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FADEPOF presentó los resultados preliminares de Argentina que surgen de la primera encuesta a nivel mundial sobre cómo el COVID-19 está afectando a las personas que viven con una enfermedad poco frecuente respecto del acceso a la atención. El relevamiento, denominado 'Barómetro Raro' (o Rare Barometer Voices) es una iniciativa de EURORDIS-Rare Diseases Europe en la que han participado pacientes de todo el mundo, entre los que se encuentra Argentina con el aporte de 91 personas.

Entre los principales resultados de la encuesta, se destaca que desde el comienzo de la pandemia, 7 de cada 10 argentinos con EPOF experimentaron interrupciones en la atención que reciben por su enfermedad y la mayoría (67%) considera que estas interrupciones son o podrían ser negativas para su bienestar y que podrían serlo para su salud (47%). En concreto, se vieron alteradas sus terapias, citas médicas, intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnósticas y tratamientos.

Más del 60% de las terapias de rehabilitación han sido totalmente canceladas y un 31% se han retrasado. Además, las citas con el médico de cabecera o con el especialista que atiende su EPOF han sido canceladas en el 41% de los casos y en otro 40% han sido pospuestas o retrasadas. Sólo en el 19% se han concretado con normalidad.

Ésta es una realidad que tiene su origen, entre otras causas, en que "los sistemas de salud en nuestro país no están suficientemente dotados y capacitados para enfrentar una pandemia como la actual, más aún con el desafío de llevar los estándares de calidad en la atención a una 'salud digital' como la telemedicina. Incluso, la escasez de registros con datos robustos que permitan alcanzar estrategias para identificar entre la población quiénes son las personas que deben tener atención de modo prioritario por su condición de salud", explicó Luciana Escati Peñaloza, Directora Ejecutiva de FADEPOF.

Todo ello repercute "de forma directa en quienes convivimos con enfermedades poco frecuentes, pacientes de alto riesgo que pertenecemos a un grupo muy vulnerable, ya que la peligrosidad del virus aumenta con la preexistencia de este tipo de patologías crónicas y complejas, muchos inmunodeprimidos por el tratamiento de su enfermedad de base", agregó.

La situación también se ha hecho notar en lo relativo a la medicación, dado que el 39% de los pacientes tuvo que realizar modificaciones en su medicación, ya fuesen temporales o definitivas. Esta cifra es un 13% por debajo de las cifras del conjunto de países LATAM.

Del 42% de las personas con EPOF que han afirmado recibir tratamiento en un hospital, la mayoría ha visto alterado en cierta medida su tratamiento debido a circunstancias derivadas de la pandemia. Casi un 40% no acudió al hospital por temor al contagio y hasta un 64,2% no lo hizo para evitar el contagio de las personas que están a su cargo. A más de dos terceras partes (67,5%) le dijeron que no acuda a su centro hospitalario, mientras que un 22,5% de los encuestados tuvo que enfrentar el cierre de su unidad u hospital.

 

La pandemia de COVID-19 ha exacerbado los muchos desafíos que enfrentan las personas que viven con una enfermedad poco frecuente, creando riesgos adicionales en su vida diaria, con consecuencias colaterales.

 

 

 

Roberta Anido, Presidente de FADEPOF, se unió a las palabras que desde EURORDIS se plantean como desafíos globales y nacionales: "el COVID-19 ha potenciado las inmensas dificultades que ya tienen las personas con EPOF para acceder a la atención socio-sanitaria, encontrar un eespecialista y acceder a los tratamientos apropiados. La pandemia se ha transformado en una nueva barrera que empeora esta situación ya difícil. Por eso, hacemos un llamado a los responsables políticos y a los funcionarios públicos para que recuerden cuán vulnerable es nuestra comunidad y hacer más y mejores esfuerzos para proteger a las personas que viven con una enfermedad poco frecuente en Argentina".

Desde FADEPOF plantean incesantemente un acercamiento con las áreas de Gobierno responsables de hacer efectiva la protección de estas personas, contemplando su vulnerabilidad y necesidades mediante un plan de atención preferencial y diferencial que debiera ser impartido desde el Programa Nacional de Enfermedades Poco Frecuentes dependiente de la Subsecretaría de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, en articulación con las 23 jurisdicciones provinciales y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Siendo lo prioritario que se establezcan protocolos y medidas especiales que aseguren, entre otros, el acceso y continuidad en el tratamiento, los cuidados en el hogar y asistencia médica.

Lograrlo "depende de que las autoridades respeten y mantengan los presupuestos ya asignados a las enfermedades poco frecuentes y de que se respeten los estándares de calidad de la atención socio-sanitaria", resumió la Presidente de FADEPOF, que remarcó que la institución ha solicitado a la Subsecretaría de Medicamentos e Información Estratégica Nacional que la sociedad civil conformada por organizaciones de pacientes integre el Consejo Asesor para la Política Nacional de Medicamentos (ConMed), el cual está presidido por el Mtro. Ginés González García.

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Miércoles, 24 Junio 2020 17:35

El COVID-19 podría desencadenar diabetes

Artículo publicado en NATURE: Estudios de tejidos y personas con COVID-19 muestra que el virus daña las células productoras de insulina.

