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Un parche adhesivo no invasivo promete medir los niveles de glucosa a través de la piel sin un análisis de sangre con punción digital, lo que elimina la necesidad de que millones de diabéticos lleven a cabo con frecuencia pruebas dolorosas e impopulares.

El parche no perfora la piel, sino que extrae la glucosa del líquido que se encuentra entre las células a través de los folículos capilares, a los que se accede individualmente a través de una serie de sensores en miniatura que utilizan una pequeña corriente eléctrica. La glucosa se acumula en pequeños depósitos y se mide. Las lecturas se pueden realizarse cada entre 10 a 15 minutos durante varias horas. Gracias al diseño de la matriz de sensores y depósitos, el parche no requiere calibración con una muestra de sangre, lo que significa que los análisis de sangre con pinchazo en el dedo son innecesarios.

Habiendo establecido pruebas del concepto detrás del dispositivo en un estudio publicado en ‘Nature Nanotechnology’, el equipo de investigación de la Universidad de Bath, en Reino Unido, espera que eventualmente se convierta en un sensor portátil de bajo costo que envíe mediciones de glucosa periódicas y clínicamente relevantes al teléfono del usuario o ‘smartwatch’ de forma inalámbrica, alertándole cuando sea necesario que tome medidas.

Una ventaja importante de este dispositivo sobre otros es que cada sensor miniatura de la matriz puede operar en un área pequeña sobre un folículo capilar individual, esto reduce significativamente la variabilidad inter e intra-piel en la extracción de glucosa y aumenta la precisión de las mediciones tomadas. No se requiere calibración a través de una muestra de sangre. El proyecto es una colaboración multidisciplinaria entre científicos de los Departamentos de Física, Farmacia y Farmacología y Química de la Universidad de Bath.

Mediciones sin calibración previa

El profesor Richard Guy, del Departamento de Farmacia y Farmacología, señala: “Un método no invasivo, es decir, sin aguja, para controlar el azúcar en sangre ha demostrado ser un objetivo difícil de alcanzar. Lo más cercano que se ha logrado ha requerido al menos una calibración de punto único con un clásico ‘finger-stick’, o la implantación de un sensor pre-calibrado a través de una sola inserción de aguja. El monitor desarrollado en Bath promete un enfoque verdaderamente libre de calibración, una contribución esencial en la lucha por combatir la incidencia mundial cada vez mayor de diabetes”.

La doctora Adelina Ilie, del Departamento de Física, dice: “La arquitectura específica de nuestra matriz permite una operación sin calibración, y tiene el beneficio adicional de permitir la realización con una variedad de materiales en combinación. Utilizamos el grafeno como uno de los componentes, ya que aporta importantes ventajas: específicamente, es fuerte, conductivo, flexible y de bajo costo y respetuoso con el medio ambiente. Además, nuestro diseño puede implementarse utilizando técnicas de fabricación de alto rendimiento como la serigrafía, que esperamos respalde en última instancia un dispositivo desechable y ampliamente asequible”.

En este estudio, el equipo probó el parche en pieles de cerdo, donde mostraron que podía rastrear con precisión los niveles de glucosa en el rango de pacientes humanos diabéticos y en voluntarios humanos sanos, donde nuevamente el parche podía rastrear las variaciones de azúcar en sangre a lo largo del día.

Los próximos pasos incluyen un mayor refinamiento del diseño del parche para optimizar la cantidad de sensores en el conjunto, para demostrar la funcionalidad completa durante un periodo de uso de 24 horas y para llevar a cabo una serie de ensayos clínicos clave.

Fuente: Europa Press

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Una lente de contacto suave y flexible puede monitorizar los niveles de glucosa en lágrimas y aportar los resultados de detección a través de la pantalla de la lente, alertando al usuario si los niveles de glucosa son demasiado altos apagando una pequeña luz LED incrustada.

Los autores, que detallan su producto en un artículo publicado en ‘Science Advances’ dicen que su enfoque, probado en conejos, es el primero en aplicar el píxel de la pantalla en una lente de contacto blanda para visualizar la detección de glucosa. La estrategia puede algún día emplearse para detectar la pre-diabetes y la monitorización diaria de la glucosa.

Fundamentalmente, esta estrategia no requiere las costosas herramientas o los componentes frágiles actualmente empleados en muchas lentes “inteligentes”, que pueden bloquear el campo de visión del usuario e incluso dañar el ojo. Esos sistemas también requieren normalmente un equipo voluminoso para medir las señales de los sensores de lentes de contacto, según estos investigadores.

Para crear una lente inteligente más suave y fácil de usar capaz de monitorizar la glucosa de forma inalámbrica, Jihun Park y sus colegas del grupo del Instituto de Ciencia Básica del Centro de Geometría y Física de Corea, desarrollaron una forma de incorporar en nanoestructuras elásticas y sensores de glucosa transparentes, circuitos inalámbricos de transferencia de energía y, especialmente, píxeles de pantalla capaces de acceder en tiempo real detección de datos, eliminando así la necesidad de equipos de medición adicionales.

