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Jueves, 23 Septiembre 2021 17:17

Factor sanguíneo y Covid-19

Hay personas que atraviesan la enfermedad de manera asintomática, quienes no sienten más que un leve resfrío, aquel que sufre un fuerte cuadro gripal, y el que requiere internación y asistencia respiratoria.

La forma en que el Covid-19 se manifiesta y la respuesta de cada organismo depende, sin dudas, de una infinidad de factores que la medicina intenta dilucidar hace un año y medio.

Influye la manera en que cada individuo se alimenta, su estado de salud de base -si tiene otras enfermedades o no-, si hace ejercicio físico, si fuma, entre otros factores. Y desde el comienzo de la pandemia por el nuevo coronavirus, expertos se preguntaron si el grupo sanguíneo puede tener injerencia en el desarrollo de un cuadro grave de COVID-19.

Investigadores alemanes y noruegos analizaron los diferentes grupos sanguíneos en relación con el tratamiento de la infección por SARS-CoV-2 y llegaron a conclusiones sorprendentes, aunque aclararon que son aún provisionales. Para ellos, una razón de la forma tan diferente en que se desarrolla la enfermedad puede radicar en el grupo sanguíneo del paciente. Los científicos investigaron qué influencia puede tener en los casos de pacientes de especial gravedad.

Los investigadores estudiaron 1.610 pacientes con colapso respiratorio a causa del COVID-19 en Italia y España: en concreto, de Milán, Monza, Madrid, San Sebastián y Barcelona. Todos presentaban un cuadro muy grave. Algunos no sobrevivieron. Según publicaron, los científicos analizaron material del ADN de los pacientes en determinados puntos, en los que con frecuencia se presentan variantes. Las características genéticas que se descubrieron fueron comparadas con muestras de sangre de 2.250 personas sanas.

En un primer resultado, los investigadores hallaron que las personas con sangre grupo A parecen tener un riesgo particularmente alto a sufrir una evolución grave. En Alemania, por ejemplo, un 43% de la población tiene ese grupo sanguíneo. En ese segmento, el riesgo de necesitar oxígeno o respiración mecánica en caso de enfermar de COVID-19 podría duplicar al de las personas con grupo "0", según observaron los expertos.

Si bien estas últimas podrían sentirse afortunadas en la actual situación, los autores del estudio remarcaron que tampoco están libres de contagiarse de coronavirus. Aunque, según el estudio, en su caso el peligro de una evolución grave es menor. El grupo sanguíneo 0, que es el del 41% de la población alemana, tiene además otras características especiales: quienes lo poseen son donantes universales.

 

 

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Ya estamos preparando la producción», ha anunciado la cofundadora de BioNTech, Özlem Türeci. Los primeros niños alemanes menores de 12 años podrán vacunarse con la marca de BioNTech  mediados de octubre y en breve será distribuida también al resto del mundo.

La empresa tiene el producto listo y está a punto de solicitar la aprobación por parte de las autoridades farmacéuticas europeas. En las próximas semanas presentaremos los resultados de nuestro estudio sobre los niños de cinco a once años de todo el mundo a las autoridades y solicitaremos la aprobación de la vacuna para este grupo de edad, aquí en Europa», ha declarado en una entrevista, «ya nos estamos preparando para la producción. La vacuna es la misma, pero menos dosificada y hay menos llenado.

Los resultados del estudio están ya disponibles «son buenos, todo va según lo planeado», de manera que solo deben ser procesados por las autoridades de aprobación. Para finales de año, además, se espera poder contar con los datos del estudio sobre los niños más pequeños, a partir de seis meses, con lo que todas las franjas de edad podrían terminar cubiertas por la vacuna en 2022.

Pero de nada sirve este esfuerzo si la población no responde acudiendo a vacunarse, por lo que el también fundador de BioNTech, Ugur Sahin, sigue instando a todos a hacer todo lo posible para convencer a las personas indecisas de que se vacunen en las próximas semanas. Como sociedad, en Alemania todavía tenemos alrededor de 60 días para evitar un invierno muy duro, dijo Şahin. Debemos hacer lo que podamos para movilizar a la mayor cantidad de personas posible en estos dos meses. Türeci enfatizó: Todos los que están vacunados ayudan. No deberíamos rendirnos.
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Además del desarrollo de las vacunas contra el COVID-19, los laboratorios junto a los científicos de universidades están trabajando para desarrollar medicamentos eficaces para tratar la enfermedad, desde aquellos que generen una inmunidad hasta los que sirvan para tratar sus formas moderada y grave.

En ese camino, un fármaco que está en etapa experimental desde el año pasado para prevenir el COVID-19, mostró una serie de resultados positivos en un estudio preliminar, publicado en la prestigiosa revista Nature Microbiology en diciembre pasado  por investigadores de La Universidad de Georgia, en Atlanta. El laboratorio Merck Sharp & Dohme lleva adelante un amplio estudio en ese sentido.

