La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) acaba de aprobar una nueva medicación como primera línea de tratamiento para pacientes adultos con un subtipo de cáncer de pulmón denominado de células no pequeñas, en estadio localmente avanzado o metastásico, que además presenten las mutaciones más frecuentes del factor de crecimiento epidérmico, una característica que se identifica mediante testeos moleculares. Luego de los Estados Unidos, Argentina es el primer país del continente en contar con esta medicación, que también fue aprobada por la Unión Europea y Japón.
En la Argentina, el cáncer de pulmón es el de mayor mortalidad, por encima de los de colon, mama, páncreas y próstata y el cuarto en incidencia, con alrededor de 11 mil nuevos casos por año, lo que representa el 9,3% del total de casos de cáncer en Argentina.
La nueva droga, que ya está disponible en nuestro medio, se denomina dacomitinib y se administra por vía oral, en una dosis recomendada de 45mg en una toma diaria. Este tratamiento actúa inhibiendo una proteína (quinasa, de factor de crecimiento epidérmico humano) que participa en el desarrollo del tumor.
Dacomitinib demostró una reducción del 41% en el riesgo de progresión de la enfermedad en comparación con un TKI estándar de primera generación y también lo superó en sobrevida libre de progresión (14,7 meses versus 9,2 meses) en el estudio clínico aleatorizado, multicéntrico e internacional de fase 3, conocido como ARCHER 1050i, que evaluó la eficacia y seguridad del medicamento. Asimismo, evidenció una mejora significativa de 7,3 meses en la mediana de sobrevida global por sobre la alcanzada en el grupo que recibió la terapia convencional (34,1 meses versus 26,8 meses).
"Una mediana de más de 14 meses sin que la enfermedad avance es calidad de vida, porque gracias al efecto de la medicación los pacientes pueden continuar con su vida normal, inclusive trabajando y disfrutando de sus afectos, a diferencia, por ejemplo, de los efectos que ocasiona la quimioterapia. No perdamos de vista que son pacientes donde la enfermedad se encuentra en etapas avanzadas, por lo que estos resultados son muy alentadores", subrayó el Dr. Diego Kaen, médico oncólogo clínico, Director del departamento de investigación clínica del Centro Oncológico Riojano Integral (CORI).
"Con la llegada de dacomitinib, ahora contamos con una opción terapéutica más, de las conocidas como 'medicina de precisión', que son moléculas que sin lugar a dudas han demostrado beneficios clínicos estadísticos, mayor sobrevida y mejor calidad de vida por sobre las medicaciones con las que contábamos anteriormente. En Oncología, y particularmente en cáncer de pulmón, el abordaje es cada vez más personalizado, porque se va hacia el desarrollo de medicamentos para cada perfil molecular de los tumores, según qué alteraciones genéticas presentan", destacó el Dr. Kaen, quien también es profesor de la Cátedra de Clínica Médica, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Rioja.
"Desde ya que esto representa una esperanza para muchos pacientes. En particular para el cáncer de pulmón, que avanza rápido otorgando poco tiempo para actuar, cada nueva oportunidad de tratamiento es una buena noticia. Al mismo tiempo, las posibilidades de actuar tienen que ver con la detección temprana, y en ese campo es muy necesario trabajar para aportar tecnologías que permitan llegar antes al diagnóstico y así ganar tiempo" agregó Ignacio Zervino, Coordinador de la Fundación Pacientes con Cáncer de Pulmón (FPCP).
Cerca del 85% de todos los tipos de cáncer de pulmón son lo que se conoce como 'de células no pequeñas' y, casi en el 75% de los casos se encuentra en estadio localmente avanzado o metastásico al momento del diagnóstico. De ellos, aproximadamente 1 de cada 5 presentará una mutación del receptor de factor de crecimiento epidérmico o "EGFR", que es una proteína que contribuye con el crecimiento y división celular. Cuando el gen EGFR muta, puede provocar una sobreactividad de la proteína, lo cual determina la formación de células cancerígenas. Particularmente este grupo de pacientes es el candidato a recibir dacomitinib
En Argentina, las mutaciones EGFR están presentes en alrededor del 14,4% de los tumores de células no pequeñas.Técnicamente, las mutaciones más comunes son la deleción en el exón 19 o con sustitución L858R en el exón 21, que son aquellas para las que está indicada esta terapia y que, en conjunto, son responsables de más del 80% de las mutaciones activadoras EGFR.