A mediados de abril, Finn Gnadt, un estudiante de 18 años de Kiel, Alemania, se enteró de que había sido infectado con el coronavirus SARS-CoV-2 a pesar de sentirse bien. Los padres de Gnadt se habían enfermado después de un crucero por el río en Austria, por lo que a su familia se le hicieron pruebas de anticuerpos del virus, que se producen en respuesta a la infección.

Gnadt pensó que había pasado la infección ileso, pero días después, comenzó a sentirse agotado y extremadamente sediento. A principios de mayo, le diagnosticaron diabetes tipo 1 y su médico, Tim Hollstein, del Hospital Universitario Schleswig-Holstein de Kiel, sugirió que la aparición repentina podría estar relacionada con la infección viral.

En la mayoría de las personas con diabetes tipo 1, las células inmunes del cuerpo comienzan a destruir las células β, que son responsables de producir la hormona insulina, en el páncreas, a menudo de forma repentina. En el caso de Gnadt, Hollstein sospechó que el virus había destruido sus células β, porque su sangre no contenía los tipos de células inmunes que típicamente dañan los islotes pancreáticos donde viven las células β.

Paul Zimmet, quien estudia la enfermedad metabólica en la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, se encuentra entre un número creciente de investigadores que piensan que la diabetes no solo hace que las personas sean más vulnerables al coronavirus, sino que el virus también podría desencadenar la diabetes en algunos(3).

 

“La diabetes en sí misma es una pandemia al igual que la pandemia de COVID-19. Las dos pandemias podrían estar chocando”

 

Creciente evidencia

Su presentimiento se basa en un grupo de personas como Gnadt, que han desarrollado diabetes(4) espontáneamente después de haber sido infectadas con SARS-CoV-2, y en la evidencia de decenas de personas con COVID-19 que han llegado al hospital con niveles extremadamente altos en sangre de azúcar y cetonas(5), que se producen a partir de depósitos grasos en el hígado. Cuando el organismo no produce suficiente insulina para descomponer el azúcar, usa cetonas como fuente alternativa de combustible. “En ciencia, a veces hay que comenzar con muy poca evidencia para perseguir una hipótesis”, dice Zimmet.

Los investigadores también citan otras pruebas. Varios virus, incluido el que causa el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), se han relacionado con afecciones autoinmunes como la diabetes tipo 1 (6). Y muchos órganos involucrados en el control del azúcar en la sangre son ricos en una proteína llamada ACE2, que el SARS-CoV-2 usa para infectar las células(7).

 

La última pista proviene de un estudio experimental en páncreas en miniatura creado en laboratorio, que fue publicado la semana pasada (8). Sugiere que el virus podría desencadenar la diabetes al dañar las células que controlan el azúcar en la sangre.

Pero otros investigadores son cautelosos acerca de tales sugerencias. “Necesitamos vigilar las tasas de diabetes en aquellos con COVID-19 previo y determinar si las tasas suben por encima de los niveles esperados”, dice Naveed Sattar, investigador de enfermedades metabólicas de la Universidad de Glasgow, Reino Unido.

Para establecer un vínculo, los investigadores necesitan evidencia más sólida, dice Abd Tahrani, clínico-científico de la Universidad de Birmingham, Reino Unido. “Se necesitan estudios de cohorte epidemiológicos bien construidos y estudios mecanicistas y experimentales”, dice.

 

Base de datos de diabetes

Una iniciativa ya está en marcha. A principios de este mes, un grupo internacional de científicos, incluido Zimmet, estableció una base de datos global (3) para recopilar información sobre personas con COVID-19 y niveles altos de azúcar en la sangre que no tienen antecedentes de diabetes o problemas para controlar su azúcar en la sangre.

Los casos comienzan a aparecer, dice Stefan Bornstein, médico de la Universidad Técnica de Dresden, Alemania, que también ayudó a establecer el registro. Los investigadores esperan utilizar los casos para comprender si el SARS-CoV-2 puede inducir diabetes tipo 1 o una nueva forma de la enfermedad. Y quieren investigar si la diabetes de aparición repentina se vuelve permanente en las personas que han tenido COVID-19. También quieren saber si el virus puede llevar a las personas que ya estaban en camino a desarrollar diabetes tipo 2 a un estado diabético.

El estudio en organoides pancreáticos muestra cómo el SARS-CoV-2 podría dañar el órgano (8). Shuibing Chen, bióloga de células madre de Weill Cornell Medicine en la ciudad de Nueva York, y sus colegas demostraron que el virus puede infectar las células α y β del organoide, algunas de las cuales mueren. Mientras que las células β producen insulina para disminuir los niveles de azúcar en sangre, las células α producen la hormona glucagón, que aumenta el azúcar en sangre. El virus también puede inducir la producción de proteínas conocidas como quimiocinas y citocinas, que pueden desencadenar una respuesta inmune que también podría matar las células, según el estudio8 publicado en Cell Stem Cell el 19 de junio.

 Chen dice que los experimentos sugieren que el virus puede alterar la función de las células clave involucradas en la diabetes, ya sea al matarlos directamente o al activar una respuesta inmune que los ataca.