El componente de pantalla inalámbrica de su sistema (que contiene una antena, un rectificador y un píxel de LED) puede responder al cambio de los niveles de glucosa con la ayuda de un sensor de grafeno, al tiempo que muestra la información de glucosa a través del píxel del LED. Después de detectar el nivel de glucosa en el fluido lagrimal por encima del umbral, este píxel se apagará, lo cual será una señal para el usuario.

Para probar su nuevo dispositivo, Park y sus colegas aplicaron la lente en un ojo de conejo e informaron que podían controlar con éxito un aumento en la concentración de glucosa de forma inalámbrica. Los autores dicen que su sistema de sustrato híbrido se puede aplicar a otras áreas, como los dispositivos inteligentes para la administración de fármacos, la realidad aumentada e incluso la monitorización de biomarcadores a través de un teléfono inteligente.

Fuente: El Economista (España)

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Miércoles, 15 Noviembre 2017 13:54

Exitoso funcionamiento del páncreas artificial argentino

Un sistema de control automático que realiza las funciones del páncreas para regular los niveles de glucosa en sangre desarrollado en el país fue presentado este martes, con pruebas clínicas exitosas. Se trata del ARG – Automatic Regulation of Glucose -, un algoritmo que comanda la bomba de infusión de insulina en personas con diabetes tipo 1, obra de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) que trabajan en las sedes del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).

El sistema, que inyecta automáticamente la cantidad de insulina que la persona necesita en cada momento, está compuesto por un sensor continuo de glucosa, una bomba de infusión subcutánea de insulina y un Smartphone, en el cual se programa el algoritmo.

La primera fase de esta prueba clínica tuvo lugar en 2016 en el Hospital Italiano, que utilizó un algoritmo desarrollado en la Universidad de Virginia, Estados Unidos, que requería que el paciente calcule y registre en el sistema cuántos gramos de hidratos de carbono comerá para que la bomba infunda la insulina necesaria.

En junio de 2017, se realizó la segunda fase con el algoritmo ARG del ITBA-CONICET, el cual precisa únicamente que se registre el inicio de la comida, sin necesidad de calcular cuántos gramos de hidratos de carbono consumirá. En esta etapa participaron cinco pacientes adultos, hombres y mujeres, quienes pudieron mantener los niveles de glucosa dentro de un rango aceptable durante las 36 horas en que se probó el páncreas artificial.

El estudio, dirigido por el ingeniero Ricardo S. Sánchez Peña –investigador principal del CONICET que se desempeña como Director del Departamento de Investigación y Doctorado del ITBA-, contó con el apoyo del doctor Daniel Chernavvsky, médico argentino que trabaja en el Centro Tecnológico para la Diabetes de la Universidad de Virginia, así como también con el financiamiento de la Fundación Nuria en Argentina y Cellex en España, y la donación de las bombas de insulina del laboratorio Roche.

¿Cómo funciona el Páncreas Artificial?

El algoritmo fue diseñado para responder eficazmente a los aumentos de azúcar en sangre luego de las comidas y en las pruebas todos los pacientes lograron controlar este pico de glucemia mediante la acción del páncreas artificial.

El objetivo de este sistema es regular de forma automática el valor de azúcar en sangre, sin necesidad de que el paciente realice las correcciones con insulina habituales en el manejo de la diabetes tipo 1. Esto es importante porque las personas que utilizan bombas de infusión de insulina subcutánea invierten una gran cantidad de tiempo en calcular y programar la insulina necesaria para mantener sus niveles de glucosa sanguínea en rango. Muchas veces sufren hipoglucemias (azúcar baja en sangre) o hiperglucemia (azúcar elevada en sangre) como consecuencia de cálculos imprecisos, de la variabilidad que presenta cada individuo en cuanto a sus requerimientos, de imprevistos, entre otros.

Uno de los mayores temores de los pacientes que se infunden insulina es sufrir una hipoglucemia mientras duermen. Por ende, otro de los objetivos del páncreas artificial es lograr una mayor seguridad para el paciente mediante la disminución de hipoglucemias, especialmente las nocturnas. Durante la segunda fase del estudio, ninguno de los pacientes experimentó hipoglucemias graves como tampoco nocturnas.

Si bien los resultados son promisorios, es necesario continuar con estudios con la participación de un mayor número de personas. Es posible que en un futuro cercano esta nueva tecnología beneficie a muchos pacientes insulinodependientes.

Participaron del proyecto los investigadores del Conicet Ricardo S. Sánchez Peña, Demián García Violini y Marcela Moscoso Vázquez, todos con sede de trabajo en el ITBA; Patricio Colmegna, que se desempeña en la UNQ; Hernáb Battista, Fabricio Garelli, Emilia Fushimi y Nicolás Rosales por la UNLP; los doctores Luis Grosembacher, Cintia Rodríguez, Javier Giunta y Mariela Stasi del Hospital Italiano de Buenos Aires; los doctores Waldo H. Belloso, Ventura Simonovich, Valeria Beruto y Paula Scibona, del Servicio de Clínica Médica, sección Farmacología Clínica y el doctor Daniel Cherñavvsky, de la Universidad de Virginia, EE.UU.

Fuente: Ambito Financiero

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