"Desde hace algunos años viene cambiando el escenario para el cáncer en general y del cáncer de pulmón en particular, de una única enfermedad a cientos de ellas. Y en eso tiene mucho que ver la aparición de nuevas tecnologías que permiten conocer y clasificar los distintos tipos de tumores, y poder diseñar así respuestas personalizadas con diferentes tratamientos", concluyó Ignacio Zervino.
Acerca de dacomitinib en comprimidos de 45 mg, 30 mg y 15 mg
Dacomitinib es un medicamento de administración por vía oral, que actúa inhibiendo el receptor quinasa de factor de crecimiento epidérmico humano. Dacomitinib está aprobado como primera línea de tratamiento en pacientes adultos con cáncer de pulmón localmente avanzado o metastásico, de célula no pequeña con factor de crecimiento epidérmico mutado y deleción en el exón 19 o con sustitución L858R en el exón 21.
Entre los efectos adversos más comunes, se registraron: diarrea (87%), sarpullido (77%), estomatitis (70%), alteraciones en las uñas (66%), disminución del apetito (31%), piel seca (30%), pérdida de peso (26%), aumento de transaminasas (24%), conjuntivitis (23%), alopecia (23%) y prurito (20%). Se registraron reacciones adversas graves en un 6,2%. Las reacciones adversas graves más comunes reportadas (≥1%) incluyen diarrea (2,2%) y enfermedad pulmonar intersticial (1,3%)i.
Si queremos ser breves, la respuesta es no lo sabemos. Aun así, nos podemos fijar en qué ha ocurrido en otras situaciones similares.
En el siglo pasado hubo tres pandemias de gripe. La "española" de 1918 fue la más mortífera. Se desarrolló en tres oleadas: en primavera de 1918, en otoño de ese mismo año y en invierno de 1919. La realmente virulenta y mortal fue la segunda, en la que ocurrieron el 64% de los fallecimientos. En realidad, la primera oleada fue la menos letal: fue responsable del 10% de las muertes. Se han documentado cambios en el genoma del virus que podrían explicar que fuera más virulento en la segunda oleada.
En 1957 apareció un nuevo virus gripal que originó la “gripe asiática”. También cursó en tres olas epidémicas: la primera en primavera-verano de 1957 con una incidencia relativamente baja; la segunda a principios de 1958, y la tercera en el invierno de 1958-1959. La mortalidad fue más alta en las dos segundas oleadas. Diez años después, en 1968, un nuevo virus de la gripe causó la denominada “gripe de Hong Kong” cuya difusión fue más lenta e irregular: comenzó en otoño-invierno en el hemisferio norte y le siguió una segunda ola el invierno siguiente con una incidencia mayor.
La última pandemia de gripe, la denominada “gripe A” de 2009-2010, tuvo el efecto de una gripe estacional. De hecho, este virus acabó adaptándose al ser humano y desde entonces es una de las cepas que circulan cada año. Es decir, las segundas y terceras olas más letales ya ha ocurrido antes con el virus de la gripe.
En el caso del SARS-CoV-2, la aparición de nuevas olas epidémicas dependerá del propio virus, de su capacidad de variación y adaptación al ser humano. De nuestra inmunidad, de si realmente estamos inmunizados y protegidos contra él. Y de nuestra capacidad de trasmitirlo y controlarlo.
Tampoco lo sabemos. Pero, a diferencia de la gripe, el SARS-CoV-2 no es el campeón de la variabilidad. El virus de la gripe también tiene un genoma de ARN, pero son ocho pequeños fragmentos que pueden mezclarse con otros tipos de virus de gripe aviar o porcina, dando lugar a nuevos reagrupamientos. Su capacidad de mutación y de recombinación es mucho mayor, por eso las vacunas de la gripe hay que cambiarlas cada año y se originan virus pandémicos con más frecuencia.
Desde que comenzó, el SARS-CoV-2 se han secuenciado y comparado los genomas de varios miles de aislamientos y ¡claro que el virus muta! Todos lo hacen. De momento, sin embargo, como esperábamos, éste parece mucho más estable que el de la gripe. Quizá sea porque tiene una proteína (nsp14-ExoN) que actúa como una enzima capaz de reparar los errores que pueden ocurrir durante la replicación del genoma.
Por tanto, aunque en este caso sigue siendo válida la definición de virus como una “nube de mutantes”, el SARS-CoV-2 parece que no acumula mutaciones que afecten a su virulencia. De momento.