El pasado 3 de diciembre, los doctores Robert M. Cox, Josef D. Wolf y Richard K. Plemper, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Georgia, Estados Unidos, habían publicado el estudio científico sobre el molnupiravir, la droga que promete interrumpir los contagios en 24 horas.

Ahora llegará una nueva etapa, ya que en las últimas horas, Merck (MSD) y Ridgeback Biotherapeutics anunciaron el inicio del ensayo clínico de Fase 3 Move-Ahead para evaluar el fármaco molnupiravir. Se trata de una terapia antiviral oral para la prevención de la infección por COVID-19. El estudio se llevará a cabo en personas mayores de 18 años que residen en la misma casa que alguien con síntomas de coronavirus y que haya dado positivo en SARS-CoV-2.

El vicepresidente senior de vacunas, enfermedades infecciosas e investigación clínica de MSD Research Laboratories, Nick Kartsonis, dijo que “a medida que la pandemia continúa evolucionando y se están reportando brotes en muchos lugares del mundo, es importante que investiguemos nuevas formas de proteger a las personas expuestas al virus de infectarse con enfermedad sintomática"

 

Desde MSD dijeron que “la seguridad y eficacia de molnupiravir también se está evaluando actualmente en la Parte 2 del ensayo Move-Out, en curso, un estudio global de Fase 3, aleatorizado, controlado con placebo, doble ciego y multicéntrico, en pacientes adultos no hospitalizados con Covid-19 leve a moderado, confirmado por laboratorio y al menos un factor de riesgo asociado a resultados desfavorables de la enfermedad" 

El ensayo Move-Ahead (MK-4482-013) (NCT04939428) contará con más de 1.330 participantes, que recibirán 800 mg de molnupiravir o placebo por vía oral cada 12 horas durante cinco días. Quedan excluidos del estudio las personas que hayan recibido una dosis de la vacuna contra la COVID-19 hace más de una semana, pasado la enfermedad con anterioridad o tengan síntomas de coronavirus.

En el ensayo, participarán países de todo el mundo, entre ellos Argentina, España, Brasil, Colombia, Francia, Guatemala, Hungría, Japón, México, Perú, Filipinas, Rumanía, Rusia, Sudáfrica, Turquía, Ucrania y Estados Unidos también formarán parte del estudio.

El molnupiravir es un antiviral cuyo nombre técnico es MK-4482/EIDD-2801, y se trata de es un inhibidor de ribonucleósido que se administra por vía oral. En principio, fue diseñado para tratar la gripe y evitar que el virus haga copias de sí mismo, creando errores durante la replicación del ARN viral. De comenzarse el tratamiento a tiempo, los contagiados podrían obtener grandes beneficios para ellos y el resto de la sociedad debido a que el medicamento podría detener el paso a la gravedad del paciente, hacer más breve su infección y evitar los brotes comunitarios.

“Esta es la primera demostración de un medicamento disponible por vía oral para bloquear rápidamente la transmisión del SARS-CoV-2”, dijo Plemper. De acuerdo a la publicación en la revista científica, este fármaco antiviral podría evitar que los portadores del virus desarrollen síntomas graves y transmitan la enfermedad, además de contener los brotes locales “en un solo día”.

Debido a que el medicamento se puede tomar por vía oral, el tratamiento puede iniciarse temprano para obtener un beneficio potencial triple: inhibir el progreso de los pacientes a una enfermedad grave, acortar la fase infecciosa para aliviar el costo emocional y socioeconómico del aislamiento prolongado del paciente y silenciar rápidamente los brotes locales.

“Observamos desde el principio que MK-4482 / EIDD-2801 tiene una actividad de amplio espectro contra los virus de ARN respiratorios y que el tratamiento oral de los animales infectados con el fármaco reduce la cantidad de partículas virales diseminadas en varios órdenes de magnitud, lo que reduce drásticamente la transmisión”, afirmó el Plemper. “Estas propiedades hicieron de MK-4482 / EIDD / 2801 un poderoso candidato para el control farmacológico de COVID-19”, sostuvo entonces Plamper que utilizó un modelo de hurón para probar el efecto del fármaco para detener la propagación del virus.

Creemos que los hurones son un modelo de transmisión relevante porque propagan fácilmente el SARS-CoV-2, pero en su mayoría no desarrollan una enfermedad grave, que se parece mucho a la propagación del SARS-CoV-2 en adultos jóvenes”, indicó el doctor Robert Cox, becario postdoctoral en el grupo Plemper y coautor principal del estudio.

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Desde el inicio de la pandemia por coronavirus, y más aún desde el comienzo de la vacunación a las poblaciones con las formulaciones autorizadas de emergencia, se planteó el debate acerca de si las mujeres inmunizadas durante el embarazo o la lactancia podrían transferir esas defensas a su pequeño hijo.

Ahora, un estudio realizado en España demostró que las mujeres vacunadas con la vacuna de Pfizer-BioNTech transmiten anticuerpos específicos contra el coronavirus a sus bebés a través de la leche materna.

