgo de sufrir una fractura, ya fuera de cadera, de una vértebra o de cualquier otro hueso del cuerpo, resultó similar en los tres casos.

Una de cada tres mujeres
Se estima que, cumplidos los 50 años, hasta una de cada tres mujeres y uno de cada cinco varones acabarán padeciendo una fractura por culpa de la osteoporosis. Sin embargo, y a tenor de las nuevas evidencias, parece que la toma de suplementos con calcio y/o vitamina D no ayuda a evitar que esto pase.

Como concluyen los autores, «no hemos observado asociaciones estadísticamente significativas entre los suplementos y la incidencia de fracturas vertebrales o no vertebrales. Además, los análisis de subgrupos han sido por lo general consistentes con independencia de la ‘dosis’ de calcio o vitamina D, el sexo, el historial de fracturas, la ingesta diaria de calcio y la concentración basal de vitamina D en sangre».

Fuente: ABC – España

Publicado en Noticias
Viernes, 03 Noviembre 2017 10:01

En justa medida

Tener más de 50 años se había convertido en el factor decisivo para recomendar suplementos de calcio y vitamina D, sin embargo, las necesidades de los pacientes no se veían cubiertas con dosis genéricas. Ginecólogos de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (Seiomm) advierten que las fracturas se reducirían, únicamente, al combinar vitamina D con calcio.

Si en algo están de acuerdo los expertos ante la controversia sobre beneficios o riesgos en fracturas y posibles eventos cardiovasculares por la ingesta de suplementos de calcio y vitamina D es en la necesidad de seleccionar bien a los pacientes que los necesitan y de ajustar las dosis adecuadas para cada patología ósea.

Este ha sido uno de los debates candentes del XXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (Seiomm), en Elche. Su moderador, José Luis Neyro, consultor del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cruces de Vizcaya, ha dado una explicación posible a las dudas sobre los suplementos de calcio. “En muchas ocasiones hemos mezclado las necesidades de pacientes con osteoporosis -que requieren adición de calcio y vitamina D al tratamiento, según la evidencia científica- con las de personas no enfermas pero que por tener más de 50 años deben cuidar su esqueleto, evaluar periódicamente el nivel de vitamina D, incluso adecuar la ingesta de calcio”.

Al subrayar que ni son el mismo grupo de pacientes ni comparten necesidades, Neyro ha validado la importancia del calcio y la vitamina D para la salud ósea, y recalca que en el caso de tratamiento para la osteoporosis la ingesta adecuada y la repleción de vitamina D son críticas “para maximizar la eficacia antifractura en la respuesta a terapias osteoactivas”.

Habría suficiente evidencia de que la vitamina D y el calcio pueden reducir las nuevas fracturas, pero sólo si se administran juntos. Las principales dudas apuntadas por este ginecólogo giran en torno a las dosis de cada uno de ellos, a la elección entre calcio dietético o farmacológico, a la duración del tratamiento en diferentes grupos de edad, incluso a los posibles riesgos a largo plazo.

Diferencias por sexo y edad
El temor a la influencia de estos suplementos en eventos cardiovasculares también tiene que solventarse con prudencia, según Neyro, que recomienda “diferenciar el sexo del paciente al prescribir, pues los comportamientos del calcio a largo plazo difieren, pero también tener en cuenta el estado de salud previo y las comorbilidades”. Y en cuanto a la vitamina D, su producción endógena disminuye tras los 50 años. “Ese parece un buen momento para determinarla en sangre y cuidar sus niveles, pero sin confiar solo en la dieta para conseguirlos”.

Los requerimiento diarios de calcio se estiman adecuados entre 1.000 y 1.200 mg que pueden obtenerse con relativa facilidad en la dieta o con alimentos suplementados. Pero siempre precisarán suplementos de calcio nutricionales o farmacológicos personas intolerantes a la leche, con limitación de secreción gástrica por la edad, por el empleo de ciertos fármacos, gastrectomía u otras causas de malabsorción. Se estima que las necesidades de vitamina D serían de 800 a 1.000 UI.

Fuente: Diario Médico – España

Publicado en Noticias