El virus también atacó a los organoides pancreáticos que habían sido trasplantados en ratones y a las células en los organoides del hígado. El hígado es importante para almacenar y liberar azúcar en el torrente sanguíneo cuando detecta insulina.

El estudio organoide(8) agrega fuerza al argumento de que el SARS-CoV-2 podría causar o empeorar la diabetes, pero el documento en sí no es suficiente para probar el vínculo, dice Tahrani.

Podría haber más cosas de las que sugieren algunos científicos, dice Shane Gray, inmunóloga del Instituto Garvan de Investigación Médica en Sydney, Australia. El virus podría desencadenar un estado inflamatorio extremo, lo que perjudicaría la capacidad del páncreas para detectar glucosa y liberar insulina, y amortiguaría la capacidad del hígado y los músculos para detectar la hormona, dice. Esto podría desencadenar diabetes.

La fatiga y la pérdida muscular causadas por una infección grave también pueden empujar a las personas en riesgo de la afección a un estado pre-diabético, dice Sattar. Solo estudios a largo plazo revelarán lo que realmente está sucediendo, dice.

doi: 10.1038/d41586-020-01891-8

 

Fuente y Referencias: https://www.nature.com/articles/d41586-020-01891-8?utm_source=twt_nnc&utm_medium=social&utm_campaign=naturenews / COFA

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La hipertensión es un factor de riesgo de contraer las formas más severas de la enfermedad COVID-19, por infección del virus SARS-CoV-2. Durante las primeras etapas de la pandemia actual, declarada por la Organización mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo, hubieron dudas en la comunidad médica acerca del uso de las drogas antihipertensivas en estos pacientes.

En un estudio publicado por Silvia Sookoian y Carlos Pirola, ambos investigadores del CONICET en el Instituto de Investigaciones Médicas (IDIM, CONICET-UBA), presentaron los resultados de un metaanálisis que incluyó los datos de 16 estudios clínicos que sumaron, en total, la evolución de 24,676 pacientes con COVID-19 que eran hipertensos.

 

La conclusión fue que el uso estas drogas podría tener un efecto incluso protector sobre estos pacientes ante la infección por el nuevo coronavirus.

 

“Había surgido un debate muy fuerte por una sospecha de que los pacientes que tenían COVID-19 y eran hipertensos y, por ende, estuvieran usando este tipo de drogas, podrían sufrir un agravamiento del curso de la infección. Ese debate clínico alrededor del mundo llevó a que la comunidad médica se preocupe y hubieron pacientes con temor a seguir usándolas”, explica Sookoian.

Las drogas que evaluaron son las de uso más extendido como tratamiento para trastornos hipertensivos que afectan el sistema renina-angiotensina-aldosterona: los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los bloqueadores del receptor tipo 1 de angiotensina II (BRA).

El debate, cuenta la investigadora, había surgido por el efecto que tienen los BRA sobre la proteína ACE2 -un receptor-, que es considerada funcional a la infección por coronavirus y que aumentaría sus niveles -al menos en modelos experimentales en roedores- cuando se dan estos inhibidores, lo que dió lugar a las inquietudes sobre su uso.

La hipertensión es una enfermedad muy extendida en el mundo, -según datos de la OMS afecta a mil millones de personas y es causa de muerte de 9 millones por año-, por lo que el manejo de este tipo de pacientes en esta situación de emergencia se hace particularmente importante. Según los datos recabados por los investigadores, “entre el 30 y 60 por ciento de los pacientes con COVID-19 que ingresaron a diferentes hospitales en el mundo presentaron hipertensión arterial como comorbilidad”.

Si bien el debate en la comunidad médica y en los pacientes se fue cerrando a medida que se reportaban grupos de casos en Europa, China y los Estados Unidos, y en base a estas conclusiones, hubo en las sociedades de cardiología del mundo la necesidad de dejar claro que los pacientes con hipertensión y COVID, no debían suspender la medicación antihipertensiva.

“La conclusión es que no sólo que estas drogas no son perjudiciales, por tanto el debate clínico está saldado, si no por el contrario, los pacientes que estaban tomando los antihipertensivos por su condición previa de salud cardiovascular, mostraron una reducción de 23 por ciento del riesgo de adquirir formas graves”, concluye Sookoian.

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Lunes, 22 Junio 2020 17:05

La bronquiolitis en tiempos de COVID-19

Este año, el surgimiento de un nuevo virus y la pandemia de COVID- 19 que nos compromete a todos, ha sido y sigue siendo motivo de gran preocupación. Sin embargo, no debemos olvidar ni desatender otros virus y enfermedades que en esta época comienzan a circular. Es necesario estar informados y, particularmente, entender el comportamiento de dichos virus en este contexto. "Dado que las medidas de prevención para la diseminación de COVID-19 son básicamente las mismas que para el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) y han sido muy estrictas, abarcando a toda la población, aún no ha comenzado el aumento de casos de enfermedades respiratorias agudas bajas en bebés y niños, como sería esperable a esta altura del año. Normalmente, el periodo de mayor circulación del VSR es de abril a septiembre. No sabemos si este año su aparición será más tardía o no ocurrirá en forma severa. Sin embargo, lo que no podemos es estar desprevenidos, debemos actuar y estar preparados como todos los años", explicó el Dr. Claudio Solana, Jefe de División Neonatología del Hospital "R. Sardá" (MN 57636).

