| Los beneficios de esta nueva vía de ataque a la enfermedad funciona en casos de cáncer de piel, pulmón, cabeza y cuello y sistema urinario.
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| La inmunoterapia sigue dando buenas noticias a los expertos en cáncer. Los últimos estudios desvelan resultados muy alentadores en casos de cáncer de piel, en tumores urológicos o de cabeza y cuello o en el cáncer de pulmón. En el caso de los melanomas con metástasis, llega a cuadriplicar la supervivencia de los enfermos, pasando de nueve meses a cuarenta.Un sistema inmunológico sano detecta las células que presentan alteraciones genéticas que podrían conducir a la generación de un cáncer y las destruye. La pregunta es, ¿por qué falla el sistema inmunológico en las personas que enferman de cáncer? ¿Se puede potenciar sus defensas para luchar contra esta terrible enfermedad?
Las células cancerígenas aprenden a “camuflarse” de las defensas del organismo para no ser destruidas por este. Además de a esconderse, también logran que las células del sistema inmune sean sus aliadas y les ayuden a crecer. La investigación ha permitido diseñar fármacos dirigidos a recuperar al sistema inmune frente al tumor. Ainara Soria Rivas, responsable de tumores de piel y tumores de cabeza y cuello desde 2008 en el Hospital Ramón y Cajal, de 41 años, explicaba hace unas semanas en el XIV Congreso del Abordaje Multidisciplinar del Cáncer los avances en su investigación . Uno de sus pacientes es José Llorente Domingo, de 74 años, al que trata desde que a los 71 años llegó al hospital diagnosticado de melanoma. Para Soria el de Llorente es el ejemplo de un éxito. Llegó a su consulta en 2014 con un melonoma en estadio IIIC, es decir, muy avanzado. “Los enfermos como él, antes no duraban un año”, dice Soria. Soria explica que mientras la quimioterapia utiliza venenos celulares, que entorpecen diferentes momentos del proceso de reproducción del cáncer con sus temidos efectos secundarios, ya que también daña a células que funcionan bien, el efecto de la inmunoterapia es que causa enfermedades autoinmunes. Llorente cuenta que se le hizo “como un huevo de gallina bajo la axila”, y que sufrió diarreas y un sarpullido por todo el cuerpo. Para Soria son males menores, un efecto secundario del tratamiento. “ Soria cuenta que fue en 2010 se tuvo conocimiento de un anticuerpo, el Ipilimumab, demostró un aumento significativo de supervivencia respecto a la quimioterapia en melanomas con metástasis. “Este fue el primer fármaco de esta nueva familia y, y algo aún más esperanzador, un porcentaje de en torno a un 20-23% de enfermos, conseguía mantener este beneficio a lo largo de los años”, cuenta. Desde entonces, se han desarrollado otros tratamientos que han desbancado a la quimioterapia como mejor tratamiento disponible para muchos enfermos. En la actualidad las energías en investigación se centran en poder discernir qué enfermos son capaces de inmunizarse contra el tumor y cuáles no. “Parece que los tumores que acumulan mayor carga de mutaciones son más sensibles a estos tratamientos. La probabilidad de respuesta a estos medicamentos se estima entre el 30% y el 40% de modo global”, informa Soria. Para esta especialista, el resultado más esperanzador son “los largos supervivientes”, enfermos que completan el tratamiento o que deben suspenderlo por alguna reacción adversa, “y su tumor no progresa, con independencia de si el tumor ha remitido por completo o parcialmente, no vuelve a crecer”, se admira. “En melanoma ya hay enfermos con seguimientos prolongados, incluso de años sin progresión”, dice la experta. “Conseguimos que los enfermos aprendan a defenderse ellos mismos con su sistema inmunitario del tumor y esto puede tener memoria, y por lo tanto conseguir respuestas duraderas e independientes de la continuidad de administración del fármaco. Saber qué enfermos pueden descansar del tratamiento y cuándo pueden hacerlo será un futuro cercano”, termina Soria. Fuente: El País – España |
nyectar cantidades diminutas de dos agentes inmunoestimulantes directamente en tumores sólidos en ratones puede eliminar todos los rastros de cáncer en los animales, incluidas las metástasis distantes y no tratadas, según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California, EEUU. El enfoque funciona para muchos tipos diferentes de cánceres, incluidos los que surgen espontáneamente, según el estudio.
Los científicos creen que la aplicación local de cantidades muy pequeñas de los agentes podría servir como una terapia contra el cáncer rápida y relativamente barata que es poco probable que cause los efectos secundarios adversos que a menudo se observan con la estimulación inmune en todo el cuerpo.
