Siete de cada cien bebés argentinos pesan menos de 2,5 kilos al nacer, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que analizó por primera vez de manera sistemática 281 millones de nacimientos en 148 países. El organismo elaboró el informe junto a Unicef y la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM). Los resultados fueron publicados en la revista The Lancet.
El informe señaló que, en 2015, en la Argentina nacieron 753.600 bebés vivos. De ellos, 55.400 tuvieron “bajo peso al nacer” (BPN), es decir, que llegaron al mundo con menos de 2.500 gramos. Representa el 7,3%. Si se lo compara con el resto del mundo, la cifra argentina es mejor a la arrojada en Brasil (8,4%) y los Estados Unidos (8%), y es similar a la de un país de altos ingresos como Reino Unido (7%). Aunque quedó por debajo de Australia (6,5%) o del vecino Chile (6,2%), y muy alejada de Suecia (2,4%).
¿Eso significa que “no estamos tan mal”? No es tan así. Consultada por Clarín, Ana Quiroga, Directora de la Especialización en Enfermería Neonatal de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, explica que “la prematurez es algo que no se está pudiendo bajar en todos lados”. “Las causas de prematurez desvelan al mundo, porque son el mayor componente de la mortalidad infantil. Y no tiene una sola causa que se pueda suprimir, sino que hay varios factores de riesgo como antecedentes de otro embarazo prematuro, el embarazo adolescente, el tabaquismo y el consumo de alcohol”.
Quiroga hizo hincapié también en “la sobrevida” como factor clave, “porque el chico que nació con bajo peso requiere de cuidados intensivos neonatales”. En ese registro sí podría haber una diferencia entre los diferentes países (desarrollados y no desarrollados) e incluso una inequidad dentro de las diversas provincias de la Argentina.
Según el documento de la OMS, más del 80% de los 2,5 millones de recién nacidos en el mundo que mueren cada año tienen bajo peso al nacer porque nacen prematuros y/o pequeños para la edad gestacional.
“En la Argentina el 99,9% de los niños nace en instituciones, mientras que la incidencia del parto domiciliario es bajísima. Por lo tanto, los registros son certeros”, dijo a la agencia Télam la directora nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, Diana Fariña.
La funcionaria detalló los porcentajes de niños con BPN entre 2013 y 2017, según datos de ese Ministerio: 7,3% en 2013, 7,1% en 2014 y 2015, 7,2% en 2016 y 7,3% en 2017.
“Oscilamos entre un 7 y un 8%. Sabemos que es una cifra que se puede mejorar, sobre todo variables como la incidencia de cesáreas, que va en aumento, o embarazo adolescente, dos causas de prematurez que vamos bajando lentamente”, detalló Fariña.
Y agregó: “Otro de los aspectos que deberíamos mejorar es el contacto con el primer nivel de atención en las primeras 13 semanas de embarazo: sabemos que el 43% de las embarazadas que se atienden en el sistema público cumplen con eso, pero no tenemos registros de los privados, porque no los reportan”.
El informe de la OMS analizó 148 países, entre los años 2000 y 2015. Concluyó que 20 millones de bebés nacieron con bajo peso en 2015, lo que supone aproximadamente uno de cada 7 nacimientos en todo el mundo.
Demostró que la prevalencia mundial de BPN se redujo “ligeramente” del 17,5% en 2000 (22,9 millones de nacidos vivos con BPN) al 14,6% en 2015 (20,5 millones). Sin embargo, los autores aseguran que el problema “sigue siendo importante”.
“Nuestras estimaciones indican que los gobiernos nacionales están haciendo muy poco para reducir el BPN, incluso en países de altos ingresos donde la prematuridad (nacimientos anteriores a las 37 semanas de gestación) se debe a la alta edad de la madre, el tabaquismo, cesáreas no médicamente indicadas y tratamientos de fertilidad que aumentan el riesgo de nacimientos múltiples”, afirmó la autora principal, Hannah Blencowe, de la LSHTM.
El análisis indica que los 195 estados de la organización se comprometieron en 2012 a una reducción del 30 por ciento en la prevalencia de bajo peso al nacer de cara a 2025.
Por su parte Julia Krasevec, coautora del estudio y especialista en estadísticas y monitoreo de Unicef, recordó que “todos los recién nacidos deben ser pesados, y sin embargo, en el mundo, no tenemos registro de casi un tercio de ellos”.
Fuente: Clarín
El asma es una enfermedad crónica y frecuente que se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias. Quienes conviven con ella sufren un impacto en su calidad de vida, tanto en su capacidad educativa y laboral como en sus momentos de esparcimiento.
El primer Día Mundial del Asma se celebró en 1998 en más de 35 países conjuntamente con la primera Reunión Mundial sobre el Asma celebrada en Barcelona, España. Desde allí, el primer martes de mayo se conmemora la fecha organizada por la Iniciativa Global para el Asma (GINA) para mejorar la concienciación y el cuidado de la enfermedad en todo el mundo.
El asma es una de las enfermedades más prevalentes en el mundo y se estima que un 10% de la población mundial la padece. Actualmente hay 235 millones de personas en el mundo que padecen la enfermedad según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en la Argentina se estima que el 6% de la población convive con la enfermedad.