"La leche materna de mujeres vacunadas con la vacuna Pfizer-BioNTech basada en ARNm contiene anticuerpos IgG (S1) anti- SARS-CoV-2 específicos, con niveles que aumentan considerablemente después de la segunda dosis. Los niveles de IgG (S1) en la leche materna se correlacionan positivamente con los niveles séricos correspondientes”, concluyeron los investigadores del trabajo publicado en la revista JAMA.

Se tomaron simultáneamente muestras de suero y leche materna de cada participante en tres puntos de tiempo: dos semanas después de recibir la primera dosis de la vacuna, dos semanas después de recibir la segunda dosis y cuatro semanas después de la segunda dosis.

En palabras del jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del centro y uno de los médicos a cargo del estudio, doctor Vicens Díaz de Brito, el trabajo demostró "que la vacunación con Pfizer-BioNTech es segura durante el período de lactancia y que, además, transmite anticuerpos a la leche materna"

Con todo, aún se desconoce “cuál es el valor necesario de anticuerpos en la leche materna, pero los datos publicados sugieren que, tal y como sucede con otras enfermedades infecciosas o con otras vacunas, los bebés amamantados por mujeres vacunadas podrían estar protegidos frente al COVID-19, al menos mientras dure el período de lactancia”.

 

Los investigadores señalan también que “se necesitan estudios prospectivos más amplios que examinen estos problemas para confirmar la seguridad de la vacunación contra el coronavirus en las personas que están amamantando y evaluar aún más la asociación de la vacunación con la salud de los bebés y la inmunidad específica contra el SARS-CoV-2”.

 

El traspaso de anticuerpos inducidos por la vacuna contra el COVID-19 de la madre al bebé también se ha estudiado durante el embarazo. Si bien aún no hay resultados claros, todo apunta a que los anticuerpos podrían transmitirse de la madre al bebé a través de la placenta.

 

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La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha autorizado este jueves que se administre una dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid-19 a pacientes inmunodeprimidos con el objetivo de mejorar la respuesta frente a la enfermedad.

Así, ciertos pacientes inmunodeprimidos, incluidos aquellos con transplantes de órganos y diagnosticados con infecciones de nivel equivalente de inmunodepresión, podrán recibir una tercera dosis de las vacunas de Pfizer o Moderna, según ha señalado la FDA. Asimismo, ha descartado que los vacunados en general requieran en este momento de una tercera dosis, por lo que la nueva opción solo afectaría a cerca de un 2,7 por ciento de los adultos estadounidenses.

La comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock, ha apuntado que el país ha entrado en otra ola de la pandemia y ha asegurado que la administración es especialmente consciente de que las personas inmunodeprimidas corren un riesgo particular de padecer enfermedades graves.

Después de una revisión exhaustiva de los datos disponibles, la FDA determinó que este grupo pequeño y vulnerable puede beneficiarse de una tercera dosis de las vacunas Pfizer o Moderna, ha defendido, según recoge el medio estadounidense ‘The Hill’.

Woodcock ha insistido en que otras personas completamente vacunadas están adecuadamente protegidas y no necesitan una dosis adicional de la vacuna Covid-19 en este momento, al tiempo que ha garantizado que la decisión de la FDA se respalda en un proceso riguroso.

En la víspera, el principal responsable de la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos, Anthony Fauci, afirmó que será inevitable que llegue el momento en el que la población general necesite la dosis de refuerzo.

Estados Unidos acumula más de 36,1 millones de casos confirmados, mientras las muertes superan las 618.000. Hasta el momento, el país ha aplicado 353,8 millones de dosis, llegando con el esquema completo de vacunación al 50 por ciento de la población, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

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Científicos en todo el mundo estudian desde hace un año y medio, desde el inicio de la pandemia por COVID-19, la mejor manera de prevenir el virus respiratorio SARS-CoV-2, causante de la enfermedad que ha provocado hasta ahora 183 millones de infecciones y casi 4 millones de muertos en el planeta.

 

En este tiempo se comprobó que la replicación del SARS-CoV-2 se dirige a las células ciliadas nasales en las primeras etapas de la infección por COVID-19. Los estudios epidemiológicos centrados en los mecanismos de infección viral pueden proporcionar información sobre el desarrollo de tratamientos preventivos eficaces. Así, el establecimiento de la inmunidad de la mucosa nasal contra el SARS-CoV-2 a través de una vacuna nasal podría ser la forma más eficaz de combatir la infección por COVID-19. Comprender cómo se produce la infección vírica puede proporcionar pistas importantes para que los investigadores desarrollen estrategias de prevención de la transmisión vírica y desarrollen agentes terapéuticos y vacunas eficaces.

 

El SARS-CoV-2, el agente causante de la COVID-19, entra en las células del huésped a través de la interacción entre la proteína de espiga del virus y el dominio de unión al receptor extracelular de la ACE2. La entrada del virus en las células se completa con varias proteasas, que permiten que las membranas viral y celular se fusionen. Aunque se sabe que el tracto respiratorio superior se ve comprometido en la fase inicial de la infección, aún no se han identificado los tipos exactos de células que el virus infecta en la fase más temprana.