“Cuando usamos estos dos agentes juntos, vemos la eliminación de tumores en todo el cuerpo -explica Ronald Levy, profesor de Oncología-. Este enfoque evita la necesidad de identificar objetivos inmunes específicos del tumor y no requiere la activación al por mayor del sistema inmune o la personalización de las células inmunes de un paciente”.
Un agente ya está aprobado para su uso en humanos; el otro ha sido probado para emplearse en humano en varios ensayos clínicos no relacionados. En enero se lanzó un ensayo clínico para evaluar el efecto del tratamiento en pacientes con linfoma. Levy, catedrático de la Facultad de Medicina, es el autor principal del estudio, que se publica este miércoles en Science Translational Medicine. La profesora de Medicina Idit Sagiv-Barfi es la autora principal.
Levy es pionera en el campo de la inmunoterapia contra el cáncer, en la que los científicos tratan de aprovechar el sistema inmunitario para combatir el cáncer. La investigación en su laboratorio condujo al desarrollo de rituximab, uno de los primeros anticuerpos monoclonales aprobados para su uso como tratamiento anticancerígeno en humanos.
Algunos enfoques de inmunoterapia dependen de la estimulación del sistema inmune en todo el cuerpo; otros se dirigen a puntos de control naturales que limitan la actividad anticancerígena de las células inmunes. Aún otros, como la terapia de células T CAR recientemente aprobada para tratar algunos tipos de leucemia y linfomas, necesitan que las células inmunológicas de un paciente se eliminen del cuerpo y se modifiquen genéticamente para atacar las células tumorales.
Muchos de estos enfoques han sido exitosos, pero tienen desventajas, desde efectos secundarios difíciles de manejar hasta tiempos de preparación o tratamiento de alto costo. “Todos estos avances en inmunoterapia están cambiando la práctica médica -señala Levy-. Nuestro enfoque utiliza una sola aplicación de cantidades muy pequeñas de dos agentes para estimular las células inmunes solo dentro del tumor. En los ratones, vimos efectos sorprendentes en todo el cuerpo, incluida la eliminación de tumores en todo el animal”.
Los cánceres a menudo existen en un extraño tipo de limbo con respecto al sistema inmune y las células inmunes como las células T reconocen las proteínas anormales que a menudo están presentes en las células cancerosas y se infiltran para atacar el tumor. Sin embargo, a medida que el tumor crece, suele diseñar formas de suprimir la actividad de las células T.
El método de Levy funciona para reactivar las células T específicas para el cáncer inyectando cantidades de microgramos de dos agentes directamente en el sitio del tumor. Un microgramo es una millonésima de gramo. Uno de ellos, un tramo corto de ADN llamado oligonucleótido CpG, funciona con otras células inmunes cercanas para amplificar la expresión de un receptor activador llamado OX40 en la superficie de las células T.
El otro, un anticuerpo que se une a OX40, dispara las células T para dirigir la carga contra las células cancerosas. Debido a que los dos agentes se inyectan directamente en el tumor, solo se activan las células T que se han infiltrado en él. Estas células T son “preseleccionadas” por el cuerpo para reconocer solo proteínas específicas del cáncer.
Algunas de estas células T activadas por tumores dejan el tumor original para encontrar y destruir otros tumores idénticos en todo el cuerpo. El enfoque funcionó sorprendentemente bien en ratones de laboratorio con tumores de linfoma de ratón trasplantados en dos sitios en sus cuerpos. Inyectar en un sitio del tumor los dos agentes causó la regresión no solo del tumor tratado, sino también del segundo tumor no tratado. De esta manera, se curó el cáncer en 87 de 90 ratones.
Aunque el cáncer recidivó en tres de los ratones, los tumores retrocedieron nuevamente después de un segundo tratamiento. Los investigadores observaron resultados similares en roedores con tumores de mama, colon y melanoma.
Los animales genéticamente modificados para desarrollar espontáneamente cánceres de mama en las diez almohadillas mamarias también respondieron al tratamiento. El tratamiento del primer tumor que surgió a menudo evitó la aparición de futuros tumores y elevó significativamente la esperanza de vida de los animales, hallaron los investigadores.
Finalmente, Sagiv-Barfi exploró la especificidad de las células T trasplantando dos tipos de tumores a los ratones. Trasplantó las mismas células cancerosas de linfoma en dos lugares y una línea celular de cáncer de colon en un tercer lugar. El tratamiento de uno de los sitios de linfoma causó la regresión de ambos tumores de linfoma, pero no afectó al crecimiento de las células de cáncer de colon.