Además, en otras ocasiones se ha comprobado que los virus, al “saltar” de una especie animal a otra, como en este caso, se adaptan al nuevo huésped y disminuyen su virulencia. O sea, en general, no siempre que un virus muta es para hacerse más letal sino que puede ser lo contrario. De todas formas, habrá que seguir vigilando al SARS-CoV-2.
Para evitar la extensión de una epidemia hay que cortar la cadena de transmisión del virus. Se consigue cuando hay un número suficiente de individuos (por lo menos más del 60%) que están protegidos contra la infección, actúan como una barrera e impiden que el virus alcance a aquellos que aun podrían contagiarse. Esto es lo que se denomina inmunidad de grupo y se consigue cuando la gente ha pasado la enfermedad o cuando se vacuna.
Contra este virus todavía no tenemos una vacuna. ¿Hay inmunidad de grupo? Pues parece que no. Una de las conclusiones más importantes del estudio preliminar sobre seroprevalencia de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 en España es que la prevalencia se sitúa en el 5%. Algunas comunidades autónomas presentan prevalencias inferiores al 2%, mientras otras superan el 10%. Estos datos se obtuvieron mediante la detección de los anticuerpos IgG anti SARS-CoV-2 mediante la técnica de inmunocromatografía, los test rápidos. Indican que, como mucho, en algunas zonas, no más del 10% de la población ha tenido contacto con el virus. Estamos muy lejos de ese 60% o más necesario para conseguir la inmunidad de grupo.
Pero todo esto es mucho más complejo de lo que parece. Todavía no sabemos si el tener anticuerpos contra el SARS-CoV-2 —o sea, haber dado positivo en los test serológicos— realmente te asegura la inmunidad frente al virus. No sabemos, a ciencia cierta, cuánto tiempo duran esos anticuerpos ni si son neutralizantes, si bloquean al virus y te protegen de una segunda infección. Tampoco tenemos datos de la inmunidad celular, esa otra parte de nuestro sistema de defensa que no depende de los anticuerpos sino de las células y que es muy importante para vencer las infecciones virales.
En el caso de otros coronavirus, es cierto que los anticuerpos duran unos meses o años y parece que tienen cierto efecto protector. Pero esto también puede depender de la persona: no en todas ocurre lo mismo. También es cierto que hay algunos ensayos con plasma de pacientes curados del coronavirus que bloquea al virus y tiene un efecto beneficioso en personas infectadas, lo que demostraría que esos anticuerpos son protectores.
En ensayos con macacos infectados con el virus se ha comprobado que sus anticuerpos sí les protegen frente a una segunda infección. Pero son macacos. También se ha sugerido que haber tenido contacto previo con otros coronavirus, los que producen los catarros y resfriados comunes, podría tener cierto efecto protector contra el SARS-CoV-2. De momento, solo se ha demostrado en ensayos in vitro, pero podría explicar la gran cantidad de personas asintomáticas. En definitiva, la inmunidad de grupo sigue siendo un misterio.
Teniendo todo esto en cuenta se han propuesto tres posibles modelos.
1. Una segunda ola mucho más intensa en invierno de 2020 seguida de olas más pequeñas a lo largo de 2021. Este escenario sería similar a las pandemias de gripe. Pero este coronavirus no es una gripe, no tiene porque comportarse igual. Este escenario podría requerir volver a algún tipo de medidas de confinamiento más o menos intensas durante el otoño-invierno para evitar el colapso del sistema sanitario.
2) Varias olas epidémicas durante un periodo de uno o dos años. Este primer pico epidémico que acabamos de sufrir vendría seguido de olas repetitivas de forma consistente durante un par de años hasta desaparecer en algún momento en 2021-22. La frecuencia e intensidad de estos rebrotes dependería de las medidas de control de cada país.
3) Pequeños brotes sin un patrón claro de nuevas olas epidémicas. Esta primera ola estaría seguida de pequeños rebrotes que se apagarían poco a poco, en función de las medidas de control y contención de cada país. Este escenario no requeriría volver a medidas tan drásticas de confinamiento, aunque el número de casos y de muertes podría continuar durante un tiempo.
En cualquier caso, parece que no podemos descartar que el virus SARS-CoV-2 continúe circulando entre nosotros durante un tiempo. Quizá se acabe sincronizando con la época invernal y vaya disminuyendo su severidad. Aunque no haya nuevas olas epidémicas, incluir un nuevo virus respiratorio que puede tener consecuencias muy graves para un grupo importante de la población en la lista de decenas de virus respiratorios que nos visitan cada año no es una buena noticia. Cada temporada de gripe se saturan las urgencias de muchos hospitales. Añadir un nuevo virus es un problema.
