Los tratamientos modernos para la hepatitis C cambiaron radicalmente el paradigma de esta enfermedad, tanto que días atrás le valieron el Premio Nobel de Medicina a los investigadores que descubrieron el virus y sentaron las bases para el desarrollo de los antivirales de acción directa, drogas que logran curar en solo 8 a 12 semanas a más del 95% de los pacientes. La Asociación Buena Vida aprovechó para subrayar que el Estado concretó una nueva compra de estos tratamientos, que ya están entregándose, por lo que continúa con la búsqueda de nuevos pacientes y de aquellos que tengan diagnostico positivo, pero que a día de hoy no han sido curados, algo que pone en riesgo severo su salud.
"El camino hacia la cura de la hepatitis C arranca con el diagnóstico. Saber que se tiene el virus es el primer paso. A partir de allí, hoy están dadas todas las condiciones para curarse rápidamente de una enfermedad grave, potencialmente mortal. El médico tratante tiene que indicar el tratamiento curativo y el prestador de salud proveerlo. En el caso del Estado, ya se compraron más de 2000 tratamientos y está garantizado el acceso a estos", describió Rubén Cantelmi, paciente curado y presidente de la Asociación Civil Buena Vida.
Además, "esta compra reciente que concretó el Estado incluye los más modernos medicamentos 'pangenotípicos', que significa que pueden curar cualquier genotipo o "subtipo" del virus e inclusive a casos de estadio avanzado de daño hepático o con enfermedad renal como comorbilidad. Garantizadas las condiciones de acceso al diagnóstico y al tratamiento nos obliga a reforzar que no hay tiempo que perder en esta batalla a la erradicación del virus", remarcó el Dr. Ezequiel Mauro, médico hepatólogo, Coordinador del Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación.
Para cuando surjan obstáculos para identificar a profesionales de la salud que atienden en distintas zonas del país o en el acceso a estudios de control o a la medicación, Buena Vida brinda asesoramiento a través del 0800-220-0288 gratuito de lunes a viernes de 10 a 18.
"En ocasiones, pacientes con diagnóstico positivo de hepatitis C nos refieren que sus médicos prefieren esperar para indicar el tratamiento, porque su enfermedad no está muy avanzada, por lo que consideran que la obra social, la prepaga o el Estado le demorarán la entrega de medicación. Esto no solo no tiene sustento científico, sino que culmina en un grave error. Lo cierto es que las Guías de Diagnóstico y Tratamiento de este virus en Argentina y en el mundo establecen que todos deben tratarse, independientemente del grado de avance de la enfermedad. De hecho, cuanto antes uno se cure, menos daño presentará en el hígado y mejor salud general tendrá el paciente. Finalmente, es importante destacar que no hay ninguna reglamentación que impida el acceso al tratamiento en función de la gravedad, sino que -por el contrario- desde el Ministerio de Salud se entregan con cobertura de forma universal", agregó Cantelmi.
"No es la situación más habitual. De hecho, en Buena Vida estamos muy entusiasmados con el trabajo conjunto que venimos realizando con la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE), estableciendo puentes en distintas ciudades del país adonde estamos empezando a tener presencia y la sociedad médica nos va abriendo puertas para generar vínculos con los médicos del lugar y poder desarrollar juntos iniciativas de concientización, generar grupos de acompañamiento y ayudar a los pacientes en forma integral", sostuvo Mauro Fernández, Referente de la región Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, con base en Junín, y Coordinador del Programa de Formación de Referentes de Buena Vida, que ya cuenta también con representantes regionales en Córdoba, Santa Fe, San Juan y Santiago del Estero.
La hepatitis C, riesgo y detección
El virus de la hepatitis C no duele, no te pone amarillo, no te da síntomas de ningún tipo; pasa inadvertido durante décadas hasta que se manifiesta, pero -mientras tanto- puede ir dañando lentamente y en forma irreversible al hígado, un órgano indispensable para vivir.
Todos podemos haber estado expuestos al virus sin saberlo, porque se contagiaba por contacto con sangre contaminada, sobre todo años atrás cuando no se tomaban todas las medidas de esterilización en el odontólogo o en la manipulación de instrumental quirúrgico en general, en tratamientos de belleza, en la realización de tatuajes y la colocación de piercings. También son vías de contagio las afeitadoras o inclusive los cepillos de dientes.
"Hoy hay más conciencia y mejores prácticas, por lo que consideramos que es mucho más bajo el riesgo de contagiarse. Sin embargo, nos preocupan todos los que contrajeron el virus entre los años 80 y 90 y vienen conviviendo con la infección hace algunas décadas. Llevan consigo una bomba de tiempo y la enorme mayoría no solo no lo sabe, sino que hoy tienen la gran oportunidad de curarse", reconoció Rubén Cantelmi.
"Venimos realizando un esfuerzo grande junto con los equipos de salud, las sociedades científicas, las organizaciones de pacientes y autoridades de los diferentes Sub-sistemas de Salud, cuya finalidad es darle prioridad en la agenda a la hepatitis C. Desde el descubrimiento del virus hace 30 años, y por el que recientemente fueron reconocido los descubridores del virus con el Premio Nobel de Medicina 2020, la enfermedad ha tenido su punto de inflexión en el devenir de nuevos antivirales de acción directa, los cuales logran curar a casi la totalidad de las personas en tan solo 8 ó 12 semanas, lo que disminuye el riesgo de cirrosis, carcinoma hepatocelular y muerte", agregó el Dr. Mauro.