"La clave está en el control de los síntomas y en la visita regular al especialista", sostuvo la jefa de la División Neumonología del Hospital de Clínicas, Ana Putruele.
Según la especialista, "la alergia a los animales, la polución del aire en las grandes ciudades, el uso desmedido de perfumes, el consumo de antiinflamatorios, el ciclo menstrual en la mujer y el estrés constituyen a algunas de las variables que pueden disparar la enfermedad". Y remarcó: "Cuando el paciente no se trata, su quehacer cotidiano va siendo más y más complicado, si bien no se puede hablar de cura en el asma es importante decir que con los tratamientos adecuados, la enfermedad es controlada y la calidad de vida de quien la padezca es como la de cualquier otro".
"El asma provoca síntomas como falta de aire, sibilancias (chillido), tos, opresión torácica junto con una sensación de angustia", mencionó el presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAeIC) Gabriel Gattolin, y agregó que "los pacientes presentan una predisposición a reaccionar a distintos alergenos inhalatorios de manera exagerada en el sistema respiratorio, lo que provoca inflamación bronquial, manifestándose con los síntomas mencionados".
La falta de control de la enfermedad provoca que el paciente se encuentre limitado en sus actividades y en riesgo de padecer una crisis de asma: episodios de falta de aire que pueden culminar en una visita de urgencia o incluso una internación.
Andrés Bertorello es el presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) y señaló que en la Argentina "hay muchos pacientes que no están diagnosticados (subdiagnóstico), y por ende no acceden a un tratamiento adecuado. Un médico clínico o un especialista en vías respiratorias, puede hacer el diagnóstico de asma de una manera simple y evaluar el tratamiento más apropiado para cada paciente, conjuntamente con las acciones necesarias para evitar una crisis de asma".
"Una vez comenzado el tratamiento, los pacientes experimentan una mejoría de los síntomas y habitualmente disminuyen la adherencia del tratamiento indicado", aseguró Bertorello, quien destacó que "la falta de adherencia al tratamiento responde a una suma de factores: algunos son propios del paciente, de su entorno, prejuicios sobre la medicación inhalatoria o incluso por causas económicas".
En la Argentina el asma ocasiona más de 400 muertes anuales y más de 15 mil hospitalizaciones por año y "en su gran mayoría son acontecimientos evitables", señaló el médico neumonólogo Luis Nannini, del Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria.
La falta de control de la enfermedad hace que los bronquios permanezcan inflamados y el paciente se encuentre en riesgo de presentar una crisis que culmine en una insuficiencia respiratoria. En la Argentina la prevalencia de asma se encuentra en aumento y los especialistas señalan a la contaminación, el estilo de vida y el ambiente en el que vivimos entre los principales responsables.
La vida al aire libre, el ejercitarse, vivir en un ambiente libre de humo y polvo ayudan a mejorar la perspectiva de la enfermedad, y así lograr que el paciente tenga una vida normal.
Fuente: Infobae
Un dolor de cabeza intenso, pulsátil, generalmente de un solo lado. Náuseas, vómitos y sensibilidad extrema a la luz o al ruido. Un malestar que hace insoportable las actividades cotidianas para quienes lo padecen. Que son, en Argentina, una de cada 10 personas. Eso detectó el primer estudio de prevalencia de migraña en el país, realizado por la consultora Poliarquía con especialistas de la Sociedad Neurológica Argentina, en el marco del lanzamiento del primer medicamento específico para tratar la enfermedad.
Encuestaron a 2.500 personas, a quienes les aplicaron un cuestionario específico de migraña validado internacionalmente (el Migraine Screen Questionnaire, MSQ), con el objetivo de comprender el alcance y las características de la enfermedad. ¿Los principales resultados? El 53% de los encuestados sufrió al menos un dolor de cabeza en los últimos 12 meses y el 9,5% respondió afirmativamente a las preguntas que determinan que ese dolor es migraña.
Respecto del motivo que dispara los dolores de cabeza, de manera contundente el 40% de los migrañosos afirma que el episodio de migraña está desencadenado por el estrés emocional. En menor medida lo asocian con dificultades o la modificación de su sueño habitual (11%) y un 10% menciona la relación de los dolores de cabeza con la menstruación o cambios hormonales.
"Muchas de las personas que sufren de los síntomas de la migraña desconocen que es una enfermedad neurológica, que tiene tratamiento y es controlable. Nuestra responsabilidad como especialistas en Neurología, y de la sociedad en general, es informar, educar y lograr que aquellos para quienes el dolor de cabeza es un problema en su vida consulten a un médico. Sólo de esa manera podremos ayudar a los pacientes a cambiar su calidad de vida a través de un tratamiento efectivo”, resume la doctora María Teresa Goicochea, neuróloga de Clínica del Dolor de Fleni.
La Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) acaba de aprobar en el país un fármaco que promete ser un cambio de paradigma en el tratamiento de la enfermedad. El erenumab es el primero específico para la migraña y ya se vende desde hace un año en Estados Unidos. Se inyecta cada mes con un aparato como el de la insulina y logra reducir tanto la intensidad como la frecuencia de los ataques. La droga bloquea un fragmento proteico conocido como CGRP, que provoca y prolonga las migrañas. Si bien aún no se informó el valor que tendrá el tratamiento en Argentina, en Estados Unidos cuesta unos 7.000 dólares anuales.