El virus no ha desaparecido. Puede seguir dejando muertos por el camino. Esto es lo que está ocurriendo en otros países que ya terminaron su primera ola antes que nosotros, como Corea del Sur. En España también se han producido rebrotes en algunas ciudades durante el inicio de la desescalada. En la mayoría de los casos se relacionan con aglomeraciones (fiestas o comidas familiares).
Como no podemos estar confinados eternamente ni podemos esterilizar todos los ambientes, son fundamentales dos acciones para disminuir la frecuencia e intensidad de estos rebrotes:
1. Por parte de los ciudadanos: evitar el contagio. Ya sabemos cómo se transmite el virus y que, afortunadamente, es fácil inactivarlo. Los contagios son más frecuentes en ambientes cerrados o con mucha gente. No lo olvidemos: mucha gente, muy junta y moviéndose es lo mejor para el virus. Evitar aglomeraciones, distanciamiento entre personas, uso de mascarillas, higiene frecuente de manos, limpieza y desinfección (en ese orden), seguir las recomendaciones de Sanidad. Esto es lo que hay que exigir al ciudadano, no podemos relajarnos.
2. Por parte de las autoridades sanitarias: rastrear al virus. No podemos seguir como hasta ahora, detrás del virus, hay que tomarle la delantera. Hay que instaurar un sistema capaz de detectar a una persona infectada al menor síntoma, poder rastrear y obtener información de sus contactos, hacerles un seguimiento clínico y test de PCR y serológicos y, si es necesario, aislarlos. Detectar un brote y aislarlo. Esto requiere personal, equipamiento y sistemas de diagnóstico. Hay que estar preparados para que el sistema sanitario no vuelva a colapsarse. En esto hay que ocuparse ahora mismo, a lo que hay que dedicar todos los recursos, y no en practicar test masivos a toda la población, para sacar una foto fija de la situación. Las decisiones tienen tomarse por razones sanitarias, no políticas. Esto es lo que hay que exigir a nuestros gobiernos, que tampoco pueden relajarse.
Si has estado en contacto estrecho con alguien que haya tenido síntomas de Covid-19 a menos de 2 metros durante más de 15 minutos sin medidas de precaución, deberías aislarte durante 14 días —y exigir a las autoridades sanitarias que hicieran los test a la persona con síntomas y a tí.
Puede haber una segunda o más olas —o no. Ahora hemos apagado el incendio, pero no lo hemos extinguido, quedan rescoldos que pueden avivar el fuego. El relajamiento de las medidas de confinamiento no es porque hayamos vencido al virus, es porque también hay que salvar el medio de vida. Un confinamiento muy largo también puede causar muertes. No vamos a acabar con el virus, lo podemos esquivar. Podemos mitigar sus efectos.
No puede volver a ocurrir lo que ha pasado: esta vez sí debemos proteger a los más débiles. Eso depende de los ciudadanos y de los gobiernos.
Ignacio López-Goñi es Catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
La compañía farmacéutica Sanofi, recibió al intendente de Morón, Lucas Ghi, en el predio del Parque Industrial La Cantrábrica, en el que se emplazará su nuevo laboratorio de calidad.
Según informaron desde la empresa, la obra significará una inversión de 6 millones de euros y el laboratorio de calidad permitirá contar con tecnología de avanzada para ensayos y pruebas de de los productos actuales y portafolio a futuro.
El laboratorio, que se espera esté operativo en el primer trimestre de 2021, contará con un área de Control de Calidad, Soporte Analítico y Aseguramiento de Calidad.
Fue diseñado como un laboratorio de vanguardia, de 1500 m2. que permitirá disponer de un espacio para el control de calidad propio, conforme el marco regulatorio local, así como de entes extranjeros.
El intendente fue acompañado por el subsecretario de Desarrollo Económico Local del Municipio, Juan Carlos Martínez y ambos fueron recibidos por el representante de la empresa, Sebastien Delarive.
La doctora Julieta Méndez, coordinadora del Programa Nacional de Diabetes del Ministerio de Salud de la Nación, recordó que las personas que viven con la enfermedad “son un grupo de riesgo para el coronavirus, que deben mantener sus tratamientos y cuidados tanto para esta patologías como con otras asociadas como la hipertensión anterior”.