Dirigidos por el director KOH Gou Young, los científicos del Centro de Investigación Vascular del Instituto de Ciencias Básicas de Corea del Sur han descubierto recientemente los procesos que intervienen en las fases más tempranas de la infección por Covid-19

El grupo lo ha conseguido combinando la tinción por inmunofluorescencia (IFS) y la secuenciación de ARN unicelular (scRNA-seq) de las moléculas que intervienen en el proceso de entrada del virus. De este modo, Koh y sus colegas identificaron la diana exacta del coronavirus a nivel celular comparando los resultados de los sujetos infectados con COVID-19 con los de los controles sanos.

Los investigadores buscaron primero la presencia de las moléculas predominantes relacionadas con la entrada del SARS-CoV-2, como lo son ACE2, TMPRSS2 y FURIN, en las superficies de varios tipos de células del epitelio nasal. Se descubrió que estas proteínas estaban presentes en grandes cantidades en las células ciliadas. Además, las caras apicales (superiores) de estas células mostraban niveles más altos de estas moléculas en comparación con la cara basal (inferior). A continuación, los investigadores estudiaron más a fondo estas células epiteliales nasales utilizando scRNA-seq y visualizaron las células en diferentes grupos utilizando UMAP. Se recogieron muestras de 4 pacientes el primer día de su diagnóstico de COVID-19, que se compararon con 2 muestras de donantes sanos. Se descubrió que la fracción de células multiciliares estaba muy reducida en las muestras de los pacientes infectados, mientras que había un aumento de las células secretoras y de las células diferenciadoras. Esto indicaba que las células multiciliares eran las primeras en ser atacadas y eliminadas por el virus, que luego son sustituidas por los últimos tipos de células.

El estudio también midió el nivel de transcripciones de ARNm del SARS-CoV-2 dentro de los distintos tipos de células. Entre todas las células epiteliales de los pacientes infectados por COVID-19, el 38% de las células fueron etiquetadas como células SARS-CoV-2hi. Hasta el 75% de los genes detectados en estas células eran de origen viral, en comparación con menos del 1% para otros grupos de células. Esto significa que estas células sirven como fábricas principales para la producción masiva de virus SARS-CoV-2. Aunque no fue posible identificar directamente estas células mediante RNA seq debido a que producen principalmente ARNm viral, los investigadores emplearon un análisis de pseudo trayectoria temporal para predecir sus trayectorias de diferenciación.

La trayectoria de diferenciación mostró que las células del SARS-CoV-2hi probablemente se originaron a partir de células ciliadas. Otros análisis de IFS en las muestras de los pacientes infectados determinaron de forma concluyente que hasta el 85% de las fábricas de SARS-CoV-2 eran en realidad células multiciliadas. Este estudio pudo determinar que las células multiciliadas del epitelio nasal son las primeras células a las que se dirige la infección temprana por Covid-19. Esto implica que dirigirse a estas células mediante tratamientos específicos, como por ejemplo a través de sprays nasales, puede ser una estrategia ideal para frenar la infección por COVID-19 en las primeras fases.

Estudio argentino de vacuna nasal

En marzo, científicos argentinos presentaron un nuevo proyecto de vacuna contra el SARS-CoV-2 base de proteínas (RBD), que es una porción de la proteína S del virus y nanopartículas, que genera anticuerpos.

Gracias al notable y destacado trabajo que vienen llevando adelante hace tres años dos equipos de investigación del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP, CONICET-UNLP) y el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP), nació ARGENVAC 221, el potencial y posible nombre con el que se bautizaría al inoculante pensado y desarrollado por la ciencia local, particularmente por un grupo de científicos multidisciplinario de La Plata, integrado por químicos, bioquímicos e inmunólogos entre otros.

El desarrollo, que se encuentra en Fase Preclínica para todo 2021, es llevado adelante por los equipos encabezados por los investigadores del CONICET Guillermo Docena y Omar Azzaroni, del IIFP y el INIFTA respectivamente, y se basa en el uso de fragmentos de la proteína S, que se encuentra en la cubierta del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, y es el arma que este utiliza para invadir e infectar las células blanco, que son las del epitelio nasal y, principalmente, pulmonar, donde en contacto con distintos tipos de receptores se divide y multiplica para invadir otras células.

Lo que el equipo busca es encapsular esas fracciones de la proteína en nanopartículas e inocularlas para generar los anticuerpos necesarios que permitan bloquear la entrada del virus, y provoquen la respuesta de memoria que garantice inmunidad protectora en el tiempo. “En principio, la idea es emplear este método para el desarrollo de una vacuna de tipo sistémica, que podría aplicarse por ejemplo de manera intramuscular como es el caso de las que se han obtenido para COVID-19, pero evaluamos también la posibilidad de hacerlo en una vacuna mucosal, es decir, las que se aplican en mucosas ya sea de manera intranasal o vía oral”, comenta Docena.

