Una de cada cuatro personas, tiene una discapacidad, pero a pesar de ser la comunidad minoritaria más grande del mundo, los productos y las experiencias aún no se diseñan pensando en ellos.
En la industria de la belleza y el cuidado personal, actualmente no existe un desodorante con el formato adecuado para personas con discapacidades; para no videntes, torcer una tapa de desodorante, girar una barra o empujar hacia abajo una lata de aerosol con movilidad limitada del brazo es un verdadero desafío y, a veces, el miedo a sudar impide que las personas con discapacidades se muevan tanto como les gustaría.
“Es un proyecto que se viene pensando desde hace casi 2 años y que trabajamos junto al equipo global de Wunderman Thompson, Unilever UK y USA los últimos meses. Creo que es el desafío más grande por el que pasé en mi carrera. Desde pensar junto a paneles con personas con diversidad funcional en Europa, Estados Unidos y Argentina cómo sería un desodorante adecuado para ellos y adaptar el diseño, hasta lograr el indicado junto a terapeutas e ingenieros industriales. Filmamos dos videos tremendamente poderosos con La Doble y Martín Donozo. El equipo de Argentina trabajó incansablemente para estar en cada detalle de este desarrollo creativo. Cada uno de los que se fueron sumando dieron todo con tanta pasión que es verdaderamente inspirador. Buscamos dar un paso creando productos de cuidado básico inclusivos. Productos que permitan a todos moverse con confianza y más allá de hacer avisos, buscamos evolucionar la industria a una que no deje a nadie afuera”. Dice Natalia Benincasa CCO en Wunderman Thompson Argentina
El nuevo desodorante cuenta con las siguientes características revolucionarias:
- Diseño en forma de gancho para ayudar a manipularlo, junto a los cierres magnéticos que ayudan a quitar la tapa y volver a colocarla para usuarios con agarre limitado. Puede manipularse con la boca, los pies y con una sola mano.
- Descripción en braille, para personas no videntes.
- Ubicación de agarre mejorada para una aplicación más fácil para usuarios con agarre limitado o sin brazos.
- Base que permite un mejor apoyo.
- Un aplicador de rodillo más grande para alcanzar más área de superficie por deslizamiento
- Es rellenable, es decir que al terminarse puede volver a utilizarse.
“Nos llena de orgullo haber trabajado con un equipo local multidisciplinario, junto a Christina Mallon; Directora Global de Diseño Inclusivo y el equipo regional de Wunderman Thompson. Logramos desarrollar una idea de producto con su campaña de comunicación, pero con un claro propósito que resulta tan inspirador como desafiante”, comentó Victoria Cole, CEO de Wunderman Thompson Argentina.
El equipo de Wunderman Thompson Argentina, a quien se le ocurrió la idea original de hacer un desodorante inclusivo, también creó una campaña poderosamente inspiradora y accesible que demuestra cómo un producto de utilidad diaria como el desodorante puede revolucionar el movimiento para personas con discapacidad o diversidad funcional.
“Estamos en esta industria porque queremos marcar la diferencia”, dijo Bas Korsten, Director Creativo global de Wunderman Thompson. “Para nuestros clientes, para las personas a las que sirven. Y no creo que haya trabajado nunca en un proyecto que hará una mayor diferencia para más personas que este. Ha sido un viaje inolvidable con el increíble equipo de Degree (Rexona), nuestra talentosa oficina Argentina y mi increíble colega Christina Mallon. Espero que este sea el comienzo del pensamiento de diseño inclusivo a escala. Porque el diseño inclusivo conduce a un mejor diseño para todos.”
El hipotiroidismo es la patología endocrina más frecuente. Se debe a la disminución del funcionamiento de la glándula tiroides, generando secreción insuficiente de sus hormonas tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Si bien puede afectar a cualquier persona, es más frecuente en mujeres y el riesgo aumenta con los años.
“Su causa más común es la tiroiditis crónica, también conocida como tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune que genera una inflamación no dolorosa de esta glándula, disminuyendo su capacidad de producir hormonas tiroideas. Esto provoca un enlentecimiento del metabolismo y de múltiples procesos mentales y físicos. También puede deberse por la extirpación quirúrgica parcial o total de la glándula, o por haber recibido tratamiento con iodo radioactivo, por ejemplo, por un antecedente de hipertiroidismo”, explica la Dra. Sandra Licht, endocrinóloga de INEBA.