El porcentaje de los migrañosos que consultó alguna vez a un médico es bastante alto (un 62%), pero sólo el 37% vio a un especialista en neurología o dolor. Y 6 de cada 10 se automedican con analgésicos para combatir el dolor, al que más de la mitad califica como severo y un 30%, como moderado. Y la mitad de quienes sufren migraña conceden que la enfermedad afecta sus actividades físicas e intelectuales. Casi todos ellos (el 94%) tienen problemas para dormir y más de la mitad (56%) tuvo que faltar al trabajo por la crisis de dolor. Además, la mitad de los migrañosos sienten que los demásno comprenden el malestar por el que atraviesan.
“La migraña permanece con bajos niveles de reconocimiento y tratamiento. Existen en Argentina muchas personas sin diagnosticar que recurren a la automedicación, lo cual provoca efectos rebote que complejizan aún más el cuadro. Es por eso que a quienes sufren fuertes dolores de cabeza los especialistas recomendamos consultar al médico, obtener su diagnóstico y comenzar un tratamiento efectivo que permita mejorar su calidad de vida y recuperar el tiempo perdido causado por esta enfermedad impredecible”, asegura Daniel Doctorovich, Médico Neurólogo, jefe de la Sección Cefaleas del Hospital Italiano.
La migraña es tres veces más común en mujeres que en hombres y afecta con mayor frecuencia a personas de entre 15 y 50 años. ¿Qué es lo que la provoca? “No es algo que se adopta. La migraña es causada por una predisposición genética cerebral a reaccionar de más a algunos estímulos. Por eso resulta imprescindible hablar de ella y visibilizarla, para que la sociedad en su conjunto comprenda que no es sólo un simple dolor de cabeza sino que es una enfermedad que sin un adecuado tratamiento reduce la posibilidad de llevar una vida normal”, concluye Fiorella Martín Bertuzzi, también del Servicio de Neurología del Italiano.
Fuente: Clarín Salud
La hipertensión arterial es la principal causa de muerte y discapacidad en Argentina. En 2017, la sumatoria de las enfermedades cardiovasculares, afecciones en las que la hipertensión suele jugar un papel preponderante, produjo 90.222 muertes2. En parte explica esta alarmante cifra el hecho de que 7 de cada 10 hipertensos no controlan su enfermedad: 4 de ellos ni siquiera saben que son hipertensos y casi 3 (27%) pese a conocer su condición no logran mantener su presión en parámetros aceptables1.
‘Si tenemos en cuenta que más de un tercio (37,3%) de los casos de muerte por enfermedad cardiovascular se podría prevenir teniendo la presión arterial en niveles normales[3], podríamos evitar en nuestro país 92 fallecimientos por día, prácticamente 4 cada hora controlando la hipertensión’. La afirmación fue realizada en el marco del XXVI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, que se desarrollará en Mar del Plata del 11 al 13 de abril.
“Todos los años mueren por enfermedades cardiovasculares más de 90 mil argentinos, cuatro veces más de los que fallecen por todas las causas externas (accidentes y homicidios, entre otras). Se ha calculado que estas muertes implican 400 mil años de vida perdidos; si a estos se suman los que se viven con discapacidades, son 600 mil los años de vida saludables que se pierden a consecuencia de las enfermedades cardiovasculares. Así, un tercio de las muertes y también de los años de vida perdidos en la Argentina corresponden a enfermedades cardiovasculares”, expresó la Dra. Irene Ennis, doctora en medicina y Presidenta del Comité Organizador del XXVI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial.
“Se estima que cada año se producen en Argentina más de 150.000 eventos coronarios (angina de pecho, infarto de miocardio) y 100.000 accidentes cerebrovasculares (ACV). La asociación entre ACV y cardiopatía isquémica con la presión arterial es lineal y empieza desde valores tan bajos como 120/80 mmHg. Por este motivo, afirmamos que para disminuir el riesgo de padecer una u otra condición debemos ser exigentes con el cumplimiento de las metas de prevención y tratamiento”, detalló el Dr. Martín Salazar, Presidente Honorario del Comité Organizador del XXVI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial.
Estimaciones relativamente recientes refieren que en nuestro país los costos directos anuales asociados al tratamiento de la hipertensión arterial (incluyendo medicamentos, estudios, análisis de laboratorio e internaciones) ascienden a 350 millones de dólares. A lo que habría que agregar los costos indirectos (pérdida laboral, cargas familiares, etc.) y consecuencias psicológicas y sociales, cuya medición es más difícil de realizar.
“La hipertensión arterial no es simplemente un factor de riesgo, es una enfermedad en sí misma que debe ser abordada con tratamiento. Aunque no es lo más habitual, existe consenso internacional acerca de que se obtienen mejores resultados en el tratamiento si se indican dos o hasta tres medicamentos antihipertensivos en simultáneo, en comparación con indicar uno solo o simplemente recomendar dieta y ejercicio físico”, subrayó la Dra. Judith Zilberman, Presidenta de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) y especialista en cardiología e hipertensión arterial.