Si bien los equipos aunaron esfuerzos para contribuir en la lucha contra el COVID-19, los antecedentes de colaboración entre ambos datan de 2018. Para el caso del coronavirus, sumaron capacidades referidas al desarrollo y optimización de inmunoterapias para enfermedades inflamatorias e infecciosas; sistemas biológicos, patologías y métodos para evaluar la inmunidad generada por las vacunas; y sistemas basados en tecnología de nanopartículas. “Lo que proponemos es encapsular las proteínas virales en nanopartículas construidas mediante ensamblado molecular. Lo que hacemos es diseñar bloques de construcción de manera tal que al ponerlos en una solución se ensamblan espontáneamente formando una nanopartícula”, cuenta Azzaroni, y continúa: “Las características de este tipo de ensamblados hacen que sea posible encapsular diferentes elementos biológicos de manera relativamente controlable, lo que tiene potencial interés en el desarrollo de vacunas”.

En el camino por desarrollar la vacuna, se encuentran estudiando distintos protocolos de administración para implementar durante la etapa de experimentación en animales, y estudiando las respuestas inmunes inducidas.

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En medio de la nueva crisis pandémica que está atravesando el mundo debido a las nuevas variante del coronavirus que generan más contagiosidad y muertes, especialmente la variante Delta, el laboratorio estadounidense Moderna anunció hoy que su vacuna contra COVID-19 “parecía prometedora” contra las variantes del coronavirus.

Según resultados en laboratorio la vacuna con tecnología de ARNm de dos dosis produjo anticuerpos neutralizantes contra delta surgida en la India, así como beta y eta, variantes que se encontraron por primera vez en Sudáfrica y Nigeria, respectivamente, según Moderna. La compañía precisó que los resultados se basaron en el suero sanguíneo de ocho participantes una semana después de que recibieron la segunda dosis de la vacuna. Los datos aún no han sido revisados por pares. Los resultados, aunque prometedores, pueden no reflejar cómo funcionan realmente las vacunas en escenarios del mundo real contra las variantes.

 

Seguimos comprometidos con el estudio de variantes emergentes, la generación de datos y compartirlos a medida que estén disponibles. Estos nuevos datos son alentadores y refuerzan nuestra creencia de que la vacuna Moderna COVID-19 debe seguir protegiendo contra las variantes recién detectadas”, dijo el director ejecutivo de Moderna, Stephane Bancel, en un comunicado de prensa, mientras las acciones de Moderna subían más de un 4% en las operaciones de hoy después de anunciar los resultados del laboratorio.

La actualización de Moderna se produce días después de que los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud instaran a las personas completamente vacunadas a continuar usando máscaras, distancia social y practicando otras medidas de seguridad pandémicas a medida que el delta se propaga rápidamente por todo el mundo. Se espera que Delta, ahora en al menos 92 países, incluido Estados Unidos, se convierta en la variante dominante de la enfermedad en todo el mundo. En los EEUU, la prevalencia de la variante se duplica aproximadamente cada dos semanas.

Los funcionarios de la OMS están pidiendo a las personas completamente vacunadas que continúen “jugando a lo seguro” porque una gran parte del mundo sigue sin vacunarse y las variantes altamente contagiosas, como la delta, se están propagando en muchos países, lo que provoca brotes. Los comentarios fueron contra lo establecido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que han dicho que los estadounidenses completamente vacunados pueden ir sin máscara en la mayoría de los entornos. “Las personas no pueden sentirse seguras solo porque recibieron las dos dosis. Todavía necesitan protegerse”, explicó la doctora Mariangela Simao, subdirectora general de la OMS para el acceso a medicamentos y productos de salud, durante una conferencia de prensa.

Las vacunas autorizadas de Moderna, Pfizer - BioNTech y Johnson & Johnson han demostrado ser muy eficaces en la prevención de Covid, especialmente contra enfermedades graves y la muerte. Algunas variantes, incluida la delta, han demostrado que las vacunas son un poco menos efectivas y los funcionarios de la OMS dijeron que les preocupa que las personas vacunadas puedan convertirse en parte de las cadenas de transmisión.

El Wall Street Journal informó el viernes que aproximadamente la mitad de los adultos infectados en un brote de la variante delta en Israel estaban completamente vacunados con la vacuna Pfizer, lo que llevó al gobierno a imponer un requisito de mascarilla para interiores y otras medidas.

En Estados Unidos, el presidente Joe Biden advirtió que las personas no vacunadas corren un riesgo especial de infectarse con delta. Dijo que las muertes por Covid en todo el país seguirán aumentando debido a la propagación de la variante “peligrosa”, calificándola de “grave preocupación”. “Más de seiscientos mil estadounidenses han muerto, y con esta variante delta sabes que también habrá otros. Sabes que va a suceder. Tenemos que vacunar a los jóvenes”, indicó Biden el jueves en un centro comunitario en Raleigh, Carolina del Norte.