Es entendible la preocupación general ante la pandemia de COVID-19, "pero muchas otras condiciones de salud como las enfermedades del hígado son preocupantes y las personas tienen que hacer algo al respecto. En el caso de las hepatitis virales, desde Buena Vida, y alineados con los especialistas, insistimos en que todos los mayores de 18 años y mujeres gestantes se efectúen el test de hepatitis B y C, al menos una vez en la vida: es un sencillo análisis de sangre, que se le puede exigir al médico que lo indique entre los controles de rutina, dado que es una de las recomendaciones actuales a nivel mundial y nacional.", completó Mauro Fernández.
Las carteras provinciales de Salud; y de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, junto a la Universidad Nacional de La Plata y al Conicet firmaron un convenio para desarrollar un kit de extracción rápida de Ácido RiboNucléico (ARN) para el diagnóstico de COVID-19 mediante nanopartículas magnéticas.
El nuevo sistema fue desarrollado por científicas y científicos bonaerenses de la Universidad Nacional de La Plata y del Conicet. Es más rápido y económico porque no necesita gran equipamiento de laboratorio, y al producirse en el país, reemplazaría los productos importados. Abastecerá, en principio, a la red pública de laboratorios de la Provincia.
Su función, explicaron las y los especialistas, es atraer el componente genético del virus mediante pequeñas partículas, como si se tratase de un imán, y de esta manera permitir su identificación.
“Desde el principio de la pandemia, la subsecretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación, se puso a disposición del ministerio de Salud para poder detectar cuáles eran las problemáticas que tenían para poder hacer frente a la pandemia. Con esa premisa, nosotros estuvimos muy en contacto con el sector científico tecnológico relevado los proyectos que venían llevando adelante”, detalló el subsecretario de Ciencia, Tecnología e Innovación, Federico Agüero.
Lo novedoso del kit es que no requiere el uso de centrífugas, un equipo costoso que no está disponible en todos los laboratorios, lo que significaba, hasta ahora, una limitación y un menor procesamiento de muestras.
Claudia Rodríguez Torres, investigadora del CONICET, explicó que gracias a esto, el equipo laboratorio para hacer el diagnóstico puede ser muy sencillo. Además, señaló que “lleva menos tiempo en el proceso de extracción de ARN y reemplazaría los productos importados por productos que podemos fabricar de industria nacional”.
En efecto, el kit acorta el primer paso del diagnóstico, requiriendo solo 20 minutos, es mas económico porque requiere menos insumos y permitirá duplicar la cantidad de resultados diarios al permitir procesar más muestras.
“El desarrollo de esa nueva técnica surge cuando desde el ministerio de Salud, y desde el equipo de diagnóstico advertimos que el paso limitante es la extracción del ARN. Ahí articulamos con el ministerio de Producción, Ciencia e Innovación para ver cuál era la manera de encontrar una solución a esta problemática”, señaló Marina Pifano, asesora del ministerio de Salud.
El proyecto es el resultado de dos convocatorias que realizó el MINCyT desde Nación vinculadas a las temáticas de covid-19, y “permite visibilizar las capacidades que tiene el sector científico tecnológico bonaerense para dar respuesta a las problemáticas de los bonaerenses, en particular en el marco de esta pandemia”, celebró Agüero.
De esta innovación participan también el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular (IBBM), del Centro Regional de Estudios Genómicos (CREG), del Instituto de Investigaciones Fisioquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) y del Instituto de Física de la Plata (IFLP).
Dos estudios publicados este miércoles en la revista Blood Advances sugieren que las personas con grupo sanguíneo 0 pueden tener un riesgo menor de infección por COVID-19 y una menor probabilidad de resultados graves, incluidas complicaciones orgánicas, si se enferman, mientras las de grupo A y AB pueden tener un mayor riesgo de resultados clínicos graves.
A medida que continúa la pandemia, la comunidad de investigación biomédica mundial está trabajando urgentemente para identificar los factores de riesgo del coronavirus y los posibles objetivos terapéuticos. El papel potencial del tipo de sangre en la predicción del riesgo y las complicaciones de la infección por COVID-19 ha surgido como una cuestión científica importante.
Estos nuevos estudios añaden evidencia de que puede haber una asociación entre el tipo de sangre y la vulnerabilidad al COVID-19, aunque se necesita investigación adicional para comprender mejor por qué y qué significa para los pacientes, explican los autores.
El tipo de sangre 0 puede ofrecer cierta protección contra la infección por COVID-19, según un estudio retrospectivo.
Los investigadores compararon los datos del registro de salud danés de más de 473.000 personas sometidas a pruebas de COVID-19 con los datos de un grupo de control de más de 2,2 millones de personas de la población general. Entre los COVID-19 positivos, encontraron menos personas con el tipo de sangre 0 y más personas con los tipos A, B y AB.
Los resultados del nuevo estudio también sugieren que las personas con los tipos de sangre A, B o AB pueden tener más probabilidades de infectarse con COVID-19 que las personas con el tipo 0. Los investigadores no encontraron ninguna diferencia significativa en la tasa de infección entre A, B y Tipos AB. Dado que las distribuciones de los grupos sanguíneos varían entre los subgrupos étnicos, los investigadores también controlaron el origen étnico y mantuvieron que menos personas con el tipo de sangre 0 dieron positivo al virus.
"Es muy importante considerar el grupo de control adecuado porque la prevalencia del tipo de sangre puede variar considerablemente en diferentes grupos étnicos y diferentes países", señala el autor del estudio, Torben Barington, del Hospital Universitario de Odense y la Universidad del Sur de Dinamarca.
"Tenemos la ventaja de contar con un grupo de control fuerte: Dinamarca es un país pequeño, étnicamente homogéneo con un sistema de salud pública y un registro central de datos de laboratorio, por lo que nuestro control se basa en la población, lo que da a nuestros hallazgos una base sólida", reconoce.
