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El equipo de Lyx Instituto de Urología fue pionero en España en ofrecer hace un año el sistema Rezum, una técnica cuya base es la energía del vapor de agua, una máquina aplica radiofrecuencia a las gotas de agua y estas se vaporizan.

A través de un endoscopio se inyecta ese vapor en la zona de la glándula prostática que impide el paso de la orina y después ese vapor se convierte nuevamente en agua liberando una energía que eliminará las células de la próstata.

Esta patología es la causa principal de los síntomas de tracto urinario inferior entre los que se encuentran las micciones nocturnas, la disminución del chorro miccional, la urgencia y la incontinencia, la sensación de vaciado incompleto o la micción entrecortada.

Estos síntomas se deben fundamentalmente a que el crecimiento benigno de la glándula prostática bloquea el paso de la orina.

Para el doctor Juan Ignacio Martínez-Salamanca, urólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid y director Médico de Lyx Isntituto de Urología se trata de un sistema revolucionario, “mediante la
inyección en la próstata de ‘vapor de agua’ se consigue en tan sólo 90 segundos mejorar drásticamente los síntomas relacionados con la hiperplasia benigna de próstata, con anestesia local o sedación y sin necesidad de hospitalización”.

El sistema Rezum ya ha sido empleado para tratar a miles de pacientes en Estados Unidos y Reino Unido obteniendo resultados altamente satisfactorios.

Otra de las novedades más interesantes actualmente para el tratamiento de la HBP es la tecnología Aquablation, que permite la ablación del tejido prostático (HBP) mediante un jet de suero fisiológico compuesto por agua y cloruro sódico.

En este caso no se utiliza ningún tipo de energía térmica, a diferencia de la RTU y los láseres, se usa la energía del agua, a una presión muy alta, para realizar la destrucción o hidroablación del tejido prostático.

“La destrucción del tejido prostático se lleva a cabo mediante un jet pulsando de suero fisiológico a una velocidad muy alta y a una presión muy elevada controlado a través de un sistema robótico guiado mediante un
control ecográfico de la próstata”, explica el doctor Alfonso Gimeno, urólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid y especialista de la unidad de HBP de Lyx Instituto de Urología.

Esta técnica, además de tener las ventajas de otros procedimientos mínimamente invasivos, aporta la precisión de la cirugía robótica y las ventajas del uso del agua como fuente de energía.

“Gracias a su alta precisión permite conservar la función sexual y, además, preservar la eyaculación en 9 de cada 10 pacientes que son sometidos a este tratamiento”, señala el doctor Ignacio Sola, urólogo del Hospital Universitario Fundación Alcorcón y especialista de la unidad de HBP de Lyx Instituto de Urología.

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