Otro de los problemas que presenta esta enfermedad es que, como generalmente no da síntomas, existe una alta tasa de abandono del tratamiento. “La gente no toma los medicamentos porque manifiesta sentirse bien, pero esto es tan desacertado como que una persona con diabetes deje de administrarse insulina o alguien con colesterol elevado no reciba su medicación hipolipemiante. La hipertensión arterial es una enfermedad crónica, potencialmente mortal, y la adherencia al tratamiento constituye la base para su control”, consignó la Dra. Ennis, quien además es Profesora Titular de Fisiología y Física Biológica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.
Entre los propios especialistas existe cierto disenso acerca de a partir de qué valores considerar que una persona padece hipertensión. Mientras que las guías norteamericanas consideran hipertensión a partir de una cifra de 130/80 mmHg, desde la SAHA, en línea con las guías europeas, adscriben a la postura que la define desde mediciones que arrojen 140/90 mmHg.
No obstante, la comunidad científica toda coincide en la importancia de no minimizar esta condición ni considerar que valores ligeramente elevados pueden deberse a situaciones pasajeras, como aquellas producidas por los nervios o el estrés, y en que cada situación individual debe analizarse en relación a su contexto.
La hipertensión arterial representa el principal factor de riesgo (potencialmente modificable) del desarrollo de enfermedad cardiovascular, acompañado también de otras condiciones como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, colesterol elevado y la diabetes.
“De ahí la importancia del control y tratamiento de aquellos factores que podemos modificar y de los cambios en los hábitos de vida poco saludables que contribuyen a desarrollar estas enfermedades”, insistió el Dr. Salazar.
“Para la toma de la presión arterial nos encontramos con otro inconveniente: el uso de medidores desaconsejados o directamente prohibidos. Recomendamos utilizar los dispositivos automáticos digitales validados. No recurrir más a los tradicionales o aneroides, que suelen descalibrarse y perder precisión, y mucho menos a aquellos en base a mercurio, que están prohibidos desde hace 10 años. Deben realizarse 3 mediciones, con la persona en reposo y relajada y computar como valor el promedio de los resultados obtenidos”, explicó el Dr. Walter Espeche, médico especialista en medicina interna, Secretario del Comité Organizador del XXVI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial.
Los especialistas remarcaron la importancia de mantener hábitos saludables para ayudar al control de la hipertensión, como llevar una alimentación sana, rica en frutas y verduras, restringir el consumo de sal, tanto la agregada en la mesa como aquella que se incorpora al momento de la cocción de los alimentos, combatir el sedentarismo realizando actividad física (al menos 30 minutos de caminata diaria) y alcanzar y mantener un peso saludable. Sin embargo, coincidieron en que una vez diagnosticada la enfermedad, todo ello no es suficiente: el control periódico y la adherencia al tratamiento farmacológico, generalmente compuesto por 2 ó 3 medicamentos, representa el pilar del control de la hipertensión arterial.
Fuente: Consenso Salud
Con un encuentro en la sede de la Secretaria de Gobierno de Salud finalizó la visita de la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que evaluó las capacidades sanitarias de Argentina con el fin de alcanzar la certificación como país libre de paludismo.
“Estamos satisfechos con el trabajo que venimos realizando desde la Secretaría de Gobierno de Salud junto a las autoridades provinciales de todo el país. Sabemos que todavía se puede mejorar y por eso continuaremos fortaleciendo las estrategias conjuntas”, sostuvo el secretario de Promoción de la Salud, Prevención y Control de Riesgos, Mario Kaler, quien junto a la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Argentina, Maureen Birmingham, encabezaron la reunión.
Durante la visita, que se extendió del 18 al 29 de marzo, autoridades y equipos técnicos de la cartera sanitaria nacional se encargaron de mostrar el funcionamiento y las fortalezas del sistema de salud con eje principal en la vigilancia, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.
Así, la comitiva internacional recopiló gran cantidad de datos que serán trabajados y procesados durante las siguientes semanas para finalmente presentar un informe final que evalúe la ausencia de casos autóctonos y el funcionamiento de un sistema de vigilancia que garantice la detección precoz de los casos importados. Además, considerarán si el país puede asegurar el diagnóstico y el tratamiento oportuno y adecuado e implementar la vigilancia y control vectorial de los mosquitos del género Anopheles.
La misión de la OMS visitó las provincias de Salta y Jujuy como zonas receptivas de la enfermedad, donde recopiló información de los distintos niveles de atención y control local para mantener en cero el número de casos autóctonos. Luego, realizaron el mismo análisis sobre las zonas no receptivas (sin presencia del vector), como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, para ver las capacidades de respuesta frente a casos importados.
Actualmente el paludismo o malaria es una enfermedad que afecta a gran parte de América, Asia y África, de ahí que la vigilancia de casos que pudieran ingresar se vuelve prioritario para las provincias de Salta, Jujuy y Misiones que cuentan con la presencia del mosquito Anopheles, transmisor de la enfermedad.
Argentina no presenta casos autóctonos desde 2011, aunque se siguen registrando casos importados todos los años, razón por la cual Salud ha fortalecido en estos últimos años la sensibilización de los equipos de salud en todo el territorio con capacitaciones presenciales y no presenciales, además de fortalecer la red de laboratoristas y asegurar la medicación para el tratamiento.