Los grupos sanguíneos A y AB se asocian con un mayor riesgo de resultados clínicos graves de la infección por COVID-19 Las personas con los grupos sanguíneos A o AB parecen exhibir una mayor gravedad de la enfermedad COVID-19 que las personas con los grupos sanguíneos 0 o B.
Los investigadores examinaron datos de 95 pacientes con COVID-19 en estado crítico hospitalizados en Vancouver (Canadá). Descubrieron que los pacientes con los grupos sanguíneos A o AB tenían más probabilidades de requerir ventilación mecánica, lo que sugiere que tenían mayores tasas de lesión pulmonar por COVID-19. También encontraron que más pacientes con grupos sanguíneos A y AB requirieron diálisis por insuficiencia renal.
Juntos, estos hallazgos sugieren que los pacientes de estos dos grupos sanguíneos pueden tener un mayor riesgo de disfunción o insuficiencia orgánica debido a COVID-19 que las personas con tipos de sangre 0 o B.
Además, si bien las personas con tipos de sangre A y AB no tenían más estancias hospitalarias generales que aquellos con tipos 0 o B, permanecieron en la unidad de terapia intensiva (UTI) durante un tiempo promedio más largo, lo que también puede indicar un mayor nivel de gravedad de COVID-19.
La parte única de nuestro estudio es nuestro enfoque en el efecto de gravedad del tipo de sangre en el COVID-19. Observamos este daño pulmonar y renal y, en estudios futuros, querremos descubrir el efecto del grupo sanguíneo y del COVID-19. en otros órganos vitales", explica el autor del estudio, Mypinder S. Sekhon, de la Universidad de Columbia Británica.
"De particular importancia a medida que continuamos atravesando la pandemia, ahora tenemos una amplia gama de sobrevivientes que están saliendo de la parte aguda de COVID-19, pero necesitamos explorar mecanismos por los cuales arriesgar estratificar a aquellos con efectos a más largo plazo", añade. (Europa Press)
El hallazgo podría ser de relevancia en la pandemia de covid-19, ya que trabajos recientes indican que el SARS-CoV-2 también podría causar esta enfermedad en algunos pacientes.
La infección por algunos enterovirus –género de virus que comúnmente causan enfermedades de diversa gravedad– podría activar la aparición de diabetes, a pesar de que su efecto directo in vivo y su mecanismo de acción molecular son desconocidos.
Ahora, un equipo del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer, que lidera Nabil Djouder en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), demuestra por primera vez cómo el enterovirus coxsackievirus tipo B4 (CVB4) podría inducir diabetes. El hallazgo, publicado en Cell Reports Medicine, constituiría un paso fundamental para abrir la vía a la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas.
Los autores apuntan, además, que el descubrimiento podría ser de relevancia para afrontar la pandemia de covid-19, ya que la información clínica indica una posible relación entre infección por SARS-CoV-2 y diabetes.
“Dado que el receptor de este virus está expresado en el páncreas endocrino, podría operar y causar diabetes de una forma similar al CVB4, independientemente de la reacción inmunitaria”
Coxsackievirus B pertenece a la familia de los enterovirus, que también incluye el polivirus y el echovirus, y puede causar desde enfermedades leves similares a la gripe hasta otras de mayor gravedad, como miocarditis, pericarditis, meningitis o pancreatitis. Se sospechaba que estos virus pueden causar diabetes en humanos, pero se desconocían los mecanismos moleculares de este efecto.
Con el objetivo de encontrar y describir estos sistemas, los científicos del CNIO trabajaron con modelos animales injertados con células pancreáticas humanas infectadas por CVB4, así como con células productoras de insulina tanto humanas como de ratón, también infectadas por este virus.
Así, observaron que la infección por CVB4 causa la desregulación de URI, una proteína que regula el funcionamiento de numerosas actividades celulares. “En este caso, dicha desregulación desencadena una cascada de eventos moleculares que llevan a la modificación del genoma mediante hipermetilación y silenciamiento de Pdx1”, explica Djouder.
“Este es un gen crítico para la identidad y la función de las células beta presentes en el páncreas endocrino, en los llamados islotes de Langerhans, responsables de la producción y secreción de la insulina, la hormona que reduce los niveles de glucosa en sangre”, añade el experto. “El silenciamiento de PDX1 origina la pérdida de identidad y función de las células beta, que pasan a asemejarse a las células alfa, que están a cargo del aumento de los niveles de glucosa en sangre, lo que lleva a hiperglicemia y diabetes independientemente de la respuesta inmunitaria”.
Los investigadores comprobaron sus hallazgos mediante varios modelos de ratón modificados genéticamente y estudios genómicos, mostrando que la pérdida de URI en el páncreas de ratón altera la identidad y función de las células beta y causa diabetes. Además, observaron que ratones diabéticos que sobreexpresan URI en estas células son más tolerantes a la glucosa.
Finalmente, también observaron en páncreas procedentes de pacientes diabéticos que la expresión de URI, PDX1 y las partículas virales están correlacionadas en las células beta, indicando una relación causal entre la infección por enterovirus y la diabetes en humanos.
Los resultados podrían ayudar a avanzar los conocimientos sobre los efectos patológicos del virus causante de la actual pandemia: “A semejanza de nuestras investigaciones sobre los enterovirus, algunas observaciones clínicas recientes han asociado SARS-CoV-2 a la aparición de diabetes en pacientes infectados”, indica Djouder.
“Dado que el receptor de SARS-CoV-2 está presente en las células beta, sería interesante estudiar si este virus también altera la función de URI y silencia la expresión de PDX1 para afectar a la función de las células beta, promoviendo la diabetes”.