El hipotiroidismo requiere tratamiento continúo de reemplazo con levotiroxina. Y en el contexto actual de pandemia, frente a la infección se debe mantener el tratamiento con hormona tiroidea en la forma habitual, independiente de otras terapias que se puedan indicar. A su vez, se deben mantener los controles con el médico tratante para chequear los niveles hormonales una vez dado de alta.
De igual manera debe hacerse en los casos de hipertiroidismo. “Esta es la enfermedad tiroidea causada por exceso de producción de hormonas tiroideas. Al igual que en el hipotiroidismo, estos pacientes no presentan un riesgo aumentado de padecer infecciones graves por COVID 19 respecto de la población general. Sin embargo, una infección grave puede descompensar un hipertiroidismo que no se encuentre bien controlado, lo que puede derivar en complicaciones adicionales y agravar la evolución”, aclara la especialista.
Es muy importante que los pacientes no suspendan ni disminuyan su tratamiento y se controlen con su endocrinólogo para revisar los niveles de hormonas tiroideas para poder realizar los ajustes necesarios de la medicación que se encuentran recibiendo, ante la eventualidad de un contagio de este coronavirus.
Por su parte, los pacientes portadores de cáncer de tiroides tampoco presentan mayor riesgo de infección grave. Pacientes tratados, con terapia de sustitución con hormona tiroidea y en control, deben mantener su plan de seguimiento con su endocrinólogo. “Los pacientes que han sido diagnosticados en este periodo y que no han sido operados, deben discutir con su endocrinólogo el plan a seguir. La mayoría de los cánceres de tiroides tiene un crecimiento lento, lo que permite que la cirugía se pueda diferir en meses, pero siempre manteniendo un seguimiento estrecho con el médico tratante”, explica la Dra. Licht.
Por último, existen los pacientes con tiroiditis subaguda. Esto es una inflamación de la glándula tiroides que, habitualmente, se presenta en personas sin enfermedades a la tiroides. Uno de los factores que favorece el desarrollo de esta inflamación son las infecciones respiratorias virales. Por lo tanto, es factible que pacientes que han sufrido la infección COVID-19 puedan evolucionar posteriormente con este cuadro.
“Ante la presencia de aumento de volumen y dolor cervical anterior irradiado a la región retroauricular o nuca que dificulta tragar, acompañado de fiebre, palpitaciones y temblor, el paciente debe hacer la consulta con su médico clínico o bien con un endocrinólogo para que realice los estudios diagnósticos pertinentes. El control de esta situación siempre es de importancia y más en este momento en el que se ha definido que las secuelas post COVID son muchas y requieren de seguimiento profesional”, comenta la especialista.
El laboratorio francés Sanofi ha anunciado este lunes que la segunda fase del ensayo clínico de vacunas contra Covid-19 ha mostrado una concentración importante de anticuerpos en los adultos y fuerte respuesta inmunitaria desde la primera dosis.
La fuerte respuesta inmunitaria observada tras la administración de una sola dosis en pacientes que ya habían estado infectados subraya el sólido potencial de una vacuna recordatorio, ha destacado la compañía en un comunicado.
En palabras del laboratorio, los resultados del estudio, realizado en 722 voluntarios de 18 a 95 años de Estados Unidos y Honduras, han mostrado una tasa de seroconversión de anticuerpos del 95 al 100%, por lo que podrán pasar a una tercera fase internacional.
Según ha informado Sanofi, el próximo ensayo empezará en las próximas semanas con 35.000 voluntarios de diversos países para probar su resistencia a la variante de Wuhan y a la sudafricana.
En caso de que dicho estudio dé resultados positivos, la vacuna, en la que trabaja junto a la británica GSK, sería aprobada por las autoridades durante el cuarto trimestre de 2021.
Sabemos que se necesitarán múltiples vacunas, y más cuando siguen emergiendo variantes del virus y se hace más evidente la necesidad de tener vacunas de recordatorio eficaces, que puedan ser conservadas a temperaturas normales, ha destacado el vicepresidente global de Sanofi Pasteur, Thomas Triomphe.
En paralelo al estudio, los laboratorios están tratando de determinar si la administración de una dosis más débil en los recordatorios generaría ya una fuerte respuesta inmunitaria, independientemente de cuál haya sido la tecnología de la primera inoculación recibida.
En la alianza que iniciaron en 2020, la francesa Sanofi aporta un antígeno recombinante y la británica GSK su tecnología de producción de vacunas adyuvantes para uso pandémico, un recurso que puede reducir la cantidad de proteínas necesarias por dosis, lo que permitiría una producción de un mayor número de dosis y una fácil conservación en frigoríficos normales.