Fuente: El Economista (España)
Investigadores de la Southern Methodist University (SMU), en Estados Unidos, han descubierto unos compuestos parecidos a medicamentos que logran revertir el fallo de la quimioterapia en tumores agresivos de ovario, próstata y mama.
Las moléculas se descubrieron primero mediante un equipo de supercomputación de alto rendimiento, pero su eficacia contra estos tumores específicos ya ha sido confirmada en experimentos en laboratorio, según han explicado los autores en la revista ‘Scientific Reports’.
“La naturaleza diseña a todas las células con mecanismos de supervivencia, y las células tumorales no son una excepción”, ha explicado Pia Vogel, directora del Centro para el Descubrimiento, Diseño y Desarrollo de Medicamentos de la SMU y principal autor del estudio, que celebra haber identificado estas moléculas capaces de inhibir ese mecanismo y reforzar la efectividad de la quimioterapia.
La lucha contra el cáncer se ve frustrada en muchas ocasiones por el fallo de la quimioterapia en los tumores avanzados, ya que las células del cáncer acaban evolucionando y se vuelven resistentes a estos tratamientos, que acaban resultando ineficaces y permiten al tumor crecer y diseminarse.
Las claves para la resistencia de las células tumorales son a menudo ciertas proteínas que se encuentran en todas las células, no solo las del cáncer, equipadas con unos mecanismos beneficiosos que eliminan las toxinas e intentan garantizar la supervivencia de las células. No obstante, aunque están en todas las células, estos mecanismos están más presentas en unas áreas que en otras.
“La célula tumoral en sí misma puede usar todas estas defensas incorporadas para protegerse de todo lo que utilizamos para intentar matarla”, ha apuntado John G. Wise, también investigador del estudio.
El más común de estos mecanismos de defensa es una bomba de proteínas, la P-glicoproteína (P-gp), mientras que en otros también es determinante el papel de la llamada proteína de resistencia al cáncer de mama, BCRP.
ACABA POR NO SER UNA ALTERNATIVA EFICAZ
En las primeras líneas de tratamiento quimioterápico estos mecanismos no se manifiestan mucho, lo que favorece que el tratamiento resulte efectivo en muchos tumores. Pero aunque parece que ha dado buen resultado, no todas las células mueren y algunas se protegen de este ataque para posteriormente multiplicarse de forma agresiva y restar eficacia a la quimioterapia, que deja de ser una alternativa fiable en ciclos posteriores.
Los compuestos ahora desarrollados, explican sus creadores, devuelven a las células tumorales a una sensibilidad inicial, “como si nunca antes hubieran visto la quimioterapia“, gracias a que consiguen “noquear” los mecanismos de defensa permitiendo a la quimioterapia entrar hasta el interior de la célula para acabar con ella, no solo deteniéndola temporalmente.
Además de mejorar la eficacia de estos tratamientos contra el cáncer, en el estudio también han visto que gracias a estos compuestos también se pueden minimizar la toxicidad asociada a la quimioterapia.
Fuente: El Economista (España)
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La Agencia estadounidense del Medicamento (FDA) dio luz verde al uso de la prueba ‘FoundationOne CDx’, desarrollada por la compañía Foundation Medicine y comercializada fuera de Estados Unidos por Roche, que permite obtener el perfil genómico completo de tumores sólidos. |
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| La aprobación se ha basado en su validación clínica y analítica y, a partir de ahora, podrá usarse como un sistema de diagnóstico complementario para la selección de terapias dirigidas para los pacientes diagnosticados de tumores sólidos.