Participaron también del encuentro la subsecretaria de Prevención y Control de Enfermedades Comunicables e Inmunoprevenibles, Miriam Burgos, la directora nacional de Epidemiologia y Análisis de la Situación de Salud, Patricia Angeleri, y miembros de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud.
Fuente: Consenso Salud
Este desarrollo de la Universidad Nacional de La Plata para tratar la tuberculosis (TBC) se producirá por primera vez en el país.
El medicamento fue desarrollado por la Unidad de Producción de Medicamentos (UPM) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y la producción quedará a cargo del laboratorio público PROFARSE (Productora Farmacéutica Rionegrina Sociedad del Estado) de Río Negro.
El tratamiento de la TBC debe cumplirse en dos etapas: en los dos primeros meses el paciente es tratado con varias tomas diarias de 4 fármacos antibióticos y, en la segunda etapa, con 2 fármacos durante otros cuatro meses.
El medicamento desarrollado por la UPM es la Asociación Cuádruple, es decir, que cada comprimido contiene los 4 fármacos antibióticos requeridos para la primera etapa del tratamiento contra la tuberculosis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de la denominada “Asociación de Fármacos”, es decir, comprimidos que contienen 2, 3 y hasta 4 fármacos, para minimizar el número de tomas diarias y así evitar omisiones o confusión en las mismas.
“Desde el punto de vista farmacéutico se trata de un medicamento complejo debido a la elevada cantidad de fármacos, las posibles reacciones entre ellos y las exigencias que debe cumplir para ser aprobado por las autoridades sanitarias”, detalló Arturo Hoya, director técnico de la UPM.
El investigador remarcó que “es la primera vez que en Argentina se desarrolla y se produce este medicamento (ningún laboratorio privado nacional o multinacional lo fabrica en el país) y lo más importante es que responde a lo aconsejado por la OMS”.
Cabe recordar que ante la “orfandad de medicamentos” contra esta patología, se puso en marcha un plan de emergencia llevado adelante por el Ministerio de Salud de Río Negro, la Agencia Nacional de Laboratorios de Producción Pública (ANLAP) y la UNLP, que implicó el desarrollo, producción y distribución de 6 medicamentos para tratar la enfermedad.
Ahora el país contará, además, con la Asociación Cuádruple que promete mejorar el tratamiento de la TBC.
Fuente: Argentina Investiga /COFA
El Día Internacional del Cáncer Infantil, instituido 2001 por la Organización Internacional de Padres de Niños con Cáncer, se conmemora todos los días 15 de febrero y tiene como objetivo concientizar a la comunidad respecto de la importancia de este problema y de la necesidad de un acceso rápido al diagnóstico y tratamiento adecuado.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el término cáncer infantil generalmente se utiliza para designar distintos tipos de cáncer que pueden aparecer en los niños antes de cumplir los 15 años.
Lo cierto es que la sobrevida del cáncer infantil aumentó notablemente en los últimos años. Según datos del Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA), desarrollado por el Instituto Nacional del Cáncer (INC), entre 2000 y 2004 la sobrevida promedio a 3 años en niños de 0 a 15 años de edad era del 63,1%, mientras que entre 2010 y 2014 aumentó al 72,4%, lo que implica una mejora del 14,7 por ciento. El anuncio que fue compartido por expertos de la Sociedad Argentina de Pediatría y del INC en el marco del Día Internacional del Cáncer Infantil, destacó que la detección, el abordaje terapéutico temprano y la mejora en el soporte clínico de los niños son los pilares fundamentales que contribuyen a aumentar la chances de curación.
"El ROHA, que empezó a desarrollarse en el año 2000, es una herramienta clave para conocer cuántos casos nuevos de cáncer en los niños ocurren en Argentina. Nos permite saber qué tipo de tumores desarrollan los niños en nuestro país, dónde se tratan y cómo evolucionan a lo largo del tiempo. Se registran más del 90% de los casos esperados", explicó Florencia Moreno, médica Hemato-Oncóloga, Directora del ROHA.
Algunos de los datos que se conocen gracias a la investigación refieren a la incidencia de estas enfermedades en la población: se producen anualmente aproximadamente 1.370 casos de niños entre 0 y 15 años de edad, lo que implica más de 3 diagnósticos nuevos en promedio por día. En cuanto a los lugares de atención, más del 80 por ciento de los casos registrados se tratan en hospitales públicos, y 4 de cada 10 (44%) de los niños en algún momento de su tratamiento deben trasladarse a centros de mayor complejidad. Esta información permite conocer más el abordaje del cáncer infantil en Argentina y así poder orientar, por ejemplo, las políticas públicas, con conocimiento certero de la situación actual.
"Si bien recibir la noticia de un diagnóstico de esta condición en un familiar puede tener un impacto emocional fuerte, es importante recordar que, con el diagnóstico a tiempo y el tratamiento correcto, en muchos casos el cáncer infantil se cura, como reflejan los datos relevados por el Registro", expresó Viviana Bacciedoni, Secretaria del Comité Nacional de Hematología-Oncología y Medicina Transfusional de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Los tipos de cáncer más comunes en niños son las leucemias, tumores cerebrales y tumores sólidos. Por lo general, en comparación con los adultos, presentan mayor tolerancia a tratamientos agresivos y mejor capacidad de recuperación.