Los investigadores también sugieren que una posible estrategia preventiva y terapéutica podría ser utilizar, en combinación con terapias antivirales, inhibidores de la metiltransferasa de ADN, proteína responsable de la hipermetilación del genoma y el silenciamiento de Pdx1.
Es más, el equipo ha demostrado que esta clase de inhibidores restaura la expresión de PDX1 y la tolerancia a la glucosa en ratones diabéticos. Algunos de estos inhibidores ya han sido licenciados para su uso clínico en tratamientos oncológicos, lo que podría acelerar su aplicación en estos casos.
La contaminación del aire se asocia con un mayor riesgo de ingresos hospitalarios por diferentes trastornos neurológicos, incluida la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Son los datos de un estudio a largo plazo llevado a cabo en más de 63 millones de adultos mayores estadounidenses, dirigido por investigadores en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.
El trabajo es el primer análisis a nivel nacional del vínculo entre la contaminación por partículas finas (PM2.5) y las enfermedades neurodegenerativas en EE.UU. y contiene una cantidad de datos incomparable en comparación con cualquier estudio anterior sobre la contaminación del aire y los trastornos neurológicos.
El estudio se publica en «The Lancet Planetary Health».
Los investigadores analizaron durante 17 años (2000-2016) los datos de ingresos hospitalarios de 63.038.019 beneficiarios de Medicare en EE. UU. Los investigadores relacionaron estos datos con concentraciones estimadas de PM2.5 en función de su código postal.
Teniendo en cuenta los posibles factores de confusión como el nivel socioeconómico, lo científicos encontraron que, por cada aumento de 5 microgramos por metro cúbico de aire (μg / m3) en las concentraciones anuales de PM2.5, había un incremento del 13% en el riesgo de ingresos hospitalarios para la enfermedad de Parkinson y para el alzhéimer y demencias relacionadas.
Este riesgo se mantuvo elevado incluso por debajo de los niveles supuestamente seguros de exposición a PM2.5, que, según los estándares actuales de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU., es de una media anual de 12 μg / m3 o menos.
Las mujeres, los blancos y las poblaciones urbanas eran particularmente susceptibles, encontró el estudio. El riesgo más alto de ingresos hospitalarios por primera vez por enfermedad de Parkinson se detectó entre adultos mayores en el noreste de EE. UU.; en el caso de alzhéimer y demencias relacionadas, los adultos mayores en el Medio Oeste tenían el mayor riesgo.
«Nuestro estudio muestra que los estándares actuales no protegen lo suficiente a la población estadounidense que envejece, lo que destaca la necesidad de estándares y políticas más estrictas que ayuden a reducir aún más las concentraciones de PM2.5 y mejorar la calidad del aire en general», concluye Antonella Zanobetti, investigadora principal y coautora principal del estudio.
(Consenso Salud)
En sólo siete meses, un equipo de investigadores del CONICET y del Instituto Nacional de Tecnología Agropercuaria (INTA) obtuvo nanoanticuerpos monoclonales recombinantes VHH provenientes de llamas, y anticuerpos policlonales IgY derivados de la yema de los huevos de gallina, capaces de neutralizar la infección por el coronavirus SARS-CoV-2. Estos resultados posicionan a la Argentina como el primer país de Sudamérica con la potencialidad de convertir estas moléculas en productos terapéuticos.
Los ensayos de neutralización llevados a cabo tanto con pseudovirus como con el virus salvaje confirmaron que estas moléculas inhiben la infección viral provocada por el SARS-CoV-2, resultando tratamientos innovadores contra la enfermedad de COVID-19 y complementarios a las vacunas y otros métodos disponibles.
Roberto Salvarezza, Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, se refirió al logro de los anticuerpos monoclonales de llama y a los policlonales de yema, y los consideró “dos posibilidades de terapia que se suman a otras que han desarrollado científicos y científicas, investigadores e investigadoras que, nuevamente, muestran las capacidades de nuestros investigadores de trabajar y lograr, en tiempos récord, productos de innovación”.
En esta línea, agregó: “Es una muestra de la capacidad que tiene nuestro país y de nuestros investigadores. En esta pandemia estamos viendo el camino, el de búsqueda de que nuestro conocimiento llegue a la sociedad a fin de solucionar los problemas. Me siento orgulloso y destaco todo el mérito del grupo que estuvo trabajando. Un gran éxito y esperemos que se cumplan las etapas que faltan”..
Luis Basterra, Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, se refirió al logro y señaló: “Entre el INTA y el CONICET nos muestran el potencial que tienen nuestros profesionales; lo que significa tener una política soberana en cuanto al desarrollo de conocimiento”.
Este logro tiene calidad de anuncio internacional en términos de logro científico y pone a la vanguardia de lo que son las distintas alternativas para la lucha contra la COVID-19.
Para Basterra, “este es el camino, el del compromiso y la interacción público privada para que este tipo de desarrollos contribuyan a resolver un problema tan grave como la COVID-19, pero, a la vez, formar capacidades para resolver estos problemas en el campo de la salud humana, animal y vegetal”.
A su turno, Susana Mirassou –presidenta del INTA– señaló que es “un gran honor para el INTA estar a la altura de las circunstancias en un momento de pandemia, aportando conocimiento y desarrollos científicos, tales como la producción de nanoanticuerpos monoclonales”. En este sentido, indicó que se trata de “un momento realmente muy importante gracias a los equipos de trabajo de INTA asociados con CONICET que vienen transitando un largo camino desde 2005”.
