La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una intolerancia que produce síntomas similares a las que sufren los celíacos, pero sin la reacción autoinmune que produce daño en las vellosidades del intestino. Por eso, dicen los especialistas, antes de lanzarse a hacer la dieta libre de gluten es necesario que las personas que sospechan que pueden tener esa condición primero descarten la enfermedad celíaca.
“Lo más importante para poder distinguir la situación es que antes de diagnosticar una sensibilidad al gluten hay que descartar rotundamente la celiaquía, que es una enfermedad que cuenta con buenas herramientas para el diagnóstico. En cambio, la sensibilidad al gluten no tiene biomarcadores, ni anticuerpos específicos, por lo que únicamente nos queda el diagnóstico clínico”, explica el médico gastroenterólogo Eduardo Mauriño, jefe del Departamento de Medicina del Hospital Udaondo.
Hay una tendencia a creer que esto de comer sin gluten podría traer algún beneficio a la salud, a partir de estrellas de Hollywood o deportistas que lo recomiendan, pero en realidad esto no tiene que ver con llevar una dieta sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno), sino con comer más naturalmente. Se ve mucha gente que lo hace por su cuenta pensando que lo va a favorecer, pero la realidad es que no favorece en nada. Es más, las harinas consumidas en raciones diarias apropiadas son una fuente de energía importante”, señala la doctora Gabriela Fedele, médica especialista en celiaquía.
La celiaquía es la enfermedad crónica intestinal más frecuente en Argentina. Es una enfermedad sistemática autoinmune que puede comenzar a cualquier edad y manifestarse con una amplia variedad de síntomas, gastrointestinales o de otro tipo, así como también puede ser asintomática. Precisamente, esta amplitud de síntomas (o la falta de ellos) hace que pueda confundirse con otras enfermedades y que muchas veces se demore o no llegue el diagnóstico.
Según los últimos estudios oficiales de prevalencia, afecta a 1 de cada 100 adultos y en niños es aún más frecuente: se encuentra en 1 de cada 80 chicos. El problema es que muchas personas no lo saben: se estima que por cada celíaco diagnosticado hay 8 que todavía no lo saben. Sobre la sensibilidad al gluten no celíaca no hay datos disponibles en la Argentina. En Estados Unidos se estima que afecta al 10% de la población.
“Están apareciendo muchos casos de sensibilidad al gluten, pero la mayoría son diagnosticados por el mismo médico. La sintomatología es similar, pero cuando se hacen la endoscopia, tienen las vellosidades conservadas. La diferencia es que el sensible puede llegar a tener algún permitido, o adoptar una dieta no tan estricta”, dice Mariana Holgado, de la comisión directiva de la Asociación Celíaca Argentina, que tiene 40 años de trayectoria en el país. “En la asociación se está acercando mucha gente sensible al gluten. Pero también es importante saber que el gluten en sí es pesado de digerir para todos, es de digestión lenta”, añade.
“La proteína del gluten en los celíacos actúa como patógeno. En los sensibles al gluten no, no hay reacción autoinmune”, diferencia Fedele.