En otro estudio científico dado a conocer ayer, reportó que las vacunas de Pfizer y Moderna desencadenan una reacción inmunológica que puede proteger durante años contra el COVID-19, lo que postergaría la necesidad de recibir dosis de refuerzo. “Es una buena señal de lo duradera que es la inmunidad de esta vacuna”, dijo Ali Ellebedy, inmunólogo de la Universidad de Washington en San Luis que dirigió el estudio, publicado en la revista Nature. En declaraciones a The New York Times, el científico indicó que la investigación solo analizó fórmulas que usan la tecnología de ARN mensajero, pero añadió que espera que la respuesta inmunitaria de estas vacunas sea mayor.

Los investigadores reclutaron a 41 personas (ocho de ellas con antecedentes de COVID) que habían recibido las dos dosis de Pfizer y extrajo a 14 de ellas muestras de los ganglios linfáticos varias veces: a las tres, cuatro, cinco, siete y 15 semanas después de la primera dosis, para analizar la evolución de la respuesta inmunológico y las llamadas “celular de memoria”, que se entrenan para reconocer y combatir el virus.

El equipo descubrió que 15 semanas después de la primera dosis de la vacuna, el centro germinal seguía siendo muy activo en los 14 participantes, y que el número de células de memoria que reconocían el coronavirus no había disminuido. “El hecho de que las reacciones continuaran durante casi cuatro meses después de la vacunación es una señal muy, muy buena”, dijo Ellebedy, teniendo en cuenta que los centros germinales suelen alcanzar su punto máximo una o dos semanas después de la inmunización, y luego disminuyen.

“Por lo general, a las cuatro o seis semanas ya no queda mucho”, comentó al New York Times Deepta Bhattacharya, inmunólogo de la Universidad de Arizona. Pero los centros germinales estimulados por las vacunas de ARNm “siguen funcionando, meses después, y no hay mucha disminución en la mayoría de la gente”.

De esta forma, el estudio sugiere que la gran mayoría de las personas vacunadas con la tecnología ARNm estarán protegidas a largo plazo, al menos contra las variantes existentes del coronavirus, aunque los adultos mayores, las personas con sistemas inmunitarios débiles y las que toman fármacos que suprimen la inmunidad pueden necesitar refuerzos.

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¿Suplementar con zinc reduce la mortalidad en el paciente COVID-19? Esta fue la premisa con la que un equipo de trabajo integrado por profesionales del Hospital del Mar de Barcelona y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) intentó responder en un encuentro virtual organizado entre esa entidad académica y la Universitat Politécnica de Valencia (UPV).

El estudio científico presentado, aún sin revisión de pares, concluye que existe una relación entre la carencia de zinc y la severidad de la COVID-19, dado que en el laboratorio se infectaron células con este virus y cuando menos zinc tenían, más se replicaban. Esto supone que “el virus se encuentra mucho más cómodo cuando hay deficiencia de zinc”, explica el doctor Robert Güerri, coordinador de hospitalización de COVID-19 del Hospital del Mar de Barcelona y director del proyecto junto al investigador Rubén Vicente, del grupo de Biofísica del Sistema Inmunológico de la Pompeu Fabra (UPF).

 

Estos nuevos resultados corregirían una visión pasada que quedó reflejada en un estudio publicado en la revista especializada Journal of the American Medical Association en febrero pasado realizado por un grupo de trabajo de el Instituto Vascular y del Corazón de Cleveland Clinic, Ohio. En él, a pesar de reconocerla reputación de aumentar los poderes de su sistema inmunológico, se informó que los suplementos de vitamina C y zinc no ayudan a los pacientes con Covid-19 a recuperarse de su enfermedad.

 

“Dar uno u otro, o una combinación de ambos, a los pacientes no redujo significativamente la gravedad o la duración de sus síntomas de Covid-19. El zinc es importante para la función inmunológica y la vitamina C es un antioxidante que se ha demostrado que estimula el sistema inmunológico”, indicaron los especialistas en el documento del pasado febrero. Las diferencias entre este material y el informe que acaba de presentarse, además de las aprobaciones y revisiones posteriores que requiere el propuesto en Barcelona, distan en metodología, debido a que el realizado por el equipo científico de Ohio se basó en una cohorte de pacientes, en tanto el realizado por los profesionales médicos de Barcelona se redujo a pruebas de laboratorio. En este camino, entonces, estos primeros resultados preliminares de la investigación de laboratorio indicaría lo contrario a lo publicado de la cohorte de Ohio.

El zinc se obtiene a través de alimentos -explica Güerri- como las ostras, la carne roja, la de ave, las legumbres, los huevos, los frutos secos, las frutas y hortalizas y los lácteos. Una correcta ingesta diaria sería de 11 miligramos para los hombres y ocho para las mujeres”.