"La prevención no suele ser determinante en el caso de la edad pediátrica, porque es limitado el tiempo de exposición a factores de riesgo que presentan los niños. Sin embargo, hay dos factores que deben ser tenidos en cuenta: la carga hereditaria de una enfermedad, que debe hablarse con el especialista y corresponde a situaciones poco frecuentes y muy específicas, y en relación a la radiación solar deben tomarse los recaudos necesarios, ya que está comprobada la asociación con el melanoma en la adultez", detalló Moreno, quien además es Coordinadora del Programa Nacional de Cáncer Pediátrico del INC y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Con respecto a la detección temprana, los especialistas insisten en que ante cualquier síntoma fuera de lo común, los padres o responsables consulten con el pediatra, quien debe estar alerta y conocer las características de estas patologías para poder detectarlas a tiempo.
Una enfermedad 'familiar'
"Consideramos al cáncer pediátrico como una enfermedad familiar: el tratamiento debe contemplar a todos los miembros. Los padres suelen sentir conmoción, incertidumbre, negación, culpa y ansiedad. Los hermanos, por su parte, pueden tener miedo, preocupación y culpa, pero también -en ocasiones- celos, porque sus padres están muy dedicados al hijo enfermo. Esto puede resultar en que el hermano tenga trastornos de escolaridad, pesadillas y enuresis (hacerse pis involuntariamente). Por esto, se aconseja el acompañamiento terapéutico a toda la familia", subrayó la médica Bacciedoni.
En el marco de los derechos del niño establecidos por convención internacional y legislaciones argentinas, existen algunos que deben ser especialmente tenidos en cuenta en el contexto del tratamiento de una enfermedad oncológica:
-Derecho al descanso, esparcimiento y juego. En todas las unidades de oncología pediátrica de Argentina debe haber una juegoteca o biblioteca.
-Derecho a volver a su casa. Siempre y cuando el tratamiento lo permita, deben poder disfrutar de su hogar, familia y amigos.
-Derecho a la educación. Tienen que continuar con la escolaridad, con maestras domiciliarias u hospitalarias en todas las unidades de oncología pediátrica del país.
-Derecho a saber qué les sucede. Se les debe contar cada procedimiento que se les va a realizar con antelación para que se puedan preparar emocionalmente. Antes se creía que no debía dárseles información; ahora se sabe que desde los 5 años deben conocerlo, porque la falta de información les puede provocar ansiedad y miedo.
-Derecho al alivio del dolor. Para esto, se cuenta con un plan de opioides que garantiza que no sufran dolor en ningún momento de su tratamiento.
-Derecho a la toma de decisiones. Si bien las decisiones de gran escala serán tomadas por sus padres y los médicos, los niños tienen la oportunidad de elegir cuestiones del día a día en la medida en que la flexibilidad del tratamiento lo permita, como por ejemplo elegir el brazo del que le saquen sangre, estar en cuarto compartido, o acomodar los horarios de las terapias para poder irse a su casa.
Los avances en el diagnóstico y tratamiento en pediatría han permitido mejorar la sobrevida de los niños con enfermedades oncológicas y para celebrar esto, el Instituto de Oncología del Hospital Alemán y la Fundación María Cecilia de Ayuda al Niño Oncológico realizarán una jornada recreativa y de concientización en el marco del Día Internacional del Cáncer Infantil el viernes 15 de febrero a las 11 hs.
Fuente: Infobae
Un nuevo estudio de UADE junto a Voices!, realizado desde el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) como iniciativa conjunta, tuvo por objetivo evaluar el consumo de medicamentos y fuentes de recomendación de los medicamentos consumidos entre los argentinos.
El trabajo se realizó tomando como base una encuesta probabilística realizada en todo el país a 1.002 personas de 16 años y más, utilizando entrevistas personales como instrumento de recolección.
Algunos de los resultados más relevantes:
• Los medicamentos de mayor consumo en el último año por la población argentina son analgésicos/antiinflamatorios (consumidos por 6 de cada 10 argentinos). En segundo y tercer lugar, el 43% declaró haber consumido antibióticos y el 35% antigripales. (Grafico 1)
• Los medicamentos más consumidos son precisamente los que se adquieren en mayor medida sin receta médica: solamente la mitad de quienes consumieron analgésicos / antiinflamatorios en el último año utilizó prescripción de un profesional de la salud (53%), al igual que quienes consumieron antigripales. Si bien el uso de antibióticos presenta una mayor tasa de receta médica (74%), es notable que un cuarto de los argentinos los consume sin indicación de un profesional. Si consideramos el porcentaje de personas que consumieron algún medicamento en el último año sin recomendación directa del médico vemos que la cifra de automedicación asciende a casi la mitad (47%). (Grafico 2)
Analizando los resultados de la encuesta, Constanza Cilley, Directora Ejecutiva de Voices!, señaló que “la automedicación es una práctica masiva en Argentina, la mitad lo hace. Si bien muchos medicamentos son de venta libre, es alarmante ver la cantidad de argentinos que se auto medican irresponsablemente consumiendo, por ejemplo, antibióticos, ansiolíticos o pastillas para dormir sin prescripción médica.”