“Es realmente un gran orgullo”, reconoció Mirassou, al tiempo que destacó el trabajo del equipo técnico de investigación y de campo que hizo posible este logro en tiempo récord. En esta línea, reconoció los aportes del sector privado para cooperar con equipamiento y con las llamas, que también contó con el financiamiento del Agencia Nacional de Investigación Científica.
“Es un paso importantísimo que da muestra de la sinergia que se genera cuando se trabaja de manera colaborativa fruto de la articulación publico privada, así se dinamiza, es la forma de trabajar: unidos y buscando soluciones, aportando a mejorar las soluciones para esta pandemia”, señaló.
Un logro internacional
“Los nanoanticuerpos monoclonales recombinantes VHH y los anticuerpos policlonales IgY representan dos estrategias para el tratamiento preventivo y terapéutico de pacientes afectados de COVID-19”, señaló Viviana Parreño, investigadora del CONICET en el Grupo Vinculado INCUINTA al Instituto de Virología e Innovaciones Tecnológicas (IVIT, CONICET-INTA), coordinadora científica de INCUINTA del INTA y responsable del proyecto junto con Itatí Ibañez, investigadora del CONICET en el Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE).
Los ensayos que demostraron la actividad neutralizante de las moléculas fueron inicialmente realizados en el laboratorio por Itatí Ibañez con pseudo partículas virales y, paralelamente, confirmados con el virus salvaje en el Servicio de Virosis Respiratorias del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) de la ANLIS-Malbrán, por la investigadora Elsa Baumeister, y,en el Instituto Politécnico de Virginia -Estados Unidos-, por el científico Jonathan Auguste.
“Esperamos en tres meses contar con los ensayos preclínicos de los VHH e IgY neutralizantes en ensayos preclínicos en un modelo ratón para COVID-19”, reconoció Andrés Wigdorovitz, investigador del CONICET y director de INCUINTA y de Bioinnovo SA, la empresa de base tecnológica formada por INTA y Vetanco SA.
Las moléculas de llamas “representan una tecnología que permite administrar un producto farmacológicamente definido, un anticuerpo monoclonal recombinante, que podrá administrarse en forma de nebulización para prevenir o tratar la infección respiratoria, mientras que los anticuerpos IgY representan una terapia policlonal de aplicación tópica u oral”, destacó Parreño.
Los resultados obtenidos ubican a la Argentina “entre el selecto grupo de países que han desarrollado nanoanticuerpos: Estados Unidos, China, junto con Suecia y Bélgica, entre otras naciones de la Unión Europea”, afirmó y describió: “Este desarrollo científico posiciona al país como el primero en el hemisferio sur en dar cuenta de este logro”.
Este proyecto, elegido entre más de 900 propuestas en la convocatoria de la Agencia I+D+i en el marco de las acciones de la “Unidad Coronavirus” que integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el CONICET, “demostró poder cumplir en tiempo record los objetivos que se propuso”, reconoció Itatí Ibañez, viróloga molecular, quien junto con Marina Bok y Florencia Pavan construyeron la biblioteca de genes VHH en tan sólo 10 días.
Una vez finalizadas las pruebas preclínicas y de seguridad en animales, se podrá comenzar con la fase de escalado y producción bajo buenas prácticas de manufactura, para su posterior prueba en ensayos clínicos con la aprobación de la autoridad regulatoria. De este modo, las dos estrategias se podrán sumar a las terapias de plasma e Igs humanas y de anticuerpos policlonales equinos que ya se encuentran en fase clínica.
La biblioteca de nanoanticuerpos
La inmunización de una llama en la unidad experimental del INTA y la posterior construcción de una biblioteca de nanoanticuerpos de llamas contra la COVID-19 fue la puerta de entrada para obtener nanoanticuerpos con la capacidad de inhibir la infección viral provocada por el coronavirus SARS-CoV-2.
En este recorrido de producir los nanoanticuerpos, los investigadores inmunizaron a Spike –nombre de la llama– con la proteína que forma la corona del SARS-CoV-2. Luego extrajeron una muestra de sangre y, de allí, los linfocitos circulantes. A partir de esas células se purificó el ARN –ácido ribonucleico– mensajero, que contiene información de los anticuerpos que elabora el camélido.
Este primer reservorio “elaborado en la Argentina contiene información genética sobre los anticuerpos que producen estos camélidos frente al SARS-CoV-2. Mediante un biopaneo de la biblioteca es posible seleccionar los anticuerpos que generan estos camélidos cuando son expuestos a la proteína del virus y que poseen la capacidad de neutralizar la infección viral”, señaló Marina Bok, investigadora de INCUINTA.
Con la información codificada en los genes VHH se obtuvieron anticuerpos monoclonales que demostraron su capacidad para inhibir una infección viral utilizando tres ensayos de neutralización diferentes.
Los nanoanticuerpos y los anticuerpos IgY obtenidos podrán utilizarse como tratamientos preventivos y terapéuticos de COVID-19, aunque también son herramientas útiles para el desarrollo de métodos inmunodiagnósticos, entre otras aplicaciones.
Con el objetivo de sensibilizar a la población sobre el cáncer de mama, el Instituto Nacional del Cáncer (INC) desarrollará una serie de actividades para difundir información sobre esta enfermedad, cómo detectarla en forma temprana, recomendaciones para su atención durante la pandemia de COVID-19 y dará a conocer historias de vida de pacientes.
Así, durante el mes de concientización se llevará adelante una campaña en las redes sociales del INC de Facebook, Instagram y Twitter, en la que se publicarán mensajes sobre controles, síntomas, factores de riesgo e información de interés general para la población.