El VSR es uno de los principales causantes de la bronquiolitis, es decir, la infección en el tracto respiratorio inferior en lactantes y niños pequeños. Es una enfermedad de fácil contagio y se transmite de persona a persona por el contacto directo con secreciones nasales. "Como no existe una vacuna para los virus que causan habitualmente cuadros respiratorios, excepto para el de la gripe, y la circulación del VSR es muy intensa, la mayoría de los menores de dos años habrán enfermado de bronquiolitis antes de cumplir esa edad", aseguró el Dr. Solana. Por esta razón, se llama a estar atentos a los principales grupos de riesgo, dado que tienen entre 4 y 5 veces más probabilidades de necesitar hospitalización por esta afección respiratoria. Estos son los niños nacidos prematuros de alto riego, con afecciones pulmonares y los niños con cardiopatías congénitas.

En este marco, la Asociación Civil Red de Familias Prematuras, impulsa por segundo año consecutivo, la campaña de prevención #AlertaBronquiolitis (www.alertabronquiolitis.com),  con el objetivo de brindar información accesible y completa para padres y cuidadores, respecto de las medidas de prevención del VSR, los principales factores riesgo, signos y síntomas a los que debemos estar atentos para consultar con el pediatra y los principales cuidados en el hogar.  "Somos familias que transitamos el nacimiento de niños nacidos prematuros. Desde nuestras propias vivencias y asesorados por profesionales de la salud, orientamos nuestras acciones a contener, apoyar y guiar a familias que atraviesan la experiencia de un nacimiento prematuro y a sensibilizar a la sociedad sobre esta temática", expresó el presidente de la Red, Ing. Marcos Bentos papá de dos niños nacidos prematuros.

Aunque no existe una vacuna para el VSR, el Dr. Solana afirmó: "una de las medidas que no debemos olvidar y reforzar más aún ante esta situación es la inmunización pasiva, para los grupos de riesgo, mediante la administración de anticuerpos específicos para el VSR (denominados científicamente anticuerpos monoclonales), durante la época estacional de circulación del virus".

En nuestro país,  el Ministerio de salud de la Nación suministra la inmunización pasiva a toda la población del sector de asistencia pública que lo requiera, según criterios preestablecidos. "A su vez, la Sociedad Argentina de Pediatría actualiza periódicamente dichos criterios de uso para que los pacientes del sector privado puedan acceder al mismo beneficio", agregó el especialista.

 

Sobre la bronquiolitis

Es necesario prestar atención a los principales síntomas de la enfermedad  y tener en cuenta que cuánto más pequeño es el niño, más importantes pueden ser los síntomas:

  •        Mucosidad nasal
  •        Tos, catarro
  •        Respiración más rápida (taquipnea) y aumento de tos
  •        Respiración ruidosa con silbidos (sibilancias)
  •        El niño se agita fácilmente
  •        Hundimiento de las costillas al respirar
  •        Dificultad para alimentarse o para conciliar el sueño
  •        Piel azulada o muy pálida
  •        Fiebre con temperatura mayor a 38°C

 

Las recomendaciones generales para reducir la exposición al virus son:

  •        Lavarse las manos con agua y jabón
  •        Usar alcohol en gel
  •        Mantener al niño alejado de personas que estén enfermas, con resfrío, fiebre y el contacto con objetos contaminados (juguetes, por ejemplo)
  •        No llevar a los chicos a lugares cerrados con mucha gente
  •        Ventilar los ambientes
  •        No enviar al niño a la guardería en los primeros meses de vida, de ser posible. En el caso que concurra no deberá asistir mientras dure la enfermedad
  •        Evitar el humo, en especial del tabaco que aumenta la posibilidad de enfermar
  •        Mantener la lactancia materna en forma prolongada
  •        Tener el calendario de vacunación completo
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió el 16 de junio un comunicado en el que expresa que “recibe con satisfacción los resultados de los ensayos clínicos iniciales del Reino Unido que muestran que la dexametasona, un corticosteroide, puede salvar la vida de los pacientes que están gravemente enfermos con COVID-19. Para los pacientes con respirador se demostró que el tratamiento reduce la mortalidad en aproximadamente un tercio, y para los pacientes que requieren solo oxígeno, la mortalidad se redujo en aproximadamente un quinto, según los resultados preliminares compartidos con la OMS.

El beneficio solo se observó en pacientes gravemente enfermos con COVID-19, y no se observó en pacientes con enfermedad más leve.

“Este es el primer tratamiento que se ha demostrado que reduce la mortalidad en pacientes con COVID-19 que requieren oxígeno o asistencia respiratoria”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “Esta es una gran noticia y felicito al Gobierno del Reino Unido, la Universidad de Oxford y los numerosos hospitales y pacientes en el Reino Unido que han contribuido a este avance científico que salva vidas”.