Científicos argentinos, a través del programa del CONICET y Cáncer con Ciencia de Fundación Sales, desarrollan una vacuna para incrementar la respuesta antitumoral del organismo frente al melanoma, el más grave cáncer de piel.
Desde hace más de 25 años el equipo de investigación dirigido por el Dr. José Mordoh trabaja en el desarrollo de inmunoterapia basada en vacunas. Estas vacunas terapéuticas usan como fuente de antígenos líneas celulares de melanoma irradiadas, tratadas con citoquinas y administradas con BCG y rhGM-CSF como adyuvantes (vacuna CSF-470). En ensayos clínicos de fase I y II, pioneros en nuestro país, la vacuna demostró ser segura, con muy buena tolerancia y calidad de vida e incrementó la sobrevida libre de metástasis a distancia de pacientes con melanoma cutáneo en riesgo de recaídas, comparado al tratamiento con dosis medias de interferón alfa, señala el Dr. Mordoh.
A lo cual agrega: Estos estudios clínicos han beneficiado a los pacientes participantes y han generado un valioso banco de muestras para continuar trabajando y conocer los mecanismos subyacentes a la respuesta clínica observada. En los últimos años hemos trabajado intensamente con las muestras de células inmunes obtenidas de los pacientes vacunados y logramos establecer que la vacunación induce una respuesta inmune adaptativa que hace blanco en antígenos compartidos por los tumores de los pacientes, así como también induce/incrementa la respuesta inmune propia de cada paciente.
Actualmente, las investigaciones se centran en la identificación de los factores que determinan la respuesta o no al tratamiento en los pacientes. Si bien todos los pacientes tienen la misma enfermedad, el melanoma, aún es necesario identificar a aquellos que tendrán más posibilidades de generar una respuesta inmune efectiva para erradicar el tumor. Analizando las células tumorales y las células inmunes que infiltran los tumores, los científicos están buscando responder esos interrogantes y así poder mejorar el tratamiento para los pacientes.
El Dr. Mordoh señala que la inmunoterapia se ha consolidado en los últimos años como una modalidad terapéutica de peso en el tratamiento del cáncer. Varios anticuerpos monoclonales que bloquean los puntos de control inmune han sido aprobados luego de mostrar respuestas clínicas objetivas en tumores de difícil tratamiento, aunque solamente se observa el control de la enfermedad de manera prolongada en una cierta proporción de los pacientes. La administración de estos anticuerpos evitaría que el sistema inmunitario pierda su funcionalidad, inhibiendo los controles fisiológicos.
Este trabajo, en conjunto con el del resto de destacados investigadores, es posible gracias al apoyo de más de 125.000 donantes a Cáncer con Ciencia de la Fundación Sales.
A medida que continúa la pandemia de COVID-19, los investigadores siguen buscando tratamientos efectivos. El curso de la enfermedad a menudo impredecible de COVID-19 crea un desafío sustancial para los investigadores clínicos al identificar las poblaciones de pacientes ideales que podrían beneficiarse de las intervenciones de investigación.
Una de las primeras terapias prometedoras consideradas fue el plasma de convalecencia. Varios estudios observacionales retrospectivos en 2020 sugirieron un papel beneficioso del plasma convaleciente para los pacientes hospitalizados con COVID-19 grave. Después de estos informes iniciales, una serie de ensayos aleatorios revisados por pares no confirmaron los hallazgos positivos.
La ausencia de eficacia del plasma convaleciente ahora se ve reforzada por los resultados del RECOVERY Collaborative Group, publicado en The Lancet, en el que 5795 pacientes recibieron plasma convaleciente más atención habitual y 5763 sólo recibieron ésta última en un estudio aleatorizado y abierto realizado en 177 organizaciones hospitalarias del Servicio Nacional de Salud en el Reino Unido. De los total de pacientes asignados al azar, 36% eran mujeres y la edad media era de 63,5 años. Detenido prematuramente por un comité de seguimiento de datos independiente, no se observaron diferencias significativas entre los grupos en la mortalidad a los 28 días. Esto se suma al creciente número de ensayos de plasma convaleciente que se detuvieron por inutilidad, incluidos CONCOR-1 y REMAP-CAP.
