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Diabetes tipo 2 y riesgo cardiovascular

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Según la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, en nuestro país el 8,4% de la población tiene glucemia elevada o diabetes según registro bioquímico y el 66.1% tiene sobrepeso u obesidad. Las personas con diabetes tipo 2 tienen mayor riesgo cardiovascular, siendo ésta la principal causa de muerte y discapacidad en estos pacientes. Sin embargo, de acuerdo con cifras de la American Heart Association, la mitad de los pacientes lo ignora.

“Con un buen manejo por parte del profesional de la salud y con un paciente activo, protagonista de su tratamiento, que lleve un estilo de vida saludable, que realice chequeos con frecuencia y adhiera a las indicaciones de su médico tratante, se puede controlar el riesgo y prevenir el desarrollo de problemas cardiovasculares en el futuro”, sostuvo el Dr. León Litwak, médico Endocrinólogo, especializado en diabetes.

Éste fue uno de los ejes de la edición 2019 de la campaña ‘100 mil corazones’, de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), que se llevó adelante entre el Día Mundial del Corazón y el Día Mundial de la Diabetes, y que contó con el apoyo -entre otras instituciones- del laboratorio Novo Nordisk.

“Si bien no queremos alarmar a la comunidad de pacientes con estas cifras, estamos convencidos de que conociendo esta información, se puede tomar medidas a tiempo para prevenir complicaciones para la salud. El primer paso es conversar con su médico sobre la mejor manera de controlar la diabetes y los demás factores de riesgo cardiovascular como: obesidad, hipertensión arterial y los niveles elevados de colesterol en sangre”, subrayó el Dr. Daniel Piskorz, médico especialista en Cardiología.

La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el páncreas no puede producir insulina o cuando el organismo no la utiliza correctamente. La insulina es una hormona que permite que la glucosa en sangre sea utilizada por las células del cuerpo como energía. Si no funciona correctamente, la glucosa se acumula en la sangre y con el tiempo puede ocasionar daños irreversibles en vasos sanguíneos, órganos y tejidos.

Las formas más comunes son la diabetes tipo 1 y la tipo 2. La primera se presenta, por lo general, en etapas tempranas de la vida (aunque puede comenzar a cualquier edad) y no se puede prevenir aún. Aquí el organismo no produce insulina, por lo que ésta hormona debe ser administrada todos los días.

En cambio, la diabetes tipo 2, que es la más frecuente, en muchos casos se puede prevenir o demorar llevando una vida saludable. Afecta a adultos que presentan sobrepeso u obesidad y sedentarismo, entre otros factores predisponentes, pero la edad de comienzo va adelantándose, ya que existe diabetes tipo 2 también en niños y adolescentes.

Diversos estudios han demostrado que tener diabetes tipo 2 duplica y hasta cuadruplica el riesgo de tener un infarto o un accidente cerebrovascular.

Según una encuesta de la Federación Internacional de Diabetes, 3 de cada 5 personas con diabetes tipo 2 quieren conocer más sobre los factores predisponentes para desarrollar un evento cardiovascular.

“Esto representa una excelente noticia; las personas con diabetes quieren estar informadas para tomar medidas al respecto; es un primer paso, una gran oportunidad para ir hacia un control de esta enfermedad”, reconoció el Dr. Litwak.

“Necesitamos que todos los actores involucrados (médicos, tomadores de decisiones, sociedades científicas, la industria, los medios de comunicación y asociaciones de pacientes) trabajemos en equipo para brindarles información y herramientas a las personas con diabetes para que alcancen el mejor control posible de su condición”, coincidieron los Dres. Litwak y Piskorz.

Actualmente, en nuestro país, prácticamente 1 de cada 8 personas (12,7%) mayores de 18 años refiere tener diabetes representando un aumento significativo con respecto al 2013 (9,8%), así como miles de niños y adolescentes.

“Afortunadamente, existen abordajes terapéuticos que permiten mantener la enfermedad bajo control, por lo que es prioritario el diagnóstico temprano. Seguidamente, asumir que se trata de una enfermedad crónica con la que se deberá convivir a largo plazo, cumplir con un buen seguimiento médico y un tratamiento farmacológico y de cambios en el estilo de vida”, agregó el Dr. Piskorz.

Entre los principales hábitos saludables que promueven la prevención del riesgo cardiovascular, se destacan:

  • Llevar una alimentación variada y equilibrada.
  • Realizar actividad física regularmente.
  • Realizarse chequeos médicos con frecuencia.
  • Adherir al tratamiento que indica el médico.
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