En concreto, permite evaluar las cuatro tipos de cambios genómicos completos en los 324 genes conocidos como causantes de tumores sólidos, y permite identificar pacientes con cáncer avanzado que probablemente responderán a terapias dirigidas según su perfil genómico individual. Además, permite informar de las características genómicas, incluida la inestabilidad de microsatélites (MSI) y la carga mutacional del tumor (TMB), y las de alteraciones en otros genes (relevantes para otras terapias). De este modo, los médicos puedan utilizar dicha información en el abordaje de cada tumor atendiendo a los criterios de las guías clínicas en oncología. De las 17 terapias actualmente aprobadas para su inclusión en el informe técnico, 12 lo están como tratamiento de primera línea para sus respectivas indicaciones. Por ello, se espera que el número de terapias dirigidas registradas aumente a medida que Foundation Medicine y sus socios obtengan la aprobación de la FDA para incluir biomarcadores adicionales en la plataforma. La farmacéutica suiza Roche, que en 2015 adquirió una participación mayoritaria en Foundation Medicine y ha lanzado la prueba en más de 20 países, ha reconocido que la prueba es el primer sistema de diagnóstico complementario basado en secuenciación de segunda generación para su fármaco alectinib, comercializado como ‘Alecensa’ como tratamiento en monoterapia del cáncer de pulmón no microcítico metastásico ALK+. “Supone un gran avance en la personalización del abordaje oncológico, ya que facilita que los pacientes de Estados Unidos puedan acceder a una prueba diagnóstica complementaria que permite identificar opciones de tratamiento basadas en el perfil molecular del tumor de cada individuo”, ha explicado la responsable de Desarrollo Global de Productos de Roche, Sandra Horning. Fuente: PM Farma |
En un enfoque innovador de la prevención y el tratamiento del cáncer colorrectal (CCR), científicos están estudiando maneras de reemplazar los metabolitos que faltan en los pacientes propensos a la inflamación intestinal y el CCR. Un nuevo estudio publicado en ‘The American Journal of Pathology’ describe cómo la administración de microorganismos intestinales que producen histamina a ratones que carecen de la enzima histidina descarboxilasa (HDC) reduce la inflamación y la formación de tumores.
Estos resultados sugieren que la alteración del microbioma intestinal con probióticos puede convertirse en una nueva estrategia preventiva o terapéutica para los pacientes con riesgo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) asociada con CRC. “Estamos en la cúspide de aprovechar los avances en la ciencia del microbioma para facilitar el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas”, explica el doctor James Versalovic, patólogo en jefe del Hospital Infantil de Texas (Estados Unidos).
“Simplemente introduciendo microbios que proporcionan sustancias carentes en la vida, podemos reducir el riesgo de cáncer y complementar las estrategias de prevención del cáncer basadas en la dieta”, agrega este experto, también profesora de Patología e Inmunología en el Baylor College of Medicine de Houston, Estados Unidos.
Los científicos realizaron una serie de experimentos utilizando ratones que eran deficientes en HDC, la enzima necesaria para convertir histidina en histamina. Se administró por vía oral a los roedores experimentales el probiótico ‘Lactobacillus reuteri 6475′, que se sabe que posee el gen de la histidina descarboxilasa (hdc +) y es capaz de convertir histidina en histamina; mientras los animales de control recibieron un placebo.
Se suministró el probiótico antes y después de que los ratones recibieran una dosis única de un carcinógeno del colon (azoximetano) más un producto químico inductor de la inflamación (DSS) para promover la formación del tumor. Quince semanas más tarde, los ratones fueron sacrificados y se extrajeron tejidos para el estudio.
MENOS TUMORES Y MÁS PEQUEÑOS El probiótico aumentó la expresión de HDC bacteriano y cantidades de histamina en el colon de los ratones. Utilizando la tomografía por emisión de positrones (PET) para visualizar los tumores, se vio evidencia de tumores en los ratones de control y aumento de la captación de glucosa en las paredes del colon. Por el contrario, los roedores a los que se administró el probiótico tuvieron menos tumores y más pequeños y una disminución significativa de las áreas de captación de glucosa.
Las cepas inactivas de ‘L. Reuteri’ (aquellas deficientes en la actividad de HDC) no proporcionaron efectos protectores. Estos ratones mostraron un mayor número de “puntos calientes” indicativos de la formación de tumores y el incremento de la absorción de glucosa abdominal.
El probiótico activo también redujo la inflamación inducida por el carcinógeno más DSS, como se indica por la expresión de genes de citoquina proinflamatoria suprimida y menos concentraciones de citoquinas en el plasma. El probiótico activo también contrarrestó un aumento en las células inmaduras mieloides inducidas por el carcinógeno.
Según Versalovic, “estas observaciones son consistentes con la conclusión de que el probiótico ‘L. Reuteri’ generador de histamina puede atenuar la carcinogénesis del colon inducida por AOM + DSS, al menos en parte, mediante la maduración mejorada de las células mieloides circulantes y la reducción concomitante de las células pro- citoquinas inflamatorias”.
El papel de la histamina en el cáncer humano todavía no está claro. Sin embargo, cuando los investigadores analizaron los datos obtenidos de 2.113 muestras de pacientes de CCR tomadas de 15 conjuntos de datos, los resultados mostraron una mejor supervivencia en pacientes con patrones elevados de HDC y la expresión del gen del receptor de histamina.
Estos hallazgos indican que los probióticos generadores de histamina, en presencia de suficiente ingesta de proteína (L-histidina), pueden mejorar los resultados para los pacientes con CCR esporádico y asociada con EII.
Fuente: El Economista – España