El estudio RECOVERY, liderado por el epidemiólogo Martin Landray y el investigador de enfermedades infecciosas Peter Horby, ambos de la Universidad de Oxford, combina un diseño cuidadoso con un análisis exhaustivo en el marco de las prácticas estándar actuales y muestreos realistas de pacientes hospitalizados con COVID-19. Las principales limitaciones del estudio incluyen su entorno exclusivo en el Reino Unido, la escasa diversidad étnica y una mediana de tiempo prolongada desde el inicio de los síntomas hasta la aleatorización de 9 días.
La investigación logra capturar características clave que antes no se habían registrado en ensayos anteriores con plasma convaleciente. El gran número de participantes en el estudio reafirma la validez de los hallazgos. Además del tamaño del estudio, el ensayo se centró legítimamente en pacientes que requerían ventilación mecánica (5% de todos los participantes asignados al azar) que probablemente no se beneficiarían de un tratamiento basado en anticuerpos. Los participantes inscritos reflejaron con precisión los estándares internacionales de atención, 92% pacientes que recibieron corticosteroides. Después de la inscripción y la asignación aleatoria, las personas seleccionadas recibieron dos unidades de plasma convaleciente. Cada una se consideran de títulos altos según la carta de autorización de uso de emergencia de plasma convaleciente emitida por la FDA en marzo pasado.
El resultado primario fue la mortalidad por todas las causas 28 días después de la asignación al azar, y no hubo evidencia de que el plasma convaleciente brindara beneficios por encima de la atención habitual. Además, no se observó ningún efecto significativo sobre la proporción de pacientes dados de alta del hospital dentro de los 28 días. Un análisis de subgrupos extenso no identificó una cohorte única que se beneficiaría de recibir plasma convaleciente. Los pacientes con síntomas de menor duración compartieron resultados similares a los que se encontraban más tarde en el curso de su enfermedad.
A pesar de los muchos desafíos de realizar una investigación clínica rigurosa durante la pandemia de COVID-19, el grupo de colaboración RECOVERY ha aportado conclusiones valiosas contra el uso de plasma convaleciente en pacientes hospitalizados con COVID-19. Poblaciones especiales, como aquellos con inmunidad humoral deteriorada, que no fueron considerados activamente en este estudio, aún podrían beneficiarse del plasma convaleciente cuando sean admitidos.
El plasma convaleciente también podría tener un papel terapéutico en un entorno ambulatorio para COVID-19 leve a moderado, según lo apoyado por una investigación de la Fundación INFANT a cargo de un equipo lideraado por Romina Libster. Sin embargo, el ensayo clínico de plasma convaleciente COVID-19 de pacientes ambulatorios determinó que era poco probable que esta cohorte se beneficiara.
“Es posible que los ensayos futuros deban compararse con terapias con anticuerpos monoclonales o inmunoglobulina hiperinmune, y los criterios de elegibilidad deberán definir estrictamente la población con más probabilidades de beneficiarse -explica Heidi Ledford, especialista de la revista especializada Nature-. La cantidad de esfuerzo invertido en cada transfusión de plasma convaleciente, desde el donante hasta el banco de sangre y el equipo médico y el paciente, merece una consideración igualmente importante de si la transfusión proporcionará algún beneficio”. Los estudios actuales y futuros están explorando la próxima clase de terapias de COVID-19, incluidos los antivirales de molécula pequeña, las terapias de anticuerpos monoclonales y policlonales de próxima generación y los agentes inmunomoduladores.
“Hemos visto en esta epidemia cuán equivocadas pueden ser las hipótesis científicas bien intencionadas”, dice, señalando la hidroxicloroquina como ejemplo. El medicamento contra la malaria se mostró prometedor contra el COVID-19 en pequeños ensayos iniciales y estudios de laboratorio, pero finalmente se demostró que no tenía ningún efecto sobre la enfermedad. “Existe una buena ciencia detrás del plasma convaleciente y una buena razón para pensar que puede resultar un tratamiento eficaz -concluye Landray-. Pero la conclusión es que no tenemos suficientes datos para saber”.
Como parte de la lucha que llevan adelante los gobiernos para dar batalla a la pandemia de COVID-19, que ya ocasionó 160 millones de contagios en todo el mundo y se cobró la vida de más de 3,3 millones de personas, de acuerdo a datos del Johns Hopkins University & Medicine Resource Center, y ante la falta, aún, de disponibilidad de vacunas en muchos países, en el último tiempo en el campo científico se comenzó a analizar la posibilidad de combinar diferentes fármacos, ante la eventual escasez de la segunda dosis de determinada formulación. Pero, ¿es seguro?