Andrés Cuesta, Secretario Académico de UADE, destacó que “constituye un verdadero problema de salud pública la automedicación y es especialmente preocupante la práctica extendida de consumo de antibióticos sin prescripción médica por parte del 26% de quienes han recurrido a este tipo de medicamentos recientemente. Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso indebido e innecesario de antibióticos (tanto en seres humanos como en animales) es una amenaza para la salud pública que está generando una aceleración de la resistencia a los antibióticos y dificultando el tratamiento de numerosas infecciones, prolongando las estancias hospitalarias, incrementando los costos médicos y aumentando la mortalidad”.
Los medicamentos más consumidos por los argentinos son los analgésicos/ antiinflamatorios. El 59% de los ciudadanos los consumió en el último año mientras que un 40% lo hizo en el último mes. El segundo lugar lo ocupan los antibióticos, consumidos por el 43% de los argentinos en el último año y por 2 de cada 10 en el último mes. Los antigripales figuran en tercer lugar, con un 35% de habitantes que los tomó en el último año y un 15% que los utilizó en los últimos 30 días.
Al observar los medicamentos que registran el menor consumo en el año y en el mes, pastillas para dormir, tranquilizantes, ansiolíticos y antidepresivos presentan un uso personal que oscila entre el 7% y 3% para el último año y entre 4% y 2% para los últimos 30 días. Los laxantes por su parte figuran últimos en consumo con solamente un 2% en el último año y 1% en el último mes. Tranquilizantes, pastillas para dormir y ansiolíticos presentan un mayor uso entre los argentinos mayores a 50 años (12%, 9% y 5% respectivamente), al igual que los medicamentos para la hipertensión arterial y para el colesterol (33% y 18%).
La fuente de recomendación de los medicamentos varía según el tipo de droga en cuestión: así, los medicamentos relacionados con el sistema nervioso – que son los de menor consumo – y aquellos destinados a combatir patologías específicas como la hipertensión o el colesterol son principalmente recomendados por un médico.
El 99% de los argentinos que consume medicamentos para el colesterol declara consumirlos por recomendación médica. En el caso de los antidepresivos, el 98% de los ciudadanos los toma por indicación de un profesional de la salud.Las drogas para la hipertensión son prescriptas por médicos en 97% de los casos y el 91% de los argentinos que consumen tranquilizantes lo hacen bajo receta médica.
Llama particularmente la atención el caso de los ansiolíticos, medicamento recetado por médicos en un 86% de quienes lo consumen, pero droga para la que el 10% del consumo proviene de la recomendación de un amigo. Las pastillas para dormir, por su parte, son prescriptas principalmente por médicos (85%) y en este caso, el rol del farmacéutico crece en comparación a los medicamentos antedichos: el 7% de los ciudadanos declara consumirlas por sugerencia de este profesional.
La situación difiere en el caso de los medicamentos de mayor consumo en la población general ya que son estos los que presentan la menor tasa de recomendación médica. En el caso de los antibióticos, el 74% del consumo viene por indicación de un profesional de la salud. Un 16% declara que los consume por el hecho de hacerlo siempre y el 6% dice utilizarlo por consejo del farmacéutico.
En línea con lo que sucede en el caso de antibióticos, los antialérgicos cuentan con un 73% de recomendación del médico, mientras que un 10% declara consumirlo siempre y un 9% de los argentinos dice utilizarlos mediante la sugerencia del farmacéutico. El 68% de los argentinos declara consumir anticonceptivos por prescripción médica mientras que un 26% declara utilizarlos porque siempre lo hace.
El origen de recomendación para antiácidos, antigripales y analgésicos es similar: aproximadamente la mitad (53%) del consumo proviene de la indicación médica mientras que cerca de 3 de cada 10 toman estas drogas porque las consumen siempre, sin necesidad de receta de un profesional. En el caso de los antigripales, la sugerencia del farmacéutico es más importante, ya que un 12% de los ciudadanos declaran consumir estos medicamentos por su indicación.
Los laxantes, por su parte, muestran un bajo consumo y una escasa recomendación médica (37%). Aquí es donde los farmacéuticos tienen un rol más importante, siendo la fuente de recomendación para el 19% de los argentinos.
Si consideramos el porcentaje de personas que consumieron algún medicamento en el último año sin recomendación directa del médico vemos que la cifra de automedicación asciende a casi la mitad (47%). La automedicación consiste según la OMS, en la selección y el uso de los medicamentos (alternativos como tradicionales), por parte de las personas, con el propósito de tratar enfermedades o síntomas que ellos mismos pueden identificar.
Hombres (55%), jóvenes entre 16 y 29 años (57%) y adultos entre 30 y 49 (54%), ciudadanos de niveles socioeconómicos altos (52%) y medios (53%) y residentes en GBA (51%) y en el Interior (47%) muestran una mayor tendencia a consumir medicamentos sin recomendación del médico.
Para mayor información o recibir el estudio completo:
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. / www.uade.edu.ar / 4000-7430-9
Fuente: Ballero, Landoni & Asociados
Argentina busca avanzar finalmente hacia la certificación de la eliminación del paludismo, enfermedad más conocida como malaria. Para ello están trabajando en una iniciativa conjunta de la secretaría de Salud de la Nación y la Organización Panamericana de la Salud para los ajustes finales que necesita el país para lograr dicha certificación.