La dexametasona es un esteroide que se ha utilizado desde la década de 1960 para reducir la inflamación en una variedad de afecciones, incluidos los trastornos inflamatorios y ciertos tipos de cáncer. Se ha incluido en la Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS desde 1977 en múltiples formulaciones, y actualmente está fuera de patente y está disponible de forma asequible en la mayoría de los países.

Los investigadores compartieron ideas iniciales sobre los resultados del ensayo con la OMS, y esperamos el análisis completo de los datos en los próximos días. La OMS coordinará un meta análisis para aumentar nuestra comprensión general de esta intervención. La guía clínica de la OMS se actualizará para reflejar cómo y cuándo se debe usar el medicamento en COVID-19.

Estas noticias del ensayo se basan en la reunión del Plan de Investigación y Desarrollo de la OMS, que tuvo lugar en Ginebra a mediados de febrero para acelerar las tecnologías de salud para COVID-19, donde se destacó la investigación adicional sobre el uso de esteroides como una prioridad. Los hallazgos refuerzan la importancia de los grandes ensayos de control aleatorio que producen evidencia procesable. La OMS continuará trabajando junto con todos sus socios para desarrollar aún más terapias y vacunas que salvan vidas para abordar el COVID-19.

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Investigadores argentinos crearon un test rápido que permite detectar coronavirus ​incluso en personas asintomáticas. El sistema recibió la aprobación de la ANMAT y se estima que se podrán producir unas 100.000 unidades por mes para fortalecer las acciones contra la pandemia.

El test lo elaboraron científicos de las universidades de San Martín y de Quilmes en colaboración con las Pymes tecnológicas CHEMTEST y Productos Bio-lógicos SA (PB-L).

Y según destacaron, “es más rápido y tiene mejor sensibilidad que el test RT-PCR”, que se utiliza actualmente para identificar casos de Covid-19.

El test fue diseñado para detectar moléculas del virus SARS-Cov-2, por lo que permite diagnosticar a personas que están cursando la infección, tengan síntomas o no, con la máxima performance diagnóstica.

En este sentido, uno de los investigadores de la UNQ, Daniel Ghiringhelli señaló que “la sensibilidad de nuestro método es impresionante y podría complementar el trabajo que ya se está haciendo con otros tests, en la medida en que abriría la puerta al testeo de una mayor cantidad de casos”.

“El objetivo era garantizar la soberanía sanitaria sobre los diagnósticos de COVID-19. Para eso teníamos que desarrollar un kit con los mejores estándares de calidad y producir localmente todos los insumos necesarios”, contó Diego Comerci, investigador del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM y coordinador del desarrollo.

Y agregó que “como el test que desarrollamos da el resultado casi cuatro veces más rápido que los test RT-PCR y permite descentralizar aún más los testeos, ofrece la posibilidad de incrementar la cantidad de diagnósticos por día y quizás contribuir al levantamiento gradual del aislamiento obligatorio. También significa un ahorro de dólares y un ejemplo de lo que podemos hacer los argentinos y las argentinas con un Estado presente y coordinado”.

El desarrollo contó con financiamiento específico de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de Presidencia de la Nación, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y de la Agencia I+D+i.

“Empezamos con la parte técnica el 15 de marzo. Llevamos dos meses trabajando 12 horas por día promedio, fines de semana incluido. Estamos cansados, pero contentos porque esperamos que esto nos ayude a todos y todas”, contó Marcos Bilen, investigador de la UNQ y socio fundador de la pyme tecnológica PB-L.

Cómo funciona

El test tiene tres pasos: 1) hisopado y extracción del ARN del virus; 2) amplificación del ARN viral; 3) diagnóstico con tira reactiva.

Paso 1. Se toma una muestra de células de la nariz y la faringe de la persona a diagnosticar con un hisopo. Se procesa la muestra en un tubo con soluciones y resinas para que si hay células infectadas con SARS-CoV-2, liberen el ARN viral.

Paso 2. Al tubo con la solución del paso anterior se le incorpora un complejo enzimático y se lo incuba a 60° durante 45 minutos. Esta tecnología se llama ELA y su función es amplificar exponencialmente el ARN del virus, para que pueda ser detectado en el siguiente paso.

Paso 3. Se incorpora una tira reactiva a la solución ya amplificada. Si después de 10 minutos muestra dos bandas coloreadas, significa que la persona tiene el virus SARS-CoV-2. Si muestra una sola banda coloreada, significa que no lo tiene.

Aclaración: El test ELA-CHEMSTRIP diagnostica a personas que están cursando la enfermedad, ya sea que presenten síntomas o no. Si el test da negativo significa que la persona o bien no estuvo expuesta al virus, o bien que ya se recuperó.

Para saber si una persona que no presenta síntomas se recuperó del virus SARS-CoV-2 hay que utilizar otro tipo de test, denominado serológico, que miden la presencia de anticuerpos en sangre. ELA-CHEMSTRIP, en cambio, mide la presencia del virus en células de la nariz y la faringe.

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Lunes, 08 Junio 2020 13:36

AstraZeneca elabora vacuna experimental

AstraZeneca ya elabora la vacuna experimental AZD1222 en fábricas de la India, Oxford, Suiza y Noruega. Y, según anunció la empresa con sede en Cambridge, espera haber distribuido cientos de millones de dosis de la vacuna este año y al menos 2.000 millones a mediados de 2021.