Todas las vacunas contra el nuevo coronavirus ampliamente disponibles, con la excepción de la de Johnson & Johnson de una sola inyección, requieren dos dosis. La primera prepara el sistema inmunológico y la segunda (generalmente, administrada unas semanas después) lo refuerza. La perspectiva de combinar dosis de vacunas ofrece la oportunidad de reforzar los lanzamientos de inoculantes y, potencialmente, aumentar la inmunidad proporcionada.
Algunos expertos se preguntan si la flexibilidad para permitir la vacunación de dosis mixtas podría ayudar a las personas a vacunarse por completo más rápido. Otros sostienen que mezclar dos vacunas diferentes podría hacer un mejor trabajo de protección contra el COVID-19. Muchos, en tanto, se mantienen escépticos. Sin embargo, el tema está en análisis.
Según los hallazgos preliminares de un estudio difundido esta semana en la revista especializada The Lancet, alternar dosis de diferentes vacunas contra el coronavirus provoca reacciones leves y moderadas más frecuentes que si se siguen los calendarios estándares de vacunación, con dos inyecciones del mismo preparado.
Un equipo liderado por especialistas de la Universidad Oxford, en Inglaterra, inició una investigación a principio de año con el objetivo de indagar sobre los efectos de la combinación de dos dosis de preparados fabricados por distintas farmacéuticas y encontró que aumentaba los efectos secundarios comunes esperables de una vacuna, como escalofríos, fiebre, dolor muscular en el lugar de la aplicación y fatiga.
Los expertos hallaron que cuando se dejaba entre las dosis un intervalo de cuatro semanas, aplicar combinaciones (Pfizer-BionNTech, seguido de Oxford-AstraZeneca y Oxford-AstraZeneca, seguido de Pfizer-BioNTech) generaba más reacciones leves o moderadas tras la segunda dosis que si se atendía al procedimiento estándar de no combinar diferentes inoculantes.
“Aunque se trata de una parte secundaria de lo que estamos intentado explorar mediante estos estudios, es importante que informemos a la gente acerca de estos datos, especialmente porque varios países están planteándose emplear estos calendarios de dosis mixtas”, sostuvo Matthew Snape, profesor asociado de Pediatría y Vacunas en la Universidad de Oxford, e investigador Jefe del estudio.
“Los perfiles hematológicos y bioquímicos fueron similares entre los programas de vacunación heteróloga y homóloga, con todos los eventos adversos de laboratorio de gravedad de grado 2 o menos en el programa de vacunación heteróloga y sin trombocitopenia en ningún grupo el día siete después de la dosis de refuerzo”, detalla el estudio publicado en The Lancet.
Los expertos también observan que los datos recabados de sus pruebas fueron extraídos de participantes mayores de 50 años, por lo que sostienen que existe la posibilidad de que estas reacciones puedan resultar más prevalentes en grupos etarios más jóvenes.
Los hallazgos del estudio sugieren que “los calendarios de dosis mixtas podrían resultar en un incremento en las ausencias laborales el día después de la inmunización, y es importante considerarlo a la hora de planear la inmunización de los empleados del cuidado sanitario”, agregó Snape.
Sin embargo estas conclusiones son parciales. Las conclusiones finales del trabajo sobre la eficacia o seguridad estarán listas después de junio. El motivo es que, de los 830 voluntarios reclutados, a casi la mitad les administrarán la segunda dosis a los 84 días de la primera. Los datos publicados The Lancet se basan en los resultados preliminares que provocan las vacunas entre la otra mitad, la que recibió las dos dosis en un lapso de 28 días.
El concepto de combinar las vacunas —a veces llamado estímulo primario heterólogo— no es algo nuevo. Durante décadas, los científicos han investigado esta estrategia con la esperanza de hallar combinaciones eficaces contra toda una serie de virus como el de la influenza, el VIH y el del ébola.
“La intercambiabilidad entre las vacunas es y ha sido a lo largo del tiempo un área de interés en la vacunología porque facilita mucho desde lo operativo; beneficia el cumplimiento de los programas de vacunación y evita oportunidades perdidas. Sin embargo, una característica de estas vacunas es que, por ahora, se aconseja no intercambiarlas. Por eso, si bien se trata de una iniciativa más que interesante, sería importante constatar que puedan ser intercambiables. Desde lo hipotético parece plausible”, había explicado recientemente consultado por este medio Francisco Nacinovich, jefe de Infectología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y miembro de la comisión de vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología.