En el país no hay casos autóctonos de malaria desde 2010. Sin embargo, para poder ser considerado un país libre de malaria, Argentina debe fortalecer la capacitación y certificación de profesionales, proceso que ya comenzó en la sede del ANLIS Malbrán.
“Este es un proceso largo que se inició en 2013 tras haber estado varios años sin casos autóctonos. En la segunda mitad del año pasado se empezó a intensificar el proceso para que Argentina pudiera tener la certificación. Es un proceso sumamente complejo, porque involucra no sólo al ministerio nacional sino también a todas las provincias y niveles de servicios de salud, lo que no es sencillo teniendo en cuenta la complejidad de nuestro país”, explica a Clarín Patricia Angeleri, a cargo de la dirección nacional de epidemiología y análisis de situación de salud de la Secretaría de Salud de la Nación.
El proceso, según la funcionaria, ya está en etapa avanzada. “Estamos en la última etapa. Próximamente recibiremos la misión de Washington que hará la evaluación y si está todo bien, luego viene otra misión de Ginebra” para finalmente obtener la certificación.
Teniendo en cuenta la ausencia de casos autóctonos de Paludismo desde el año 2010, la Argentina se encuentra en condiciones de solicitar la certificación de la eliminación a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lograr esta certificación es una ardua tarea y al cabo de la misma, el país logrará ingresar a un grupo de países libres de Paludismo, que actualmente en la región sólo está integrado por Uruguay, Chile y recientemente Paraguay.
El paludismo, también conocido como malaria, es una enfermedad que puede ser mortal y se transmite por la picadura del mosquito silvestre Anopheles. En 2010 se registraron en el país los últimos casos autóctonos notificados en el área de frontera y en lo que va del año (semana epidemiológica 30) se han registrado 11 casos importados.
Precisamente, para evitar reinserción de la enfermedad a partir de casos importados se debe fortalecer la vigilancia, especialmente en las zonas fronterizas con países que tienen casos. “En nuestro caso, debemos fortalecer especialmente la vigilancia en Jujuy, Salta y Misiones, que son provincias exendémicas y que son susceptibles de lo que se denomina el paludismo de frontera, un problema que se da en el mundo, no sólo acá”, señaló Angeleri.
“Hubiéramos querido que todo el proceso fuera mas rápido. Pero debimos poner a punto técnicas de diagnostico que requiere un proceso muy específico y, al no tener pacientes se perdió el expertise, por lo que hubo que volver a capacitar a los equipos de salud”, cerró la funcionaria.
Eso explicaría, según expertos, la mayor cantidad de casos severos. Para verificarlo, en el Instituto Malbrán están analizando los gérmenes. Descartan que sea un brote. |
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Ayer se confirmaron otros dos casos mortales en Río Negro y Buenos Aires. Y los muertos ya suman 6. La Secretaría de Salud descarta que se trate de un brote. Pero en el Malbrán investigan si la cepa que circula es más agresiva que lo normal. La muerte de seis personas por cuadros invasivos de la bacteria estreptococo pyogenes despertó una suerte de pánico en la población, que mantiene abarrotadas las guardias de los hospitales. Frente a esto, las autoridades y los expertos buscan transmitir calma: dicen que no se está ante un brote ni una epidemia. Pero admiten que les llama la atención que haya aparecido un conjunto de casos graves en un breve periodo de tiempo, lo que llevó a las autoridades a fortalecer la vigilancia y el tratamiento precoz de las infecciones invasivas bacterianas. Además, se está investi- gando si los fallecidos se enfermaron con una cepa de la bacteria más virulenta que lo habitual. Ayer se confirmaron las muertes de un bebé de 20 meses en Río Negro y de un hombre de 38 años en Pergamino, el primer adulto afectado. Ellos se sumaron a los cuatro chicos de hasta 7 años que habían fallecido en Buenos Aires, Santa Fe y Misiones por cuadros relacionados con la bacteria (ver página 4). “No hay un alerta propiamente dicho porque no hay una epidemia como tal. Sí emitimos una actualización epidemiológica dirigida a los equipos de salud para estar alertas ante gripes y anginas que se ven todos los días y en todas las guardias”, señaló a Clarín Patricia Angeleri, directora de Epidemiologíade la Secretaría de Salud de la Nación. Por estas horas, en el instituto ANLIS–Malbrán están investigando la cepa de streptococcus pyogenes que está circulando, para determinar si efectivamente es más virulenta. En el instituto hay tres equipos de profesionales abocados a esa tarea: el de Bacteriología Especial, el de Resistencia Antimicrobiana y el de Plataforma de Genoma y Bioinformática. Los equipos harán la secuenciación completa del genoma de la bacteria, que permitirá identificar su virulencia. A su vez, se realizará un perfil de respuesta o resistencia a los distintos agentes antimicrobianos o an- Si fueran cepas súper virulentas, podríamos tener más casos”.
Rosa Bologna tibióticos, algo clave para determinar el mejor tratamiento de los casos. Fuente: Clarin |