Durante el mes se previeron distintas charlas a las que se podrá ingresar desde cualquier dispositivo a través del siguiente vínculo
Las próximas son: el 19 de octubre a las 18.30 dedicada a la detección temprana, y el 20 a las 18.00 sobre prevención junto con la Facultad de Medicina de Buenos Aires. El miércoles 21 a las 12hs., la Directora Nacional del INC, Patricia Gallardo, realizará una jornada Federal que contará con la participación de la Secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, integrantes del Programa Nacional de Control de Cáncer de Mama y equipos sanitarios provinciales. Ese mismo día a las 19.00, desde Mendoza, la exposición estará dedicada a las pautas de tamizaje en cáncer de mama durante la pandemia de COVID-19.
Finalmente, el jueves 22 a las 19.00, la disertación desde Rosario estará dedicada a brindar recomendaciones en la atención y gestión de pacientes con cáncer de mama en el contexto actual, en el marco de las Jornadas intersocietarias en Mastología- Atención durante la pandemia y actualidad en Salud Pública.
El cáncer de mama es un problema de salud pública en muchos países y también en la Argentina, tanto por la cantidad de mujeres que son afectadas como por las complejidades que impone su control.
A nivel nacional hay más de 21.000 casos nuevos y mueren unas 6.100 mujeres cada año, lo que convierte a esta enfermedad en la primera causa de muerte por cáncer en mujeres argentinas. Sin distinción de sexos, es el cáncer de mayor incidencia y uno de los que muestra mayores índices de mortalidad, luego del de pulmón y del de colorrectal.
La detección temprana, el diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado y oportuno, son las herramientas necesarias para el control del cáncer de mama. La mamografía es el único método reconocido para la detección precoz de esta enfermedad en su fase asintomática, cuando todavía la lesión no es palpable. Esto hace posible recurrir a mejores posibilidades de cura y tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado.
El INC cuenta con el Programa de Control de Cáncer de Mama (PNCM) destinado a promover y asegurar la calidad y equidad del cuidado de las personas en riesgo, sospecha o confirmación de cáncer de mama; en la detección precoz y en garantizar un acceso al cuidado continuo, integral, adecuado y oportuno de esta enfermedad en Argentina.
Aun así, los asmáticos deben seguir extremando las medidas preventivas frente al Covid-19 consistentes en las 3 M (metros de distancia, lavado de manos y uso de mascarilla) y 3 C (evitar lugares cerrados, concurridos y contacto cercano).
Las personas con enfermedades respiratorias no están exentas del uso de mascarilla, según las recomendaciones de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
«Los resultados de este estudio son de interés para nuestros asmáticos, porque señalan que no tienen mayor riesgo que la población general de ser hospitalizados e intubados y, por lo tanto, pueden ayudar a disminuir la angustia de estos pacientes frente a la Covid-19. Pero no deben llevarlos a bajar la guardia, porque pueden acabar en el hospital como otros pacientes con Covid-19 y, por tanto, los neumólogos debemos recalcar que no están exentos de utilizar mascarillas, como otros pacientes con otras enfermedades respiratorias», señala la doctora Marina Blanco Aparicio, neumóloga y coordinadora del Área de Asma de la SEPAR.
Existen factores de riesgo para padecer Covid-19 grave, como son la obesidad, la hipertensión o la diabetes. Hasta ahora, el CDC (Center for Disease Control) de Estados Unidos, asumía que las personas con asma tenían un riesgo más alto de ser hospitalizadas o de sufrir formas graves de Covid-19, pero el escaso número de asmáticos entre los hospitalizados en muchos estudios internacionales lo ha puesto en duda y ha llevado a estudiar si este riesgo está sobreestimado.
Por ello, el ANNALSATS ha comparado la prevalencia del asma entre los pacientes hospitalizados por Covid-19, reportada en 15 estudios procedentes de distintos países del mundo, con la prevalencia de la enfermedad en la población general y la prevalencia promedio del asma en pacientes hospitalizados por gripe en los últimos 4 años. Durante la temporada de gripe 2019-2020, el 24,1% de las personas hospitalizadas con gripe tenían asma, siendo ligeramente superior al promedio de 4 años anteriores, de 2016-2020, en que fue del 21%. Esta prevalencia es mucho más alta que la estimación de prevalencia combinada de asma en ingresados por Covid-19 en los 15 estudios analizados, que fue del 6,8%.
«Parece que la proporción de asmáticos entre los pacientes hospitalizados con Covid-19 es similar a la prevalencia de asma de la población en cada lugar donde se han hecho estudios, a pesar de la preocupación inicial por la comorbilidad y mortalidad de los pacientes con asma y Covid-19. En cambio, los asmáticos sí tienen más probabilidades de ser ingresados por gripe, ya que más del 20% de los hospitalizados por gripe en los EE.UU. tienen asma. Es crucial que sigan extremando sus cuidados preventivos, más en este contexto de pandemia, que lleven mascarilla, tomen su medicación habitual y que se vacunen de la gripe», añade la doctora Blanco.
El nuevo estudio en ANNALATS también ha hecho un análisis transversal de 436 pacientes de Covid-19 ingresados en el Hospital de la Universidad de Colorado sobre la probabilidad de intubar a asmáticos frente a los no asmáticos. De estos 436 pacientes, 239 eran hombres y 195 mujeres, con una edad media de 54,7 años y un rango de edad de los 19 a los 100 años. El 12% tenía asma, lo que coincide con la prevalencia en la población general.
De todos los pacientes, el 67,2% no necesitaron intubación por la Covid-19 frente al 32,8% que sí la necesitó. Cabe destacar que respecto a este promedio de la muestra en general, los pacientes asmáticos necesitaron menos la intubación: solo fue necesario en el 27,9% de los asmáticos, respecto al 72,1% que no la necesitaron. En cambio, hubo más no asmáticos que necesitaron la intubación, el 33,6%, frente al 66,4% de no asmáticos que no la necesitaron.