La Sociedad Argentina de Nefrología -la sociedad científica argentina por excelencia de esta especialidad, a través de su Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial y Daño Vascular, este 17 de mayo llama a la sociedad a tomar conciencia sobre la importancia de la Hipertensión Arterial, ya que existe un vínculo estrecho entre la misma y la enfermedad renal crónica . La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que afecta a más del 25-30% de la población a nivel mundial. Entre las personas afectadas, un número importante no están tratadas y de aquellas que reciben tratamiento más del 50% no tienen las cifras de tensión controladas.
La hipertensión arterial es la segunda causa de enfermedad renal crónica a nivel global.
La presión arterial es la fuerza de la sangre que empuja contra las paredes de los vasos sanguíneos mientras el corazón bombea sangre. La hipertensión arterial es el término médico para la presión arterial alta: un aumento en la cantidad de fuerza que la sangre ejerce sobre los vasos sanguíneos a medida que se mueve por el cuerpo.
Los resultados de la prueba de presión arterial se escriben con dos números separados por una barra inclinada. El primer número se llama presión arterial máxima o sistólica y mide la presión arterial cuando el corazón late; el segundo número es la presión arterial mínima o diastólica y mide la presión en los vasos sanguíneos cuando el corazón descansa entre latidos.
Para la mayoría de las personas, una presión arterial de 120/80 se considera normal, mientras que cualquier valor superior a 140/90 se considera anormal (hipertensión).
No todos los casos son iguales por eso lo mejor es consultar a su médico.
Vínculo entre la hipertensión y la enfermedad renal
La hipertensión puede causar enfermedad renal y junto a la diabetes son las dos causas más importantes de insuficiencia renal en muchos países.
La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos en los riñones, reduciendo su capacidad para funcionar correctamente. Si los vasos sanguíneos en los riñones están dañados, pueden dejar de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Tener líquido extra en los vasos sanguíneos puede aumentar la presión arterial aún más, creando un ciclo peligroso.
Pero la enfermedad renal también puede causar presión arterial alta, y cuando esto sucede, esta presión alta hace que los riñones se deterioren más rápidamente.
Aproximadamente nueve de cada diez personas con ERC etapas 3-5 tienen presión arterial alta. La hipertensión se considera una de las principales causas de Enfermedad Renal Crónica.
¿Cuáles son los síntomas de la presión arterial alta y la enfermedad renal?
La hipertensión no tiene síntomas iniciales, pero puede conducir a enfermedades y complicaciones a largo plazo, incluido el daño al corazón, los ojos y los riñones. El daño puede ocurrir gradualmente durante muchos años sin que se sienta. En algunos casos de hipertensión los pacientes pueden experimentar dolores de cabeza. La enfermedad renal tampoco tiene síntomas en las primeras etapas.
La presión arterial alta se diagnostica mediante una serie de pruebas de presión arterial, medidas con un manguito de presión arterial.
La enfermedad renal se diagnostica con tres estudios simples como el dosaje de la creatinina en sangre, un examen de orina y una ecografía renal.
Tomar medidas para reducir la presión arterial ayudará a retrasar o prevenir la enfermedad renal.
La presión arterial se puede controlar con medicamentos y con un simple cambio de estilo de vida que se podrá aconsejar desde el mostrador, por ejemplo:
*Llevar una alimentación saludable, es decir cumplir una dieta que sea baja en grasas y colesterol, que contenga leche y productos lácteos sin grasa o bajos en grasa; con ingesta de pescado, aves y nueces.
*Reducir el consumo de carnes rojas, dulces, azúcares agregados y bebidas azucaradas.
*Incorporar nutrientes, proteínas y fibra.
*Realizar actividad física.
*Mantener un peso saludable.
*Dejar de fumar
*Manejar el estrés
Controlar la presión arterial ayuda a proteger los riñones de daños mayores. Esta es la razón por la cual es tan importante que las personas con presión arterial alta se hagan estudios para determinar si hubiera una afectación renal.
Para el control correcto de la la hipertensión, la SAN también aconseja:
*Asistir a las citas programadas con el médico.
*Consultar con su médico cómo puede aprender a tomarse la presión arterial en su casa. *Mantener un registro de la presión arterial diaria y compartirla con el profesional en cada visita o teleconsulta.
*Tomar los medicamentos para la presión arterial exactamente como las prescribió el médico, aún cuando se sienta bien.
*Informar al médico tratante (clínico, cardiólogo, nefrólogo, entre otros) sobre cualquier efecto colateral del medicamento. Nunca dejar de tomar un fármaco por cuenta propia.