La compañía reveló, además, que ya ha firmado acuerdos para producir 400 millones de dosis para los EEUU y 100 millones para el Reino Unido. Gran Bretaña se comprometió a pagar por las dosis “lo antes posible”, y desde el Gobierno de Boris Johnson esperan que un tercio de las vacunas estén listas en cuatro meses.

Tras una fase inicial de pruebas en 160 voluntarios sanos de entre 18 y 55 años, el estudio del AZD1222 de la Universidad de Oxford pasó a las fases dos y tres, lo que supone aumentar las pruebas hasta 10.260 personas y ampliar el rango de edad de los voluntarios para incluir a los niños y los ancianos.

Según detalló The Daily Mail, Pascal Soriot, director ejecutivo de AstraZeneca, explicó que han empezando a fabricar la vacuna ahora mismo para tenerla lista para cuando haya resultados. “Por supuesto, con esta decisión viene un riesgo, pero es un riesgo financiero”, agregó.

Soriot aseguró que AstraZeneca no obtendrá ningún beneficio del suministro de la vacuna: “Sentimos que hay momentos en la vida en que las corporaciones necesitan dar un paso adelante y contribuir a resolver un gran problema como éste, así que decidimos hacerlo sin ánimo de lucro”. Sin embargo, explicó, esto sólo durará hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) baje oficialmente la crisis del nivel de “pandemia global”.

La posible vacuna contra la COVID-19 en la que trabajan científicos de la Universidad inglesa de Oxford será probada en Brasil por el nivel de infección en ese país y a fin de determinar su eficacia.

Expertos del Instituto Jenner de esa universidad empezaron a desarrollar la vacuna el pasado mes de enero en chimpancés, y actualmente están trabajando en las fases clínicas. Ante la disminución de los casos de coronavirus en el Reino Unido, los científicos necesitan un lugar con más alta infección del virus para demostrar si es o no efectiva. Soriot reveló que el mayor problema ahora es que “la enfermedad está bajando”, por lo que “están buscando el mal en muchas partes del mundo”.

Brasil, en efecto, apoyará la iniciativa con 2.000 voluntarios que no entraron en contacto con la enfermedad, tanto en Río como en San Pablo, las dos ciudades más afectadas por la pandemia en el país sudamericano. Así, será parte del plan global de desarrollo de vacunas y será el primer país en llevar a cabo las pruebas de Oxford después del Reino Unido.

El procedimiento fue aprobado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y, en San Pablo, los estudios serán dirigidos por el Centro de Referencia para Inmunobiológicos Especiales (Crie) de la Universidad Federal del estado (Unifesp). La vacuna producida por la universidad británica fue incluida en un estudio realizado por el banco de inversión Morgan Stanley, que mapeó 110 búsquedas de una fórmula inmunizante, y se considera que es una de las seis candidatas más prometedoras para curar la enfermedad que afecta al planeta.

La idea es que el estudio aleatorizado evalue la seguridad y la eficacia del inmunizador. La agencia, por su parte, señaló que los ensayos clínicos en humanos realizados bajo el sello británico demostraron ser seguros. La infraestructura médica y los equipos serán financiados por la Fundación Lemann, y los primeros mil voluntarios, de San Pablo, serán reclutados por Unifesp; mientras que las otras 1.000 personas serán parte de la prueba en Río de Janeiro.

Según los últimos datos oficiales del Ministerio de Salud, el Reino Unido comunicó el jueves 176 nuevas muertes por COVID-19, hasta un total de 39.904 desde que comenzó la pandemia.

Ayer, países, empresas y entidades de todo el mundo se comprometieron a aportar 8.800 millones de dólares en cinco años a la Alianza Mundial para la Inmunización y la Vacunación (GAVI), para impulsar la vacunación infantil en países en desarrollo y la lucha contra la COVID-19.

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Viernes, 05 Junio 2020 17:49

Importante donación de Colgate

Bajo el lema “Manos Limpias, Salvan Vidas”, Colgate anunció la donación de 25 millones de barras de jabón a nivel global, con el fin de apoyar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la lucha contra la propagación de COVID-19. Esta contribución será distribuida en todo el mundo, inclusive en la Argentina, en las comunidades más vulnerables.

Según la OMS, un lavado de manos adecuado es fundamental para ralentizar la propagación de la enfermedad. Pero la combinación de falta de acceso a productos esenciales de higiene, como el jabón, y el desconocimiento de cómo lavarse las manos para matar el virus, podría significar un obstáculo.

Para ayudar a superarlo, Colgate puso a disposición cinco de sus plantas de producción ubicadas en tres continentes para producir este nuevo jabón que será especialmente empaquetado con instrucciones sobre el lavado de manos. De esta manera la empresa ayudará a amplificar el mensaje de la OMS en su campaña educativa global #SafeHandsChallenge, en la cual invita a la gente a compartir videos lavándose las manos correctamente.