Por otra parte, el 39,6% de los pacientes tuvo que ingresar en una unidad de cuidados intensivos (UCI), mientras que el 60,4% no ingresaron. Proporcionalmente, hubo menos ingresos de asmáticos en la UCI, el 34,1%, mientras que el 65,9% no ingresaron. Por contra, ingresaron más pacientes no asmáticos en la UCI, el 40,4%, mientras que el 59,6% de los no asmáticos no precisaron en este recurso asistencial.
Los autores señalan que una posible explicación de por qué el Covid-19 no se asocia a mayores tasas de hospitalización es porque estas pueden depender de la distribución del receptor ACE2 en el epitelio de las vías respiratorias. En la diabetes y la hipertensión pueden aumentar la expresión de ACE2, mientras que los corticosteroides inhalados (ICS), que se emplean para tratar el asma, pueden disminuir la expresión de ACE2, lo que dificultaría la entrada viral. Los pacientes con asma, en general, y en particular los asmáticos con un fenotipo predominantemente alérgico, pueden tener una expresión significativamente menor de ACE2.
A diferencia del asma, tener enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) sí que aumenta el riesgo de formas más graves de Covid-19 severo entre los pacientes hospitalizados y esta comorbilidad se asocia a un aumento de la expresión de ACE2 en el tejido pulmonar y las vías respiratorias pequeñas. No obstante, los autores dicen que la contribución del receptor ACE2 a los niveles de expresión, a la susceptibilidad general a la COVID-19 y a la gravedad de esta enfermedad no está clara y todavía hay que investigar más en el asma y en general. También admiten que sus hallazgos provienen de una muestra insuficiente y que se precisa investigar más sobre asma y el riesgo de intubación por Covid-19 para confirmar sus hallazgos.
Investigadores del Instituto de Ingeniería de Procesos (IPE) de la Academia de Ciencias de China y del Hospital Zhujiang de la Universidad Médica del Sur han desarrollado un nuevo tipo de vacuna terapéutica precisa contra la leucemia, que utiliza microcápsulas de ácido poliláctico autorreparables para coencapsular un nuevo epítopo péptido y un anticuerpo PD-1. El estudio ha sido publicado en «Nature Biomedical Engineering».
Aunque ya se ha establecido la posibilidad de tratar la leucemia mediante la vacunación, el rendimiento terapéutico aún no alcanza las expectativas para la práctica clínica.
«Nuestros hallazgos clínicos revelaron la alta expresión de EPS8 y PD-1 / PD-L1 en pacientes con leucemia, que podrían usarse respectivamente como un nuevo tipo de antígeno de leucemia y un objetivo de punto de control para una vacuna de leucemia»
Los autores señalan que en la nueva vacuna, los péptidos epítopos y los anticuerpos PD-1 pueden cargarse de forma sencilla, suave y eficaz en microcápsulas de ácido poliláctico.
Después de una única vacunación, el depósito y la degradación de microcápsulas en el sitio de inyección local conducen al reclutamiento de células presentadoras de antígeno activadas y a la liberación sostenida de ambas cargas.
«Con la sinergia de estos dos aspectos, observamos una mejora significativa en la activación de linfocitos T citotóxicos específicos (CTL)», asegura el profesor WEI Wei del IPE.
Los investigadores también verificaron la disponibilidad de la nueva vacuna utilizando varios péptidos epítopos en diferentes modelos, como la leucemia murina, el xenoinjerto de leucemia derivada de la línea celular humanizada (CDX) y los modelos de xenoinjerto de leucemia derivada del paciente (PDX).
La formulación a base de microcápsulas demostró su desempeño superior al del adyuvante ISA (adyuvante comercializado) en todos los modelos terapéuticos de leucemia, mostrando lo prometedor de la vacuna a base de microcápsulas para su uso contra varios antígenos de leucemia en la práctica clínica.
«Con las ventajas del material de ácido poliláctico aprobado por la FDA, la conveniencia en la preparación de la formulación de la vacuna, la diversidad de componentes de la vacuna y el excelente efecto terapéutico, la vacuna basada en microcápsulas exhibe un gran potencial para la práctica clínica», afirma el profesor MA Guanghui del IPE.
En el marco del Día Mundial de la Trombosis, que se conmemora el 13 de octubre, desde el Grupo Argentino de Hemostasia y Trombosis (Grupo CAHT) advirtieron que los pacientes que tuvieron Covid-19, luego del alta médica, presentan un riesgo aumentado de desarrollar una trombosis tanto arterial como venosa.
Diversos trabajos reportan evidencia acumulativa de trombosis, incluyendo la arterial y venosa, en los 30 días posteriores al alta hospitalaria, con valores de incidencia del 2,5%, y de 0,6% en el caso de embolia pulmonar.
"El riesgo de tromboembolismo venoso (TEV) asociado a hospitalización se extiende hasta 6 semanas después del alta en aquellos pacientes con alto riesgo médico de presentar este tipo de episodios trombóticos. Al menos el 60% de todos los eventos de TEV en pacientes clínicamente enfermos ocurre en el período post-alta, siendo las tres primeras semanas las asociadas con un aumento de cinco veces del riesgo de tromboembolismo pulmonar fatal", afirmó el Dr. Miguel Castro Ríos, médico hematólogo, Coordinador de la Comisión Directiva del Grupo CAHT.