*Informarse todo lo posible sobre el tratamiento prescripto. Llevar una lista de las preguntas a la consulta médica ayuda a no olvidarse de nada y no sentir temor de preguntar si hay dudas o algo no haya quedado claro
A medida que se avanza en la evidencia y en las pruebas de eficacia y seguridad sobre las vacunas contra la COVID-19, el Gobierno suma nuevos grupos poblacionales a los que priorizar y proteger mediante la inmunización, y los convoca a inscribirse a través de la web Buenos Aires Vacunate o de la aplicación VacunatePBA.
Entre ellos, y en el marco de una política de cuidado, la Provincia promueve ahora la inscripción de las personas embarazadas o que estén amamantando que tengan enfermedades preexistentes, ya que serán priorizadas para vacunarse a partir de la observancia de complicaciones cuando contraen COVID-19.
Al inicio de la campaña, se contempló como grupos priorizados para recibir la vacuna a quienes tienen enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar crónica o renal crónica, diabetes y obesidad. En las últimas semanas, la priorización y convocatoria sumó, además de embarazadas con comorbilidad, a las personas con cirrosis, enfermedades con compromiso inmunológico como VIH y otras inmunodeficiencias, enfermedades oncohematológicas, trasplantados/as o en lista de espera para trasplante y pacientes que toman medicación inmunosupresora.
Estos nuevos grupos poblaciones priorizados (a los que se recomienda dejar constancia de su patología en la inscripción), presentan más riesgo de sufrir cuadros graves que requieran internación si contraen COVID-19. Por eso, se suman a las categorías que ya estaban presentes en los formularios digitales de la web Buenos Aires Vacunate (https://vacunatepba.gba.gob.ar/) y de la aplicación VacunatePBA.
Segunda ola y embarazo
Tanto las embarazadas como las personas que estén amamantando y que tengan alguna de las enfermedades de riesgo mencionadas deberán agregar en la inscripción para vacunarse el dato de la enfermedad preexistente, lo que les permitirá ser priorizadas a la hora de asignarles un turno. También deberán detallar si son personal de salud, seguridad o educación, sectores incluidos en los grupos priorizados.
“Durante esta segunda ola de la pandemia, la evidencia científica y los datos que manejamos en la Provincia de Buenos Aires a partir de la vigilancia activa está mostrando que las personas embarazadas y que amamantan que además padecen alguna comorbilidad como diabetes, hipertensión arterial u obesidad por ejemplo, son más proclives a sufrir complicaciones y cuadros graves que requieren internación asociadas al COVID 19”, explicó la Directora Provincial de Equidad de Género en Salud, Sabrina Balaña.
Por eso, desde la cartera sanitaria bonaerense se recomienda que aquellas personas que se anotaron como embarazadas o en período de lactancia pero que no consignaron patologías preexistentes, reingresen al sitio web Buenos Aires Vacunate o a la aplicación VacunatePBA y lo agreguen. La Provincia de Buenos Aires busca recabar la mayor cantidad de datos sobre las personas en esta condición para priorizar su cuidado en el marco de la campaña, y para ello es fundamental consignar esta doble condición.
Balaña pidió también que los equipos de salud que asisten a las personas gestantes promuevan la vacunación contra COVID-19 en las consultas como política de cuidado y difundan la necesidad de que se inscriban para poder ser inmunizadas.
Las autoridades de Rusia anunciaron que registraron la vacuna monodosis Sputnik Light, que tendría una eficacia del 79,4 por ciento y con la que Moscú busca dar un nuevo impulso a la campaña de vacunación, pues es una opción que permite inmunizar a un gran número de personas en tiempos más reducidos. Sputnik V, de dos dosis, tiene una eficacia del 91,6 por ciento, según sus desarrolladores.
Según un comunicado del Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR), el nuevo preparado protege contra las variantes del SARS-CoV-2 conocidas hasta ahora. Así se desprende de los resultados de los análisis efectuados por el Instituto Gamaleya de Rusia, desarrollador del fármaco. La eficacia reportada responde a la información obtenida 28 días después de que la inyección fue administrada.
“Sputnik Light no requiere de condiciones especiales de almacenamiento y transporte y tiene un precio asequible de menos de 10 dólares”, dice la nota del FIDR, el fondo ruso encargado de la promoción y la comercialización de la vacuna. Según el director del Centro Gamaleya, Alexandr Ginzburg, la Sputnik Light puede ser una buena opción tanto para la vacunación inicial como para la revacunación.