Se calcula que entre un 10 y un 30% de la población mundial tiene deficiencia en zinc. Esto es debido a una dieta pobre, poco variada y basada en cereales. Son datos preocupantes si se tiene en cuenta que entre un 4 y 5% de la mortalidad infantil se asocia a deficiencia en zinc, ocasionando principalmente enfermedades respiratorias y gastrointestinales.

En cuanto a su papel antiviral, el zinc modula la respuesta del sistema inmunitario y regula el fenómeno de activación de los linfocitos T y B, que destruyen las células infectadas que generan anticuerpos. ”Una deficiencia en zinc produce una respuesta exagerada del sistema inmune que aumenta la liberación de citoquinas y la inflamación. Y la inflamación reduce los niveles circulantes de zinc, con lo que se inicia un bucle que puede acabar dañando al individuo”, explica el investigador de la UPF.

Paralelamente, la entrada de zinc en las células se postula como un agente antiviral porque puede parar la multiplicación de los virus. Ya hay literatura científica que demuestra que una entrada de zinc masiva es capaz de parar o inhibir el fenómeno de replicación de determinados virus, junto a pruebas en laboratorio que demuestran este hecho en infecciones de coronavirus, rinovirus, herpes y hepatitis.

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Tal como sucedió en 2020, que se registró una aumento de la mortalidad intrahospitalaria histórica esperable, documentado fehacientemente por los registros de la iniciativa ‘Stent-Save a Life’ , un relevamiento mundial del que participa la Argentina, los especialistas vaticinan para 2021 un nuevo incremento, motivado por las demoras en buscar atención médica de la gente a causa de la pandemia.

En efecto, por temor al contagio con el coronavirus SARS-CoV-2, la gente espera a que los síntomas de la enfermedad cardiovascular haya avanzado demasiado antes de acudir a la guardia médica. Esta conducta se ha visto desde el inicio de la pandemia, aunque con un pequeño impasse hacia fines de 2020, período en el que poco a poco se fue ganando confianza y se estaban retomando los valores históricos de consultas y de cantidad de pacientes atendidos.

Sin embargo, la llegada de la segunda ola reinstaló el miedo al contagio y esto hace que en enfermedades como las cardiovasculares las personas lleguen a la atención con cuadros muy avanzados y con difícil pronóstico.

Estamos viendo infartos que hace tiempo que no veíamos. Corresponden a casos en los que la gente claramente convivió con los síntomas muchas horas antes de solicitar asistencia; incluso vemos más casos avanzados de trombosis venosas y trombosis pulmonares. Estas situaciones se veían hace 30 años o más, cuando la conciencia y el conocimiento sobre los signos que preanunciaban un episodio coronario o cardiovascular todavía eran muy poco conocidos por la población general, afirmó José A. Álvarez, médico especialista en cardioangiología intervencionista y miembro del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas(CACI).

En 2020, desde el inicio de la cuarentena -decretada el 20 de marzo- y hasta el 31 de julio de ese año, tomando los registros de los 30 centros que realizan angioplastias coronarias las 24 horas los 7 días de la semana que participan del relevamiento ‘Stent-Save a Life’, ya se había observado un aumento de la mortalidad hospitalaria del 65 por ciento respecto del mismo período de 2019, pasando del 6,4% histórico a un 10,6% pandémico.

Otro trabajo de investigadores argentinos, publicado en la revista Medicina , afirmaba que -de mantenerse entre abril y octubre de 2020 el inferior control de los factores de riesgo cardiovascular propiciados por la cuarentena- podrían producirse hasta 10.500 nuevos casos prevenibles de enfermedad cardiovascular y entre 6 mil y 9 mil muertes evitables.

Los especialistas coincidieron en que, si bien la situación actual no es exactamente igual a la del año pasado, los pacientes siguen llegando tarde a las consultas y el abordaje de cuadros coronarios avanzados y desatendidos atenta contra el éxito de los tratamientos.

Es notoria la merma de pacientes incluso en los consultorios, donde se observa una franca disminución: las restricciones impuestas a la circulación en transporte público, el miedo al contagio, la falsa creencia de que los centros médicos atienden solo urgencias, hacen que mucha gente siga postergando los controles y la realización de estudios preventivos. Todo ello contribuye a demorar los diagnósticos o, directamente, enfrentarnos con el problema ante la ocurrencia de un episodio cardiovascular, afirmó Martín Cisneros, cardioangiólogo intervencionista, Vicepresidente del CACI.

El último informe de Estadísticas Vitales (DEVIS) del Ministerio de Salud de la Nación, correspondiente al año 2018 le asigna a las enfermedades cardiovasculares un total de más de 95.000 decesos anuales (95.826), los que corresponden a fiebre reumática aguda y enfermedades cardíacas reumáticas crónicas (130), enfermedades hipertensivas (7.293), infarto agudo de miocardio (17.755), otras enfermedades isquémicas del corazón (4.315), enfermedad cardiopulmonar y de la circulación pulmonar (1.584), insuficiencia cardíaca (22.973), otras formas de enfermedades del corazón (17.841), enfermedades cerebrovasculares (19.210), enfermedades de las arterias, arteriolas y vasos capilares (2.381), flebitis, embolias y trombosis venosas (298) y resto de enfermedades del sistema circulatorio (2.046) .