La trombosis consiste en la formación de un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo, vena o arteria, que una vez que se produce puede bloquear el flujo sanguíneo normal e incluso desprenderse y viajar hacia un órgano. El tromboembolismo venoso o TEV es una afección en la que se forman coágulos de sangre con mayor frecuencia en las venas profundas de las piernas, conocidas como trombosis venosa profunda, o TVP, y pueden viajar en el torrente sanguíneo y alojarse en los pulmones, evento conocido como embolia pulmonar o EP.
La trombosis es una complicación seria que puede comprometer la evolución de una enfermedad. Particularmente, en los afectados por el coronavirus SARS-CoV-2 se vio que el componente de trombosis e inflamación juega un rol muy importante en aquellos con mala evolución y, a medida que el paciente se agrava, aumenta la incidencia de trombosis.
"La atención de una persona con Covid-19 con riesgo de desarrollar tromboembolismo venoso incluye estrategias para prevenir la formación de coágulos, con medidas que pueden comprender desde medicamentos anticoagulantes hasta dispositivos mecánicos (como medias de compresión) y la movilización precoz de los pacientes hospitalizados", refirió la Dra. Dolores Puente, médica hematóloga, coordinador del Comité Organizador del Día Mundial de la Trombosis del Grupo CAHT.
Datos recientes revelan que en poblaciones selectas de alto riesgo de TEV, extender la duración de medidas de profilaxis por 4 semanas con anticoagulantes luego del alta hospitalaria ofrece un beneficio clínico neto reduciendo el riesgo de tromboembolismo. Este beneficio es más pronunciado en aquellos cuyo índice de hospitalización fue debido a infección, especialmente neumonía, un cuadro muy frecuente en las internaciones por Covid-19.
"La trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar son bastante comunes en la población afectada con Covid-19. Incluso, quienes hayan desarrollado previamente una trombosis, presentan un riesgo aumentado, por lo que en ellos la profilaxis debe ser todavía más exhaustiva", advirtió la Dra. Puente.
La comunidad médica, a partir de las últimas investigaciones disponibles, avala un score que identifica a pacientes con riesgo tres veces mayor para TEV y que obtendrían un significativo beneficio con la extensión de la tromboprofilaxis. "Este hallazgo puede ser especialmente relevante para mitigar el grado de compromiso en personas con Covid-19 con alto riesgo de tromboembolismo por factores como edad avanzada, días de internación, cáncer o historia previa de TEV, trombofilia y severa inmovilidad, entre otros factores. En ellos, sería razonable usar tromboprofilaxis extendida por lo menos durante 2 y hasta 6 semanas luego del alta", sostuvo el Dr. Castro Ríos.
Los profesionales de la salud ya habían informado una prevalencia inesperada de alteraciones en la coagulación sanguínea entre los pacientes con Covid-19, en lo que podría suponer una perfecta tormenta de factores de riesgo potencialmente fatales. De hecho, la tasa reportada de trombosis en pacientes hospitalizados con Covid-19 oscila entre el 5 y el 45 % y está influida por el grado de severidad de la enfermedad y las comorbilidades que presenten los pacientes.
Para la Dra. Puente "esta situación obliga al equipo de salud a considerar estrategias diferentes para el manejo de TEV en pacientes hospitalizados por Covid, incluyendo la evaluación del riesgo de TEV, contemplando la intensidad de dosis de regímenes de tromboprofilaxis establecidas y desarrollando nuevos paradigmas al alta hospitalaria de tromboprofilaxis extendida".
Por otro lado, más allá de los contagiados por Covid-19, para disminuir el riesgo de formación de coágulos en aquellas personas que por permanecer en sus casas durante esta cuarentena obligatoria están expuestas a escasa movilidad, desde el Grupo CAHT recomendaron 'mantenerse activo' y en aquellos que reciben medicación antitrombótica, no dejar de tomar sus medicamentos, ni siquiera entre quienes tienen diagnóstico de Covid-19.
"Estar menos activo podría aumentar el riesgo de desarrollar un coágulo sanguíneo. Períodos prolongados de inactividad, como permanecer sentado durante muchas horas al día, hacen que la sangre se mueva muy lentamente a través de las venas de las piernas, favoreciendo la formación de trombos. Recomendamos a la gente que se asegure de seguir pasos simples para reducir el riesgo de TEV, como hacer ejercicios o levantarse para moverse por lo menos cada 90 minutos", detalló la Dra. Puente. "A los pacientes anticoagulados crónicos que estén en tiempo de realizarse un control, se les recomienda hacerlo y no dilatarlo", agregó.
Desde el Grupo CAHT aclaran que haber tenido un coágulo sanguíneo previo (como trombosis venosa profunda y/o embolismo pulmonar) no aumenta el riesgo de adquirir Covid-19, y que tomar medicación anticoagulante de ninguna manera incrementa el riesgo de contagio.
Iluminarán monumentos por el Día Mundial de la Trombosis
Como conmemoración del Día Mundial de la Trombosis, este martes 13 de octubre se iluminarán en la Ciudad de Buenos Aires diversos monumentos con el objetivo de crear mayor conciencia sobre esta enfermedad, incluyendo el conocimiento de sus causas, los factores de riesgo de padecerla y las principales estrategias de prevención y tratamiento
Entre otros, se iluminarán con los colores rojo y azul que representan internacionalmente a la Trombosis, el Planetario, el Monumento de la Plaza de los Dos Congresos y el Monumento a los Españoles.
"Buscamos llamar la atención y transmitir que estando atentos tan solo a algunas medidas puntuales, como mantenerse activo y consultar con el médico periódicamente, se puede reducir la muerte y la discapacidad causadas por esta enfermedad", concluyó la Dra. Puente.