Lo expresó hoy al participar del parte matutino diario que emite la cartera sanitaria nacional para detallar la situación de la Covid-19 en el país.
“Es imprescindible mantener el tratamiento, tanto con insulina como con pastillas, pero también un plan de alimentación saludable con las cuatro comidas diarias y realizar 30 minutos de ejercicios por día dentro del hogar”, remarcó Méndez a la par que destacó que el aislamiento “es una excelente oportunidad para armarse una rutina y recibir la medicación tal cual lo indicó el médico”.
A su vez habló de la importancia de mantener la higiene personal en todo momento, y en especial antes de aplicarse la insulina, ya sea con jeringas o lapiceras, así como también cuidar la limpieza de todos los ambientes del hogar. También deben tener el esquema de vacunación completo para la neumonía.
Por otra parte, habló de prestar atención al cuidado de los pies, zonas en la que los pacientes pueden sufrir lesiones al punto de presentar el llamado “pie diabético”. Para ello “se los debe lavar y secar por completo todos los días, usar media de algodón en lo posible claras y no andar descalzo por la casa”.
Por último remarcó que las personas que viven solas “deben tener una red de contacto telefónico con familiares y amigos así como también contar con alguien que les lleve a sus hogares comida saludable y medicación así salen de sus hogares lo menos posible”.
Medicamentos que se desarrollaron para tratar la enfermedad de Alzheimer podrían ser rediseñados para prevenir, o incluso revertir, el daño causado a los vasos sanguíneos en personas obesas o que padecen diabetes tipo 2, según publican los investigadores en ‘The Journal of Clinical Investigation’.
Las personas que padecen síndrome metabólico, que incluye diabetes tipo 2, presión arterial alta, colesterol alto y obesidad, tienen un endurecimiento de los vasos sanguíneos que los pone en mayor riesgo de un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
En un avance, los científicos de la Universidad de Leeds y la Universidad de Dundee, en Reino Unido, han descubierto un mecanismo clave que desencadena cambios en los vasos sanguíneos, que eventualmente pueden conducir a enfermedades cardiovasculares.
Comienza cuando las personas comienzan a producir en exceso una enzima llamada BACE1 que a su vez crea una proteína llamada beta amiloide. Los niveles elevados de beta amiloide están asociados con daños en el revestimiento de la superficie de los vasos sanguíneos, el endotelio. Esto interrumpe el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos que conduce a la hipertensión arterial y la aterosclerosis, la acumulación de placa a lo largo de las paredes de los vasos sanguíneos.
Las personas que viven con diabetes tienen un mayor riesgo de ataques cardíacos o derrames cerebrales, pero aún no sabemos exactamente por qué. La nueva investigación ayuda a arrojar luz sobre la conexión.
«Si la enzima BACE1 es responsable de este mayor riesgo, representa un objetivo prometedor para nuevos tratamientos, lo que podría ayudar a las personas con diabetes a vivir vidas más largas y saludables», añade.
Los hallazgos son la culminación de ocho años de investigación, que comenzaron en Dundee y luego se expandieron a Leeds e involucraron estudios en humanos y animales.
Las investigaciones en animales analizaron el efecto de un compuesto experimental llamado M-3, que detiene las acciones de BACE1. En estudios en ratones obesos o con diabetes, se demostró que no solo detiene la enfermedad en los vasos sanguíneos, sino que la revierte.
El doctor Paul Meakin, miembro académico de la Universidad del Instituto de Medicina Cardiovascular y Metabólica de Leeds y autor principal del artículo, señala que «los efectos terapéuticos del compuesto experimental fueron marcados, y se revirtió la progresión de la enfermedad en los vasos sanguíneos gravemente dañados».
«A veces, en la ciencia, se miran los datos que se producen y hay indicios de algo allí, pero los efectos que observamos fueron dramáticos –agrega–. Y lo más emocionante es que hay medicamentos que pueden dirigirse a la enzima BACE1».
«Abre la posibilidad de que los científicos puedan desarrollar un medicamento que inhiba las acciones de BACE1, con la evidencia que sugiere que no solo puede detener el progreso de la enfermedad en los vasos sanguíneos, sino que podría revertirlo», apostilla.
BACE1 ha captado anteriormente la atención de la industria farmacéutica debido a su papel en el desarrollo de otra enfermedad importante, la enfermedad de Alzheimer, ya que está directamente relacionado con el desarrollo de placas beta amiloides que se encuentran en los cerebros de las personas que murieron con la afección.