Si se toma el total de muertes anuales con causa bien definida de dicho registro (314.952) 3, se observa que el 30,4% corresponde a patologías cardiovasculares, lo que equivale a casi 1 fallecimiento de cada 3.

Estas cifras nos dan una verdadera dimensión de lo que representan las enfermedades cardiovasculares en la salud de la población. No significa que estemos en contra de las medidas de prevención para evitar el contagio por COVID-19, pero grafica el nivel de gravedad de desatender o minimizar este conjunto de afecciones y la importancia de evitar la mortalidad y también las secuelas, porque muchas veces los pacientes no fallecen, pero quedan con discapacidades que afectarán su calidad de vida para siempre, como por ejemplo insuficiencia cardíaca o arritmias, aportó por su parte Diego Grinfeld, Presidente del CACI.

Según estadísticas surgidas de un análisis comparativo de las investigaciones clínicas REGIBAR Y PRISMA, 9 de cada 10 fallecimientos por infarto se dan en personas que no recibieron atención hospitalaria , lo que muestra que el infarto no siempre es una condición irreversible e intratable; al contrario, atendido en tiempo y forma, con la realización temprana de procedimientos de desobstrucción coronaria, como la angioplastia, en un alto porcentaje de casos se logra una recuperación exitosa y el paciente puede retomar sus actividades y llevar una vida prácticamente normal. Eso sí, deberá modificar algunos hábitos por otros más saludables y adherir a los tratamientos que su médico le indique, concluyó el Cisneros.

El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) es la única sociedad argentina en esta especialidad. Fue creado en 1985 con la finalidad de nuclear a todos los especialistas en diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares por cateterismo. Hoy cuenta con más de 600 miembros asociados. CACI desarrolla una amplia actividad científica en el país. Desde el año 1990 realiza un congreso anual de Cardioangiología Intervencionista en distintas ciudades del interior, con una importancia cada vez mayor y una creciente concurrencia.

Participa, anualmente y en forma permanente, de los congresos internacionales más importantes de la especialidad en América Latina, Estados Unidos, Europa y Asia. Coordina el Programa Educativo Integral (P.E.I.), junto con los consejos de hemodinamia y cardiología intervencionista de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).

CACI cuenta con la primera y más antigua carrera de Especialista en Cardioangiología Intervencionista del mundo, de tres años de duración, llevada a cabo conjuntamente con la Universidad de Buenos Aires. Ya ha formado a más de 500 cardioangiólogos intervencionistas de Argentina y del mundo.

CACI participa, junto a distintas organizaciones de Salud, en el desarrollo de nuevas regulaciones y guías de trabajos, así como en la aceptación de la tecnología de reciente lanzamiento; y es el encargado de supervisar a los médicos y a los centros asistenciales que practican la especialidad en la Argentina.

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La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó a fines de abril la comercialización del primer lote del medicamento antiviral Remdesivir para enfrentar al COVID-19, que actúa para detener la replicación del virus que causa la enfermedad. Debe administrarse de forma intravenosa únicamente en un entorno hospitalario.

La aprobación otorgada se basa en la evidencia aportada sobre tres ensayos controlados aleatorizados, incluido el ensayo de Fase 3 ACTT-1, estudio doble ciego y controlado con placebo realizado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) cuyos resultados finales fueron publicados recientemente. Los datos de los estudios clínicos demuestran que el Remdesivir puede reducir en cinco días el tiempo de recuperación de los pacientes hospitalizados en comparación con el placebo, liberando potencialmente tiempo y recursos hospitalarios tan necesarios durante la actual pandemia. También demostraron que el antiviral tiene un mayor beneficio cuando es utilizado en pacientes moderadamente enfermos en etapas tempranas de la progresión de la enfermedad, antes de la necesidad de la ventilación mecánica.

Teniendo en cuenta que el mecanismo de acción de Remdesivir no se ha visto afectado por las mutaciones que ha sufrido el virus y, basado en los análisis iniciales y en la información disponible hasta el momento, el antiviral mencionado mantendría su seguridad y eficacia frente a las nuevas variantes del SARS-COVID 2.

Con el medicamento antiviral ya disponible en el país, la intención es trabajar para facilitar el acceso y proporcionar la información adecuada y actualizada, que las autoridades sanitarias nacionales, provinciales, locales e instituciones públicas y privadas consideren necesarias, para de esa manera ayudar a aliviar la situación sanitaria que se está viviendo en el país. En este sentido, la provincia de Córdoba fue la primera en realizar exitosamente un proceso de compra para su territorio, seguido luego por otras provincias que también adquirieron el antiviral, mientras a su vez hay negociaciones vigentes con otros distritos. Mientras tanto, durante mayo se realizó una distribución a distintas instituciones de 10 provincias del país.

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