Parte de la iniciativa global de Colgate llegará a Argentina y, por intermedio de la sede local de UNICEF, se donarán más de 300 mil barras de jabón. Esta donación se suma a otras más llevadas a cabo por la compañía en el país, a organizaciones tales como Cruz Roja Argentina, Caritas, Fundación Alegría, Fundación Sí, Municipalidad de Rosario, Asociación Hermanas Benedictinas y GYCA (Hospital Thompson, Hogar Milagros). Las mismas fueron beneficiadas desde el inicio de la pandemia con productos esenciales de higiene personal como jabones, crema dental, cepillo de dientes y enjuagues.

El mundo está atravesando un momento único en la historia moderna y tanto marcas como empresas tienen una gran responsabilidad con las comunidades en las que operan. Desde el inicio de esta pandemia, Colgate reasignó gran parte de su fuerza productiva, a la elaboración de elementos de higiene esencial con el fin de evitar la propagación del virus en el país y en el mundo.

La iniciativa “Manos Limpias” también incluye el compromiso de donación de USD 20 millones en salud e higiene a ONGs de todo el mundo que no cuentan con los recursos necesarios para la distribución en sus comunidades locales.

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Lo asegura una investigación publicada hoy en el « European Heart Journal» que añade que los pacientes que no tomaban medicamentos para controlar la afección tenían un riesgo todavía mayor.

Este dato indica que los pacientes no deben dejar de tomar su medicación tal y como habían sugerido algunos trabajos al asociar en la terapia antihipertensiva con un mayor riesgo. «En contraste con nuestra hipótesis inicial, encontramos que los fármacos antihipertensivos inhibidores de RAAS no estaban relacionados con un mayor riesgo de morir por covid-19 y, de hecho, pueden ser protectores», concluye el trabajo. Por lo tanto, los autores sugieren que los pacientes no deben interrumpir o cambiar su tratamiento antihipertensivo habitual a menos que lo indique un médico.

 
El equipo de investigadores de China e Irlanda analizó los datos de 2.866 pacientes con covid-19 del hospital Huo Shen Shan, en Wuhan (China), entre el 5 de febrero y el 15 de marzo de 2020. El 29,5% (850) tenía antecedentes de hipertensión arterial.

 

La revisión de la información mostró que 34 de 850 pacientes hipertensos (4%) con coronavirus falleció en comparación con 22 de 2.027 pacientes sin hipertensión (1,1%); es decir, un riesgo 2,12 veces mayor después del ajuste por factores que podrían afectar los resultados, como la edad, el sexo y otras afecciones médicas, señalan los autores, Fei Li y Ling Tao, del Hospital Xijing.

 

Y, de entre los pacientes con hipertensión que no estaban tomando medicamentos para la afección, 11 de 140 (7,9%) fallecieron por coronavirus en comparación con 23 de 710 (3,2%) de los que sí seguían medicándose –un riesgo 2,17 veces mayor-.

Poco después de empezar a tratar pacientes con covid-19, a principios de febrero en Wuhan, vimos que casi la mitad de los que murieron tenían hipertensión arterial

Los investigadores llevaron a cabo posteriormente un meta-análisis para comparar los datos de los pacientes de Huo Shen Wan con los de casi 2.300 casos de otros tres estudios para analizar las tasas de mortalidad de aquellos tratados con medicamentos antihipertensivos, especialmente los que se dirigen el sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS), que incluyen los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) o bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA). Otros medicamentos antihipertensivos son los betabloqueantes, los bloqueadores de los canales de calcio (CCB) o los diuréticos.

Después de esta comparación se apreció que había un menor riesgo de morir en aquellos que seguían un tratamiento con inhibidores de RAAS. Sin embargo, los investigadores reconocen que este resultado debe tratarse con precaución ya que el número de pacientes en este análisis fue pequeño y, por lo tanto, podría deberse al azar.

Es muy importante, advierte Li, que los pacientes con hipertensión se den cuenta de que corren un «mayor riesgo de fallecer por covid-19». De hecho, 140 pacientes ingresados en el hospital Huo Shen Shan con covid-19 que habían suspendido su tratamiento antihipertensivo debido a varias razones «tenían un mayor riesgo de morir por coronavirus».

«Poco después de empezar a tratar pacientes con covid-19, a principios de febrero en Wuhan, vimos que casi la mitad de los que murieron tenían hipertensión arterial», apunta Ling Tao.

Debido a que se trata de un estudio observacional, los investigadores precisan que es demasiado pronto para hacer recomendaciones clínicas basadas en estos resultados. «Estos datos deben interpretarse con cautela. Sin embargo, respaldan las recomendaciones para la Sociedad Europea de Cardiología que aseguran que no se debe interrumpir o cambiar el tratamiento antihipertensivo», añade el profesor Tao.

El estudio continúa con un ensayo clínico aleatorizado en la Universidad Nacional de Irlanda en Galway, coordinado por J. William McEvoy y Patrick Serruys, coautores del artículo de EHJ, debido a que ahora se diagnostican menos casos de covid-19 en China.

Según Serruys quedan tres cuestiones por resolver, y esperamos que nuestro ensayo clínico responda las dos primeras: ¿qué tipo de fármaco debe administrarse a los pacientes con hipertensión y covid-19 (inhibidores RAAS o inhibidores no RAAS)? y ¿podrían estos medicamentos reducir el riesgo de muerte en estos pacientes?».