Las compañías farmacéuticas han comenzado a desarrollar inhibidores de BACE1 que hasta ahora, han sido ineficaces para combatir el Alzheimer.
Mike Ashford, profesor de neurociencia en la Universidad de Dundee, supervisó la investigación que acaba de publicarse y destaca que este trabajo «demuestra que un proceso biológico anormal temprano, que está fuertemente relacionado con la enfermedad de Alzheimer, puede ser responsable de la enfermedad vascular y la hipertensión en personas con obesidad y diabetes».
«Estos hallazgos sugieren la posibilidad emocionante de que los medicamentos existentes que desafortunadamente no hayan mostrado ningún beneficio en los ensayos clínicos para la enfermedad de Alzheimer, se puedan usar para tratar la enfermedad vascular en este grupo de personas», añade.
El profesor Jeremy Pearson, director médico asociado de la Fundación Británica del Corazón, recuerda que «el daño a los vasos sanguíneos causado por la diabetes acelera y empeora las enfermedades circulatorias y cardíacas. Estos hallazgos identifican una nueva vía dañina que ya está dirigida por un medicamento en desarrollo para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer», añade.
Con la llegada del invierno suelen aumentar las probabilidades de contraer ciertas enfermedades respiratorias causadas por virus o bacterias. Este año, a diferencia del 2019, se produjo una disminución de las enfermedades respiratorias en todas las provincias, a excepción de Río Negro, según lo notificado por el Ministerio de Salud de la Nación.
Mientras que las enfermedades causadas por el virus de influenza se redujeron un 52%, los casos de neumonía bajaron un 57%, registrándose 19.349 casos en todo el país, y los de bronquiolitis descendieron un 74%, con 18.283 casos confirmados hasta el 24 de mayo.
Según explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, al igual que el COVID-19, la mayoría de estas enfermedades son virales y se transmiten de una persona a otra por el contacto directo con las manos contaminadas con secreciones nasales y a través de las gotitas aerotransportadas que generan al toser o estornudar aquellas personas infectadas por algún virus.
Pero, ¿Cómo se puede explicar este fenómeno? Dado que la forma de contagio de estas enfermedades típicas de invierno es similar a la del coronavirus, las medidas adoptadas para proteger a la sociedad de la pandemia, como lavarse las manos de manera constante, el distanciamiento social, el uso de barbijos, la disminución de la cantidad de personas en los medios de transporte o el cierre de colegios dan como resultado la disminución de otras patologías respiratorias, como la gripe, el resfrío, la neumonía y la bronquiolitis, explica la Dra. Valeria El Haj.
Además del uso de barbijo y el distanciamiento social para prevenir el COVID-19, la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, comparte las medidas más eficaces para protegerse a sí mismo y a los demás de las enfermedades respiratorias típicas de invierno:
La Federación Farmacéutica Internacional (FIP) difundió un comunicado en el que sostiene: “El uso de mascarillas es parte de un paquete integral de medidas de prevención y control que puede limitar la propagación de ciertas enfermedades respiratorias virales, incluido el COVID-19. Las mascarillas pueden ser usadas tanto para proteger a personas sanas que pudieran estar en contacto con un individuo infectado para el control de fuente de contagio (utilizada por una persona infectada o potencialmente infectada para prevenir el avance de la transmisión.
Las últimas recomendaciones de la OMS en el uso de mascarillas sostienen que:
La posición actual de la FIP es que todos los farmacéuticos y otros integrantes del equipo de trabajo de la farmacia deben utilizar equipo de protección personal adecuado para sus roles.
Para proteger al público y a sí mismos como trabajadores de la Salud, la FIP recomienda que aquellos roles de atención directa, al menos utilicen una mascarilla médica además de otro equipamiento de protección personal que permita prevenir la transmisión de gotas y el contacto.
La FIP está en proceso de actualizar su guía para reflejar estos cambios. Continúa siendo crítico que aquellas personas que utilicen mascarillas continúen tomando otras medidas de protección, incluyendo el distanciamiento físico y la higiene de manos utilizando un sanitizante a base de alcohol o con agua y jabón”.
Una vacuna contra el nuevo coronavirus desarrollada por la firma alemana BioNTech y la farmacéutica estadounidense Pfizer arrojó señales alentadoras al demostrar que es bien tolerada por humanos en la primera fase de ensayos clínicos , dijeron ambas compañías el miércoles.