Ensayos en curso
El Fondo de Inversiones señala que la vacuna fue desarrollada sobre una base “estudiada y verificada” de adenovirus humanos que destacan por su seguridad, efectividad y la ausencia de efectos adversos a largo plazo, y que se ha usado como parte del programa masivo de vacunación ruso desde el pasado 5 de diciembre. Desde esa fecha se han tomado y analizado los efectos en los pacientes.
Además, actualmente se están realizando ensayos de fase III en Rusia, Emiratos árabes, Ghana y otros países, en donde participan unos 7.000 voluntarios. Se espera que a fines de este mes se entreguen datos más concretos sobre la vacuna. Al mismo tiempo, Gamaleya precisa que el preparado principal para la inmunización de la población sigue siendo la vacuna Sputnik V, que se aplica en dos dosis y fue autorizada para su uso en más de 60 países.
La mayoría de las personas que contraen COVID-19 y se recuperan probablemente sean inmunes durante varios meses después, según detectó un estudio denominado SIREN que ha implicado a más de 20.000 trabajadores de la salud en el Reino Unido y que fue publicado en The Lancet.
El estudio llegó a la conclusión de que las respuestas inmunes de infección pasada pueden reducir el riesgo de contraer el virus de nuevo en un 83% durante al menos 5 meses.
“En el transcurso del año pasado, los informes de infecciones repetidas con SARS-CoV-2 han debilitado la confianza en la capacidad del sistema inmunológico para mantener sus defensas contra el virus. Los resultados provisionales del estudio mitigan algunos de esos temores -explicó la investigadora principal Susan Hopkins, asesora médica senior de Public Health England en Londres-. Los datos sugieren que la inmunidad natural podría ser tan efectiva como la vacunación, al menos durante el período de cinco meses que el estudio ha cubierto hasta ahora”.
Los datos sugieren que las infecciones repetidas son raras: ocurrieron en menos del 1% de aproximadamente 6.600 participantes que ya habían estado enfermos con COVID-19. Pero los investigadores también encontraron que las personas que se reinfectan pueden portar altos niveles del virus en la nariz y la garganta, incluso cuando no muestran síntomas. “Tales cargas virales se han asociado con un alto riesgo de transmitir el virus a otros”, destacó Hopkins.“La reinfección es bastante inusual, así que son buenas noticias”, según apreciación del inmunólogo John Wherry de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia. Aunque advierte que “no implica ser libre de andar sin una mascarilla”.
SIREN es el estudio más grande de reinfección por coronavirus que detecta sistemáticamente infecciones asintomáticas. Cada dos a cuatro semanas, los participantes se someten a análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el SARS-CoV-2, así como a pruebas de PCR para detectar el virus en sí.
Durante los cinco meses que duró el estudio, el equipo encontró 44 posibles reinfecciones. En el grupo de 14.000 participantes que no habían sido previamente infectados, 318 personas dieron positivo por el virus.
“Algunas de las reinfecciones aún se están evaluando”, explicó Hopkins. Las 44 se consideran reinfecciones “posibles”, y se clasificaron sobre la base de pruebas de PCR combinadas con medidas de detección para reducir el riesgo de volver a detectar el virus de la infección inicial. Hasta ahora, solo 2 de estos 44 casos han pasado pruebas más estrictas para ser clasificados como “probables”. El estudio no evaluó si los síntomas fueron mejores o peores durante la segunda infección que durante la primera, pero Hopkins señala que “solo alrededor del 30% de las personas con posibles reinfecciones informaron algún síntoma, en comparación con el 78% de los participantes con infecciones por primera vez”.Por el momento, el equipo no tiene suficientes datos para determinar quién podría estar en mayor riesgo de reinfección. El inmunólogo George Kassiotis del Instituto Francis Crick en Londres señala que los participantes en el estudio eran principalmente mujeres, y en su mayoría menores de 60 años. “Es poco probable que este grupo experimente la forma más grave de COVID-19, y puede que no sea representativo de la población en su conjunto”.
Los investigadores todavía están recopilando datos; esperan tener una idea de cuánto dura la inmunidad e investigar los efectos de una variante del SARS-CoV-2 llamada B.1.1.7, que surgió en 2020 y se ha extendido rápidamente por todo el país. “Aunque hay muchas razones para sospechar que la protección existente debería cubrir nuevas variantes, es posible que las respuestas inmunitarias generadas contra una variante sean menos efectivas contra otra -concluye Kassiotis-. Esa todavía es una pregunta abierta”.