Y, en cuanto a la tercera cuestión, apunta Serruy, acaba de ser contestada por un reciente publicado en « The New England Journal of Medicine», que mostraba que los medicamentos antihipertensivos, como los inhibidores de la ECA y los BRA, no están asociados con un mayor riesgo de infectarse por el coronavirus».

En relación al tratamiento con antihipertensivos, un comentario que acompaña a este trabajo escrito por Luis M. Ruilope y Gema Ruiz Hurtado, del Hospital 12 de Octubre, y Juan Tamargo, de la Universidad Complutense, ambos en Madrid, destaca estos resultados que confirman no debe suspenderse en pacientes infectados por SARS-CoV2.

Además, añaden, que otro aspecto positivo de los bloqueadores RAAS son sus propiedades antitrombóticas, que podrían mejorar las frecuentes complicaciones trombóticas o tromboembólicas que se están observando en los pacientes con covid-19.

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Jueves, 04 Junio 2020 16:57

Brasil prueba posible vacuna para Covid-19

La posible vacuna para el nuevo coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, se comenzará a probar en pacientes en Brasil este mes. Así lo confirmó el Ministerio de Salud del país sudamericano este miércoles, de acuerdo con O Globo.

Brasil, en efecto, apoyará la iniciativa con 2.000 voluntarios que no entraron en contacto con la enfermedad, tanto en Río como en San Pablo, las dos ciudades más afectadas por la pandemia en el país sudamericano. Así, será parte del plan global de desarrollo de vacunas y será el primer país en llevar a cabo las pruebas de Oxford después del Reino Unido.

El procedimiento fue aprobado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y, en San Pablo, los estudios serán dirigidos por el Centro de Referencia para Inmunobiológicos Especiales (Crie) de la Universidad Federal del estado (Unifesp).

La infraestructura médica y los equipos serán financiados por la Fundación Lemann, y los primeros mil voluntarios, de San Pablo, serán reclutados por Unifesp; mientras que las otras 1.000 personas serán parte de la prueba en Río de Janeiro.

La vacuna producida por la universidad británica fue incluida en un estudio realizado por el banco de inversión Morgan Stanley, que mapeó 110 búsquedas de una fórmula inmunizante, y se considera que es una de las seis candidatas más prometedoras para curar la enfermedad que afecta al planeta.

La idea es que el estudio aleatorizado evalue la seguridad y la eficacia del inmunizador. La agencia, por su parte, señaló que los ensayos clínicos en humanos realizados bajo el sello británico demostraron ser seguros.

Para Natália Pasternak, investigadora colaboradora del Laboratorio de Desarrollo de Vacunas del Instituto de Ciencias Biomédicas de la USP, citada por O Globola noticia llega en un buen momento no solo por el empeoramiento de la pandemia en Brasil, sino también porque contribuye a echar luz sobre la capacidad científica brasileña.

“Una de las principales ventajas para Brasil es el hecho de ser parte de un estudio internacional. Es una contribución importante en un momento en que el país tiene una mala imagen internacional, ya que la pandemia se está manejando extremadamente mal y esto pone a todo el mundo en peligro”, analizó la investigadora y también columnista del blog A Hora da Ciência.

Las pruebas de la vacuna británica en Brasil van a contramano de la estrategia del gobierno federal, que está tratando de impulsar el uso profiláctico de la hidroxicloroquina.

“Lo que funciona es la vacuna. Eso es en lo que tenemos que invertir. No en una droga que nunca ha sido científicamente efectiva contra Covid-19”, añadió Pasternak respecto de la estrategia del gobierno de Jair Bolsonaro, que siempre ha desestimado las recomendaciones de los profesionales sanitarios.

Otra ventaja es que, si se demuestra su eficacia, el acuerdo con Oxford podría facilitar la producción de la fórmula en el país: “Tener el acuerdo directamente con el Instituto Jenner, en Oxford, hace que sea mucho más fácil cuando tenemos que implementar tecnología de producción aquí. En algún momento, si resulta efectivo, todo el mundo querrá producirlo y Brasil tendrá la ventaja de tener este acuerdo firmado”, dijo la especialista.

No obstante, como dato negativo Pasternak admitió que si Oxford ha elegido a Brasil como el país para hacer las primeras pruebas, esto se debe a las dificultades que tiene el país en la gestión de la pandemia. Con 555.383 casos confirmados de la enfermedad, es el segundo país más afectado en el mundo, solo por detrás de los Estados Unidos. Registra al miércoles casi 32.000 muertes, la cuarta cifra más alta a nivel global.

El estudio se llevará adelante con un método sencillo: se dividirán a los voluntarios en dos; uno de ellos recibirá la vacuna y el otro, un placebo.

La vacuna Oxford fue creada a partir de un adenovirus de chimpancé. La fórmula se basa en el llamado vector viral, es decir, un virus que no es Sars-CoV-2 (que causa Covid-19) en el que se clona la secuencia genética del nuevo coronavirus, para estimular las respuestas inmunes. Las primeras fases de trabajo en el Reino Unido fueron prometedoras.

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