La fórmula es una de las 17 vacunas que están siendo probadas en humanos como parte de una carrera frenética para dar con la inmunización que detenga la pandemia de coronavirus , que ha infectado a más de 10,5 millones de personas en el mundo y ha dejado hasta ahora más de 512.000 muertos.
La vacuna potencial es el cuarto medicamento en etapa preliminar que arroja resultados positivos en los ensayos en humanos, junto con proyectos que involucran a las compañías Moderna, CanSino Biologics e Inovio Pharmaceuticals.
Los papeles de BioNTech subían 4,6%, después de haber escalado hasta 19%, su mayor nivel en más de tres meses. Los títulos de Pzifer avanzaban 4,4%, a 34,13 dólares.
BioNTech dijo que las pruebas de dos dosis de su fármaco BNT162b1 en 24 voluntarios sanos mostraron que luego de 28 días habían desarrollado niveles elevados de anticuerpos ante el Covid-19 , normalmente vistos en las personas infectadas.
La compañía alemana indicó que la inoculación más concentrada de dos dosis -ambas administradas mediante dos inyecciones con una diferencia de tres semanas cada una- estuvo seguida por un breve episodio de fiebre en tres de cada cuatro voluntarios.
Una tercera dosis, probada con una concentración más elevada en un grupo separado, no se repitió después de la primera inyección porque produjo dolor en los voluntarios.
"Estos primeros resultados de ensayos demuestran que la vacuna ofrece actividad inmune y causa una fuerte respuesta inmunológica", dijo Ugur Sahin, presidente ejecutivo y fundador de BioNTech.
Sahin dijo que se estaban preparando ensayos clínicos más extensos para determinar si la vacuna puede generar protección contra la infección real.
Hasta el momento no se han aprobado vacunas contra el Covid-19 para su uso comercial. Un análisis del Instituto de Tecnología de Massachusetts realizado el año pasado mostró que una de cada tres vacunas que llegan a los estadios iniciales de pruebas en humanos consiguen autorización sanitaria.
BioNTech dijo que los datos demostraban que la terapia BNT162b1 podía administrarse en dosis que eran bien toleradas por las personas, con efectos secundarios temporales.
Agencia Reuters
Un grupo de científicos chinos ha descubierto un nuevo tipo de gripe porcina que es capaz de desencadenar una pandemia. Otra más. La nueva cepa surgió recientemente y es transportada por cerdos, pero pueden infectar a los humanos. Además, como es nueva, las personas podrían tener poca o ninguna inmunidad al virus. Es lo que sugiere un estudio publicado en la revista científica estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
"Posee todas las características esenciales de estar altamente adaptado para infectar a los humanos", dicen los autores, científicos de universidades chinas y del Centro de Control y Prevención de Enfermedades del gigante asiático. Sobre todo, advierten, existe el riesgo de que los virus pasen de animales a humanos en las áreas más pobladas de China, donde millones de personas viven cerca de granjas, mataderos y mercados húmedos que no pasan los controles sanitarios adecuados.
El nuevo estudio se centra en un virus de la gripe denominado G4, que desciende genéticamente de la cepa H1N1, una vieja conocida que ya provocó una pandemia en 2009, causando la muerte de entre 150.000 y 500.000 personas en todo el mundo. La nueva cepa de gripe es similar a la gripe porcina de hace 11 años, pero con algunos cambios. Según el informe, tiene además una combinación única de tres linajes: uno similar a las cepas encontradas en aves europeas y asiáticas, la cepa H1N1 que causó la pandemia de 2009 y una H1N1 norteamericana que tiene genes de los virus de la gripe aviar, humana y porcina.
"La variante G4 es especialmente preocupante porque su núcleo es un virus de influenza aviar, al que los humanos no tienen inmunidad, con fragmentos de cepas de mamíferos mezclados en humanos", ha explicado en la revista científica Science Edward Holmes, un biólogo de la Universidad de Sidney que estudia los patógenos.
Entre 2011 y 2018, como parte de un proyecto para identificar posibles cepas de influenza -enfermedad respiratoria contagiosa- pandémica, un equipo dirigido por Liu Jinhua de la Universidad Agrícola de China (CAU) analizó cerca de 30.000 hisopos nasales tomados de cerdos en mataderos en 10 provincias chinas y otros 1.000 hisopos de cerdos con síntomas respiratorios en un hospital veterinario. A partir de estas muestras, los investigadores identificaron 179 virus de la influenza porcina, pero no todos representaron una preocupación. Algunos sólo aparecieron un año de los siete del programa, o eventualmente disminuyeron a niveles no amenazantes.
En cambio, algunos trabajadores de granjas también mostraron niveles elevados del virus en la sangre. En las provincias de Hebei y Shandong más del 10% de los empleados de granjas porcinas dieron positivo en una encuesta de 2016 a 2018. Aunque estos casos documentados fueron infecciones sin salida que no se transmitieron a otras personas. Por lo tanto, el virus ya pasó de animales a humanos, pero todavía no hay evidencia de que pueda transmitirse de humano a humano, la principal preocupación de los científicos. Los síntomas son similares a los de la gripe humana normal y puede incluir fiebre, letargo, falta de apetito, tos, secreción nasal, dolor de garganta, náuseas, vómitos y diarrea.
"El virus G4 ha mostrado un fuerte aumento desde 2016, y es el genotipo predominante en circulación en cerdos detectados en al menos 10 provincias", se lee en el estudio. Sun Honglei, el primer autor del artículo, dice que la inclusión de genes de G4 de la pandemia de H1N1 de 2009 puede "promover la adaptación del virus que conduce a la transmisión de humano a humano".
Sun apunta además a que "tendría sentido desarrollar una vacuna contra el virus G4 tanto para cerdos como para humanos".
Los investigadores llevaron a cabo varios experimentos, incluso en hurones, que se usan ampliamente en estudios de gripe porque experimentan síntomas similares a los humanos. Observaron que el G4 era altamente infeccioso, se replicaba en células humanas y causaba síntomas más graves en hurones que otros virus. Las pruebas también mostraron que cualquier inmunidad que los humanos obtienen de la exposición a la gripe estacional no brinda protección contra G4.
En la revista Science, Martha Nelson, bióloga evolutiva del Centro Internacional Fogarty, dice que es difícil saber si su propagación es un problema creciente, dado el tamaño de muestra relativamente pequeño, por lo que "es necesario hacer tomar más muestras en los cerdos chinos".
La empresa china de biotecnología CanSino Biologics ha informado de que la Comisión Militar Central de China ha dado el visto bueno para que el ejército inyecte a los militares del país con Ad5-nCoV, el principal candidato a vacuna contra el covid-19 de la compañía, desarrollado junto a la Academia de Ciencias Militares, por un período de un año.
Se trata, tal y como se desprende de un artículo publicado en la revista 'Fortune', y recogido por la plataforma Sinc, es una de las ocho vacunas candidatas de China aprobadas para ensayos en humanos en el país y en el extranjero para la enfermedad causada por el coronavirus. También tiene aprobación para pruebas en humanos en Canadá.
Los primeros datos de esta vacuna fueron publicados a finales de mayo en un estudio revisado por pares en la revista 'The Lancet'. Los autores indicaron que habían logrado resultados prometedores en fase I de su vacuna con 108 adultos sanos, tras 28 días de ensayos.
También indicaron que la nueva vacuna era segura, bien tolerada y capaz de generar una respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2 en humanos. En principio, los resultados finales iban a ser evaluados en seis meses.
En este sentido, el presidente de CanSino Biologics, Yu Xuefeng, ha señalado que los ensayos clínicos de fase I y II del candidato a la vacuna han demostrado un "buen perfil de seguridad" y altos niveles de respuesta inmunitaria en los pacientes.
"No obstante, los ensayos solo muestran que la vacuna tiene el potencial de prevenir el Covid-19 y que la aprobación de la vacuna para ser probada en militares no garantiza que vaya a ser aprobada para un uso comercial más amplio en el futuro", ha avisado.
Por su parte, la bioquímica de Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), Mercedes Jiménez Sarmiento, ha avisado de que plantear una vacunación a gran escala antes de estudiar los efectos en un numero de voluntarios suficientes (miles) que es lo que se requiere en la fase III, parece "arriesgado".
"El hecho de que el candidato a vacuna se esté desarrollando en colaboración con la Academia de Ciencias Militares, podría explicar también ese secretismo", ha comentado, para recordar que en el estudio de 'The Lancet' mencionado se mostraron datos cuantitativos de efectividad y seguridad de este candidato a vacuna en un número de individuos acorde con la fase I y anunciaron el pase a la fase II.
"Plantear una vacunación a gran escala antes de estudiar los efectos en un numero de voluntarios suficientes (miles) que es lo que se requiere en la fase III, parece arriesgado. Es preocupante que no se revele si la vacunación va a ser o no voluntaria, ya que se requiere que sea voluntaria e informada", ha zanjado la investigadora.